Adiós al hombre que estuvo 15 años cara a cara con Miguel Ángel
Murió a los 92 años Gianluigi Colalucci, director de la gran restauración que en 1994 le devolvió todo su esplendor a los frescos de la Capilla Sixtina y al “Juicio Universal”; en su momento desencadenó fuertes polémicas
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ROMA.- A los 92 años, murió en la noche del domingo pasado Gianluigi Colalucci, el hombre que pasó casi 15 años cara a cara con Miguel Ángel y saltó a la fama internacional por la gran restauración de la Capilla Sixtina, que en su momento desencadenó fuertes polémicas.
Nacido en Roma en 1929 y diplomado en el Instituto central de Restauración de esta capital, Colalucci estuvo al frente de la denominada “restauración del siglo”, es decir, de la gigantesca limpieza y lavado de cara realizados entre 1980 y 1994 en la Capilla Sixtina, en el Vaticano, que le devolvieron todo su esplendor al Juicio Universal, una de las obras más conocidas y espectaculares de Michelangelo Buonarroti (1475-1564).
Con pasión y apenas 51 años, Colalucci removió entonces del gran fresco que decora el cielorraso de la capilla donde se realizan los cónclaves y se eligen los papas, una capa de suciedad secular, fruto del humo de velas y hollín, utilizando solventes y una esponja mojada en agua destilada. Además, volvió a pegar partes de la pigmentación que se habían salido, haciendo volver a brillar los colores del capolavoro. Esto desató críticas y controversias entre expertos del arte, que juzgaron “excesiva” su intervención, que justamente hizo salir a la luz colores “excesivos” y brillantes del fresco –a partir del cielo en lapislázuli-, que habían quedado ocultos debido a la suciedad acumulada en los siglos.
“Es gracias a su coraje y a su talento si hoy los colores del Juicio Universal de Miguel Ángel aparecen en todo su fulgurante esplendor”, aseguraron en Instagram los Museos Vaticanos, que dieron el lunes pasado con gran pesar la noticia de la muerte del director de la restauración de los frescos de la Capilla Sixtina.
La restauración que dirigió Colalucci se realizó en gran parte bajo los focos de las cámaras de la Nippon Television Network Corporation, que fue uno de los patrocinadores mayores (4,2 millones de dólares) de la obra, a cambio de los derechos cinematográficos.
Fueron muchos los expertos y no sólo, que entonces lo criticaron duramente. “Yo estimaba mucho a Colalucci, lo conocía de antes de que se volviera famoso por la restauración de la Capilla Sixtina, un trabajo por el cual se encontró al centro de grandes polémicas, porque muchos lo acusaron de haber exagerado en la limpieza de los frescos y de haber trastocado y vuelto demasiado brillantes los colores de Miguel Ángel. Pero quien entonces lo atacaba, para mí, se equivocaba”, recordó el historiador de arte, Claudio Strinati. “Entonces no participé en las polémicas, siempre pensé que su trabajo estaba bien hecho y que la mayor parte de las acusaciones eran poco profesionales” , agregó, al evocar que ante las críticas Colalucci solía responder en forma “serena, explicando con puntillosidad los detalles técnicos”.
Según recordó el diario Il Messaggero, entre los detractores de Colalucci, cuya labor se volvió tema de charla y debate en tertulias y cafés, también estuvo el famoso pianista Maurizio Pollini. “Colalucci contaba que el maestro le había escrito criticándolo y que él lo había invitado a ver la obra para explicarle cómo funcionaba el trabajo de limpieza. Y que, si bien al final Pollini le había dado razón, contó que insistía que le gustaban más los frescos de Miguel Ángel antes, cuando eran oscuros. Ese juicio era tan legítimo como subjetivo”, recordó Strinati al Corriere della Sera.
“Fue un trabajo realizado en medio del fuego cruzado de furibundas polémicas, que Colalucci siempre enfrentó con increíble coraje y lucidez, demostrando que él tenía razón”, apuntó, por su parte, Antonio Paolucci, exdirector de los Museos Vaticanos y exministro de Cultura.
Lo cierto es que el recuerdo de esas polémicas acompañó a Colalucci el resto de su vida. Pero también, esa inmensa emoción de realizar una restauración única y extraordinaria de una de las obras de arte más visitadas del mundo. Desde el primer momento, subido a un andamio, Colalucci observó “que toda esa superficie color cuero oscuro era algo agregado. Entonces agarré un pañuelito de papel que siempre llevo en el bolsillo y con un poco de saliva limpié y empezó a alivianarse esa piel y a entreverse un color distinto”, contó el restaurador años más tarde, en un video que hizo para los Museos Vaticanos. “Cuando vi salir la figura bíblica de Eleazar, sentí una emoción increíble, como si se tratara de un hijo, porque lo había hecho salir yo”, añadió, con voz quebrada. El hombre que pasó casi 15 años cara a cara con Miguel Ángel, cuando en 1980 comenzó a poner manos a la obra en el Juicio Universal, también se recuerda que dijo: “Estar en contacto con la gran belleza te aleja del Mal”.
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