Adiós a Norma Bessouet, artista nómade
Vivió en Gran Bretaña, España, Italia y Estados Unidos antes de volver a radicarse en 2015 en Buenos Aires, su ciudad natal. Dibujante, grabadista, escultora y pintora, Norma Bessouet mantuvo su espíritu nómade hasta que falleció, días atrás, como consecuencia de un cáncer de mama.
Nacida el 15 de octubre de 1940, comenzó a dibujar bajo la guía de su madre, copista y maestra de pintura. Formada en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, trabajó con la grabadora Aída Carballo, a quien solía citar como su gran influencia.
En 1971 obtuvo el Gran Premio de Honor en Dibujo del Salón Nacional y al año siguiente viajó a Europa, donde profundizó su interés por las técnicas pictóricas del Renacimiento.
Gracias a una beca del British Council estudió grabado en la Slade’s School of Fine Arts de la Universidad de Londres. Para continuar su formación se mudó a Barcelona y más tarde a Florencia. Durante una residencia en la India investigó la técnica del miniaturismo.
En 1981 se radicó en Nueva York, donde estudió escultura en la Universidad de Columbia. Expuso en forma regular en esa ciudad, en Boston y en Buenos Aires. El Museo Nacional de Bellas Artes le dedicó una retrospectiva en 2009 y dos años después, la Fundación Alón expuso la producción de sus últimas tres décadas.
"Se ha dicho que su obra remite en gran medida al realismo mágico latinoamericano –escribió entonces en el catálogo el curador Alberto Giudici–. Ciertamente, pero uno puede encontrar los ecos de toda la historia del arte atravesados por un tamiz absolutamente personal que habla del ser universal."
"Se hace difícil clasificarla –coincide el artista y crítico Sebastián Spreng, radicado en Miami–. Ni surrealista ni simbolista ni del realismo mágico, ni europea, ni latinoamericana ni neoyorquina, ni de aquí ni de allá, exactamente como ella, elusiva, esquiva, misteriosa, aunque con una melancólica impronta inconfundiblemente argentina."
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