A los 95 años, murió el filósofo budista y escritor japonés Daisaku Ikeda
Se destacó como pacifista y humanista; sus libros de ensayos y diálogos fueron muy populares en la Argentina en las décadas de 1980 y 1990
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A pesar de que sus libros de ensayo y conversaciones fueron muy populares décadas atrás, pasó algo desapercibida en la Argentina la noticia de la muerte del filósofo budista, escritor y promotor de la paz Daisaku Ikeda, a los 95 años, en su residencia de Shinjuku, en Tokio, el 15 de este mes. El jueves, en Tokio, la organización budista laica Soka Gakkai (”Sociedad para la creación de valores”), de la que él era presidente honorario, organizó un servicio conmemorativo que se transmitió en vivo en mil lugares de las 47 prefecturas de Japón. Había nacido en Tokio el 2 de enero de 1928. Se destacó como pacifista y humanista.
On November 23, 2023, a Soka Gakkai Memorial Service for Daisaku Ikeda, Honorary President of Soka Gakkai and President of Soka Gakkai International (SGI), was conducted from 1:30 p.m. at the Toda Memorial Auditorium in Sugamo, Tokyo.
— Daisaku Ikeda (Official) (@daisakuikeda_of) November 24, 2023
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Era el quinto de ocho hermanos y su infancia y adolescencia transcurrieron durante la Segunda Guerra Mundial. Por las penurias sociales y personales experimentadas durante la guerra y la posguerra en su país natal, Ikeda se convirtió en un mensajero de la paz y en un luchador por la erradicación de las causas fundamentales del conflicto humano; fue un activista a favor de los derechos humanos, el desarme nuclear y la amistad entre China y Japón. Entre 1983 y 2022, formuló propuestas anuales con sugerencias concretas para establecer una cultura de paz duradera.
En 1947, conoció al que sería su maestro, el educador y pacifista Josei Toda (1900-1958), que lo introdujo en la enseñanzas del budismo nichiren. Durante la guerra, las autoridades militares habían impuesto el sintoísmo como religión de Estado y muchos budistas (que como tal eran objetores de conciencia por razones éticas) habían sido encarcelados.
Ikeda asumió la presidencia de la Soka Gakkai a los 32 años de edad, en mayo de 1960, dos años después de la muerte de Toda. En 1975, fundó la Soka Gakkai Internacional (SGI) y asumió la presidencia. La SGI está conformada por doce millones de personas en ciento noventa países y territorios. “Todo depende del ser humano -dijo Ikeda-. Por eso es tan importante fomentar lazos que unan a las personas de conciencia y de buena voluntad”. Bajo su liderazgo, la organización impulsó una etapa de innovaciones y crecimiento global en defensa de la paz, la cultura, los derechos humanos, el desarrollo sostenible y la educación.
Saludamos al Presidente de la Asociación de Conciertos Min-On, Sr. Kazuto Ito, por la reciente partida de su fundador Sr. Daisaku Ikeda. pic.twitter.com/qG1YuqZHc6
— Embajada de la República Argentina en Japón (@ARGenJapon_) November 26, 2023
Fue autor de una gran variedad de libros de ensayos (publicados en su gran mayoría por Emecé en la Argentina), como El Buda viviente, La vida, un enigma y Develando los misterios del nacimiento y la muerte. Algunas de sus obras fueron diálogos con otros pensadores, como Elige la vida, con el historiador británico Arnold J. Toynbee; La noche anuncia la aurora, con el escritor francés René Huyghe, y La fuerza de la esperanza, con el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel. También publicó novelas y poemas (reunidos en Cantos de mi corazón). Se lo declaró profesor honorario y doctor honoris causa en varias universidades del mundo; en la Argentina, en la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Nacional del Comahue, la Universidad Nacional de Tucumán, la de Tierra del Fuego, y las de Morón y Palermo, entre muchas otras.
En 2018, recibió el “Galardón Azul de las Artes y la Paz” del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos de la Argentina por su promoción de la cultura argentina (en especial, el tango, el teatro y la literatura) y su contribución a la expansión de la amistad y la paz en el mundo. A la ceremonia de entrega, que tuvo lugar en el Centro Cultural Kirchner, asistieron el presidente Mauricio Macri, la vicepresidenta Gabriela Michetti y el ministro Hernán Lombardi y representantes de Ikeda.
“Comprender el carácter inevitable de la muerte brinda mayor sentido a la vida -expresó en una conferencia a finales de los años 1990-. En tal caso, esta comprensión nos insta a buscar cosas perdurables y nos motiva a dar lo mejor a cada momento. ¿Qué pasaría si no existiera la muerte? La vida seguiría sin alternancia y, probablemente, se convertiría en una experiencia dolorosamente pesada. En cambio, saber que vamos a morir nos hace valorar más el presente. Se dice que la respuesta de la civilización moderna a la realidad de la muerte es ignorarla o negarla. No es coincidencia que esa misma sociedad se caracterice por la búsqueda desenfrenada de deseos efímeros. Al igual que un individuo, la civilización que pretende ignorar la cuestión fundamental de la vida y la muerte caerá en la decadencia espiritual, sujeta a vivir solo para el momento fugaz”.
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