A los 93 años, murió Françoise Bornet, la protagonista de la icónica foto “El beso”
La mujer que quedó retratada para siempre junto a su pareja de entonces en la imagen más romántica de la fotografía contemporánea había subastado el original de Robert Doisneau en 2005 por casi 185 mil euros
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Françoise Bornet, la protagonista de la famosa fotografía de Robert Doisneau conocida popularmente como El beso, murió el día de Navidad, a los 93 años, en la ciudad francesa Évreux, ubicada en la región de Normandía. La noticia se conoció hoy a partir de un artículo del diario francés Le Parisien.
La imagen de la mujer y de su pareja de entonces, Jacques Corteaux, estudiante de arte dramático como ella, que Doisneau tomó en abril de 1950 para ilustrar un artículo sobre el amor de la revista Life, se convirtió en icono del romanticismo. En blanco y negro, la fotografía muestra el preciso momento en el que la pareja de jóvenes se besa en un sitio emblemático de París, el Ayuntamiento de la capital francesa. Bornet tenía 20 años. Los protagonistas se separaron algunos meses después de la sesión de fotos con Doisneau.
La foto, cuyo título original es El beso del Hotel de Ville, formaba parte de una serie realizada por Doisneau para la famosa revista con el objetivo de mostrar al mundo cómo, después de la guerra, París volvía a ser la capital del amor. Cuando se publicó, en 1950, junto a otras fotos de parejas besándose en las calles, esa imagen era apenas una más de las que ilustraban el artículo. Pero, treinta años después, con motivo de la edición de un póster, la foto se popularizó y llegó a vender 460.000 copias.
En 2005, El beso fue subastada por 184.960 euros; el precio base era 15.000. El comprador fue un coleccionista suizo que no quiso revelar su identidad. Quien hasta ese momento tenía la foto en su poder era Bornet. En ese momento se supo que la protagonista había subastado la célebre fotografía de 18 x 24,6 centímetros tomada con una cámara Rolleiflex para montar una productora de documentales para televisión. Pero el éxito de esta imagen tuvo su contracara cuando la revista francesa, L’Express, se preguntó unos treinta años después en su portada qué habría sido de aquellos jóvenes.
Y así empezaron los problemas para el fotógrafo. En 1993, Bornet y Corteaux iniciaron juicio a Doisneau, que entonces tenía 81 años y estaba retirado. El fotógrafo logró demostrar que había pagado a la pareja por la toma y el juez lo declaró inocente. Lo afirmado por el fotógrafo fue corroborado por Carteaud, que declaró que habían recibido el pago de 500 francos por posar para la foto, una remuneración que ambos consideraron justa en aquel entonces.
”Nunca me hubiera atrevido a fotografiar a gente así. Los amantes que se besan en la calle, esas parejas rara vez son legítimas”, confesó en ese momento el fotógrafo, a quien le reclamaban una indemnización por haber sido capturados sin su consentimiento. Ante ese planteo, Doisneau contó que se había visto obligado a revelar que la imagen había sido planeada, que había visto a la pareja besándose apasionadamente en un bar y les había propuesto posar para él. “La foto fue posada. Pero el beso fue real”, había alegado en ese momento Bornet, quien luego haría carrera como actriz.
Doisneau (1912- 1994) fue uno de los fotógrafos urbanos y documentales más prestigioso de su época y con gran sensibilidad para captar lo cotidiano. Durante la década de 1930, trabajó como fotógrafo industrial y de publicidad para la empresa Renault y en tiempos de la Segunda Guerra Mundial se unió a la Resistencia francesa, documentó la resistencia, la ocupación y la posterior liberación de Francia. Después de la guerra, retomó su carrera como fotógrafo, fue contratado por la Agencia Adep donde trabajó junto a Cartier Bresson y Robert Capa retratando el ambiente de París tras la Guerra. Más tarde comenzó a trabajar para la agencia Rapho donde desarrolló toda su carrera profesional como fotógrafo. De ese período es el famoso beso que tanto problemas le ocasionó.
“No tomo fotos de la vida como es, sino de cómo me gustaría que fuera la vida”, dijo en una entrevista Doisneau refiriéndose a su obra. El fotógrafo “de la gente corriente”, a quien se le han dedicado más de un centenar de libros y varias películas, murió el 1 de abril de 1994 a los 81 años, dejando más de 450.000 negativos.