Adiós a Elda Cerrato: una obra de espiritualidad, conocimiento científico y política

Tras dos semanas de internación en la clínica Trinidad de Palermo, donde ingresó con convulsiones, Elda Cerrato falleció el viernes a los 92 años. Será velada mañana en el Centro Cultural Paco Urondo (25 de Mayo 201), de 15 a 20, espacio donde realizó su última exposición, a la que llamó El lado B.

Artista visual, docente e investigadora, Cerrato (nacida en Asti, Italia) en su trabajo indagó en la memoria personal y colectiva a través de búsquedas por territorios esotéricos, políticos y reflexivos. Con una singular trama simbólica y conceptual, abordó el estudio de la biología (era bioquímica) y se interesó por la potencialidad del método científico. También son claves en su producción las investigaciones sobre geometría y escalas pictóricas, el contacto con la Escuela del Cuarto Camino, de George Gurdjieff (doctrina metafísica y cosmológica) y los debates políticos con la vanguardia intelectual argentina y venezolana. En su obra conviven espiritualidad, conocimiento científico y política, sin entrar en tensión ni opacarse mutuamente.

De espíritu vital, Cerrato no dejó de crear un minuto. Estaba preparando un proyecto para presentarse en la Bienal de Venecia 2024. “Hasta sus últimos momentos exploró nuevas prácticas artísticas y un pensamiento renovado. Todo el tiempo estaba pensando cosas nuevas, pero además analizando la realidad con ojos contemporáneos”, señaló Mauro Herlitzka, director de la galería Herlitzka & Co, a cuyo staff de artistas pertenece Cerrato. Y agregó: “No era una viejita para nada: cuando discutía o hablaba era intensa y sus posiciones reflejaban mucha actualidad. Leía acerca de lo que era un NFT, de políticas culturales, manejaba muy bien todos los conceptos”. Herlitzka define la producción de Cerrato como “compleja y completa, donde la vinculación con lo humano, su espiritualidad y su hábitat son trascendentes”.

En el último tiempo, también preparaba su envío (una selección de pinturas de los años sesenta) para la Bienal de San Pablo, donde había sido invitada. Además, junto con su hijo Luciano Zubillaga, cineasta experimental, ajustaba detalles de la muestra colectiva Reunión familiar, que incluye una serie de proyectos audiovisuales de la artista (entre otros, un largometraje experimental con la participación de la actriz alemana Hanna Schygulla, realizado en 2014) y algunos realizados en el último tiempo, que, adelanta su hijo, se exhibirán este año en el Museo de Arte Moderno de Shanghai, en China.

“A pesar de su enorme trayectoria como artista, formadora e investigadora –quizá porque se mantuvo al margen de las tendencias dominantes del campo artístico y sostuvo otros caminos y modos de hacer, menos estridentes y más secretos— tardó en encontrar respuesta institucional a su voluntad de legar obra y archivo. Incluso llegó a confesarme, hace 15 años, que pensaba en destruir su producción artística para no complicar la vida de su hijo”, señaló la investigadora y docente Ana Longoni, autora de Del cuarto camino a la tercera posición, un ensayo en el que explora el entrecruzamiento de las búsquedas espirituales de Cerrato, iniciadas en los años sesenta, y la politización que atravesó junto a intelectuales y artistas en los años setenta, y que integra el libro La memoria en los bordes. Y añadió: “Por fortuna, no lo hizo, y en los últimos tiempos recibió muchas señales de contundente reconocimiento y afecto. Entre ellas, que se haya concretado después de tantos años la exposición El día maravilloso de los pueblos en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, y que haya recibido el importante Premio Velázquez el año pasado. También que se haya dado el gusto de curar ella misma la exposición El lado B (en el Centro Cultural Paco Urondo, hace un par de meses), y que estuviese ahora mismo preparando su envío a la Bienal de San Pablo dan cuenta de la fuerza y el deseo que alimentaban sus jóvenes 92 años”.

Entre esos reconocimientos tardíos y, al tiempo, festejados en 2022 fue galardonada con el Premio Velázquez de las Artes Plásticas, que entrega el Ministerio de Cultura español y que reconoce la totalidad de la obra de un artista iberoamericano en el ámbito de las artes plásticas. El galardón, dotado con 100 mil euros, reconoció su “amplio y sostenido trabajo artístico experimental, hasta fechas recientes poco reconocido”. “En su obra se entrecruzan territorios aparentemente inconexos: búsquedas espirituales, indagaciones esotéricas, politización radical, capacidad anticipatoria del arte, y una especial llamada de atención sobre la fragilidad de la institucionalidad democrática en América Latina”, señalaba el fallo del jurado.

Desde 1962, participó con pinturas, dibujos, grabados, instalaciones y acciones en más de 150 exposiciones colectivas en Europa, Asia y en América del Norte, Centro y Sur, así como en bienales y salones nacionales de Argentina y Venezuela y en ocho bienales internacionales. Cerrato se desempeñaba como profesora Titular Consulta en el Departamento de Artes e investigadora del Instituto de Historia del Arte Argentino y Latinoamericano de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Y en esa misma casa de estudios fue durante muchos años titular de la materia Introducción al Lenguaje de las Artes Plásticas.

En los sesenta estuvo muy cercana a Aldo Pellegrini, Juan Carlos Paz, Oscar Masotta, vinculada al Instituto Di Tella y más tarde al CAYC. Formó parte, junto a Juan Carlos Romero, de la fundación del SUAP (Sindicato Único de Artistas Plásticos). Vivió en Venezuela en los años sesenta y durante la última dictadura militar argentina.

Su obra está presente en acervos de importantes instituciones museos como el Museo Reina Sofía (Madrid), el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Mamba), el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires (Macba), el Museo de Bellas Artes de Caracas, el Museo Tamayo (México) y el Art Museum of the Americas (Washington), entre otros.

Realizó actividades docentes, académicas y de investigación desde 1960 en universidades y escuelas de arte del país y del exterior, particularmente en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Bs. As. y en la Escuela de Arte del Departamento de Humanidades de la Universidad Central de Venezuela. En 2019 obtuvo el prestigioso Premio Nacional a la Trayectoria Artística otorgado por el Salón Nacional de Artes Visuales (Argentina).

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