Afirman que los litigios judiciales dañan la imagen de Borges
El literato francés Jean-Pierre Bernès relata su enfrentamiento con María Kodama
"La imagen que se tiene ahora de Borges en Francia empieza a ser negativa porque casi toda su obra hoy se enreda en una maraña de interminables procesos judiciales, promovidos por María Kodama. Es triste y lamentable que la genialidad del mayor escritor argentino- un hombre tan noble, entrañable y poco propenso a los conflictos- quede vinculada con el arte de la guerra, como si se lo hubiese condenado a padecer un proceso judicial perpetuo. Y eso no es ni kafkiano ni borgiano: yo lo llamo la furia kodamiana ".
Quien aporta su versión del otro lado del teléfono es el ex diplomático Jean-Pierre Bernès, especialista en literatura latinoamericana, profesor de la Sorbona hasta el año pasado y amigo de Borges, de Victoria y Silvina Ocampo, y de Adolfo Bioy Casares.
Con ese señero cuarteto, Bernès mantuvo una fecunda complicidad literaria, que comenzó en la casa de los Bioy en los años 70, continuó con lecturas a Borges en su departamento de la calle Maipú, siguió en la mansión de Victoria en San Isidro los fines de semana y encontró uno de los puntos más altos en su reencuentro con Borges en el ginebrino hotel Albacete, donde ambos trabajaron en la edición crítica y comentada de sus obras completas.
Bernès se refugia junto con su cocinera argentina, Landa Ormaechea -una ex colaboradora de Victoria Ocampo- en "un paraíso perdido", enclavado cerca de Bordeaux, 600 km al sur de París. Según dice, la presunta negativa de Kodama para que Gallimard, a través de la colección La Bibliothèque de la Pléiade , reedite la obra borgiana, "ha indignado a todo el establishment literario francés y suscitado la furia de sus lectores más conspicuos" que hoy no pueden acceder a una edición de excelencia como la de Gallimard.
La intención de la editorial, explicó Bernès, es reeditar las obras completas en forma fiel a su publicación original, sin alteraciones ni comentarios agregados.
"Desconozco las verdaderas razones de Kodama para ensañarse conmigo, hasta el punto de querer hacerme desaparecer, y con todos los lectores franceses de Borges. Pero su actitud no le hace nada bien a la memoria del gran escritor, y mucho menos a la difusión de su obra", dispara, con tono sereno y en perfecto español este estudioso del legado borgiano.
De entrada, Bernès reconoce haberle entregado a Kodama copias de las cintas grabadas con Borges, que pese a que en todo el mundo se informó que se trataba de 122 casetes eran 20. Allí, un "Borges muy lúcido, con la voz algo cascada" se explaya en perfecto francés sobre sus gustos y deserciones literarias; comenta profusamente su obra, canta algunos tangos y suelta un puñado de confidencias y secretos.
"Cuando la conversación se volvía muy íntima, yo apagaba el grabador y comenzaba a tomar notas a mano. Así me hizo confidencias extraordinarias", reveló Bernès. Y contó que el escritor le confió: "La gente no sabe nada de la vida de Dante ni de Cervantes, y yo quiero que la gente sepa de la mía. Para usted, que me ha ayudado a morir en literatura, no tengo nada para darle, pero lo condeno a ser la memoria de Borges".
El literato francés reiteró su intención de publicar esas conversaciones una vez que Kodama y él no estuvieran más. Los diálogos saldrán a la luz para cumplir con el deseo del escritor, asegura, pero cuando ya no existan los impedimentos por los derechos de autor que hoy lo enfrentan a Kodama.
"¿Cuál es la real relevancia de esas cintas y por qué está enfrentado con Kodama?", le preguntó LA NACION. Para la segunda pregunta, dice no tener respuesta. "Yo también estoy desconcertado en ese punto", dijo.
Sobre la primera, Bernès respondió: "Esos diálogos son relevantes porque permiten otra lectura de la obra borgiana; no ya en el orden de la creación fantástica, sino de la literatura autorreferencial: queda al descubierto su obsesión por hablar entre líneas sobre sí mismo, y él me dio el código para descifrar lo que dice. Pero como era tan pudoroso y no decía las cosas directamente, escondía sus confidencias a partir de referencias y citas literarias. Era como un juego de escritura verbal en la que podía ser muy benévolo o lapidario con unos y otros, y en las que brindaba las claves para comprender quién fue realmente".
El literato aclaró que en esas cintas no existe alusión alguna a María Kodama. "No habla de ella ni bien, ni mal como tampoco habla de política. Pero sí presentía que el contenido de las cintas molestaría a Kodama, y por eso me repetía: «No se lo diga a María»", comentó Bernès, quien no está dispuesto a ceder el 50% que le corresponde en materia de derechos de autor para que Kodama pueda publicar el material.
El tampoco podrá hacerlo sin su anuencia. "Las generaciones futuras merecen conocer los verdaderos juicios de valor de Borges sobre la literatura universal y la clave de su vida que cifró a través de la literatura. ¿A usted le parece poco?", concluyó.