A un año de la muerte de Sergio De Loof, su familia dona 82 obras al Museo de Arte Moderno
Vestidos, tocados, registros audiovisuales de desfiles, escritos y “pinturas truchas” forman parte del legado del artista; se anunció la creación de una sala permanente dedicada a su obra
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Hace un año moría en Berazategui el diseñador, escenógrafo y artista Sergio De Loof (1962-2020), que transformó la noche porteña y supo navegar las difíciles aguas de las décadas de 1990 y 2000 para aquellos que, como él, encaraban proyectos creativos con recursos escasos. Este mediodía, su familia oficializó la donación al Museo de Arte Moderno de Buenos Aires de 82 obras del artista: 21 vestidos, 15 registros audiovisuales, 14 tocados y 31 trabajos varios, como escritos y una copia firmada de El nacimiento de Venus, de su serie Trucha. En la primavera de 2019, El Moderno había inaugurado ¿Sentiste hablar de mí?, exhibición que establecía un recorrido por su trayectoria y a la vez convertía la planta baja del museo en un site-specific palaciego y desenfadado. El nombre de la muestra provenía de una de las publicaciones de De Loof en su muro de Facebook (“Sentiste hablar de mí? Sino googleame”), que fueron compiladas por Candela Benetti y publicadas por Mansalva en 2020 con el título de Perdón. Antes de morir, De Loof pudo ver las pruebas de imprenta del libro que lanzó El Moderno a inicios de 2020, con textos de Victoria Noorthoorn, Lucrecia Palacios, Carolina Muzi, Mariano del Mazo y Wustavo Quiroga, de la Fundación IDA. Este volumen con un retrato de artista enmascarado (hecho por Alejandra López) incluye además una cronología de cuarenta páginas, con imágenes del propio archivo de De Loof (”fan de sí mismo”, según Palacios), escrita por Belén Coluccio. El espíritu colaborativo del artista impregna incluso su obra póstuma.
El acto se realizó en el auditorio del museo, convertido en un salón de fiestas con papel picado, discreto catering y una lista de canciones de George Michael, Madonna y Talking Heads (algunos de los favoritos del creador de Bolivia). Del homenaje festivo participaron el ministro de Cultura de la ciudad de Buenos Aires, Enrique Avogadro; la directora y el equipo del museo, familiares y la “familia de amigos” del artista. También estaba presente el director del documental Copacabana Papers, Fernando Portabales, que filmó los días de De Loof en el Copacabana Palace, su “lugar en el mundo”, según repetía a quien quisiera escucharlo. “Es un día muy emocionante”, dijo Avogadro, que agradeció la donación a la familia.
Emocionada, Noorthoorn recordó los intercambios que tuvo con De Loof desde el momento en que este había expresado su interés por exponer en El Moderno, en 2015. “Vamos a hacer honor a la obra de Sergio”, dijo, y anunció que tenían previsto dedicar una sala permanente a los trabajos. “Es el primer legado de su obra a un museo en la Argentina”, destacó. También habló la sobrina del artista, Victoria De Loof, que recordó a su tío con humor y cariño. En un video, que fue grabado a cien días de la muerte del artista y diseñador, Laura Barranco, Gustavo Bruzzone, Victoria Divine, Amalia Amoedo y Gabriela Massuh recordaron aspectos de la impronta creativa deloofiana. “Como pasa con todo gran artista, era difícil trabajar con él -admitió Massuh-. Tenía mucha sensibilidad con la calle”. Divine, por su parte, contó una anécdota divertida protagonizada por De Loof y Boy George en Morocco, en los años 1990.
Por último, la curadora de la muestra ¿Sentiste hablar de mí?, Lucrecia Palacios, el jefe de diseño y producción de exposiciones del museo, Iván Rösler, y la productora Agustina Vizcarra brindaron detalles de la producción de la muestra, que se iniciaba con una carpa beduina, con almohadones y alfombras, continuaba con una discoteca y concluía con un local de venta minorista de artículos seleccionados por De Loof. “Por mucho tiempo fue un artista de artistas, de imaginación amplia y recursiva -señaló Palacios-, y que supo convertir la pobreza en lujo”. El mismo De Loof se retrató en una frase: “Tengo una mezcla de París o New York con yuyos de la provincia de Buenos Aires”.
Los encargados de hacer realidad los deseos de De Loof para la muestra que se pudo ver en El Moderno destacaron la visión “casi fotográfica” que tenía de sus ideas y la velocidad con que podía discernir lo que servía de lo que no para su proyecto estético. “Lo vimos en acción en el Centro de Donaciones Emaús, a la vuelta del museo”, dijo Vizcarra. “Quedó conforme con la cantidad de objetos dorados que usamos para la muestra”, acotó Rösler. “Nunca fui tan feliz en mi vida!!!!” y “En otra vida quiero ser muy solidario”, había posteado De Loof en Facebook, con mayúsculas, en 2019, mientras preparaba ¿Sentiste hablar de mí?, su canto del cisne desfachatado y sensible. Bajo la forma de un acto de donación, esa apoteosis se proyecta hacia el futuro.
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