A los 92 años, falleció el destacado historiador e investigador José Carlos Chiaramonte
Maestro de historiadores, autor de ensayos considerados clásicos y renovador de la historiografía argentina y americana, participó además de debates en la esfera pública; se mantuvo activo hasta los últimos días
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Un reconocido intelectual falleció este viernes, a los 92 años, en la ciudad de Buenos Aires: el historiador, profesor e investigador José Carlos Chiaramonte. Estaba internado en el Hospital Alemán. Había nacido el 3 de diciembre de 1931 en Arroyo Seco, en la provincia de Santa Fe. Fue director del Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani” entre 1986 y 2012.
Con enorme tristeza informamos el fallecimiento de José Carlos Chiaramonte, investigador de nuestro Instituto y Director del mismo entre 1986 y 2012. pic.twitter.com/OO3cKFOhth
— Instituto Ravignani (@elravignani) March 1, 2024
Egresado de la Universidad Nacional del Litoral como profesor de Filosofía en 1956, publicó sus primeros ensayos entre 1958 y 1962 sobre las etapas iniciales del pensamiento de la Revolución de Mayo. Tras el golpe militar de 1966, dirigió a un grupo de docentes universitarios cesanteados que investigó la sociedad rioplatense en el período 1750-1850 sobre la base de documentos hallados en el Archivo de la ciudad de Corrientes y que, tiempo después, dio lugar a su libro Mercaderes del Litoral. Economía y sociedad en la provincia de Corrientes, primera mitad del siglo XIX. Su primer interés, reveló, había sido la literatura; fue amigo de los escritores Juan L. Ortiz, Hugo Gola y Juan José Saer, entre otros.
Chiaramonte escribió muchos trabajos que fueron y siguen siendo fundamentales para entender la historia argentina y americana. https://t.co/wWoM2mcN04 pic.twitter.com/bHa2dN03QB
— Fabio Wasserman (@fwasserm) March 1, 2024
En 1975 debió exiliarse con su familia en México, donde trabajó durante un año en el Departamento de Historia del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Entre 1976 y 1985 se desempeñó como investigador en el Instituto de Sociología de la Universidad Nacional de México y en 1984 ingresó como investigador Nacional en el Sistema Nacional de Investigadores de ese país. Regresó a la Argentina en 1985. Tenía tres hijos.
Adiós a José Carlos Chiaramonte. Un historiador imprescindible. El que nos enseñó que la nación argentina no nació en 1810. El que no podíamos no citar al hablar de identidad nacional. Enorme y generoso director del @elravignani cuando fui representante de los becarios. Hasta… pic.twitter.com/44IFCW1PiE
— María Victoria Baratta (@decimononnica) March 1, 2024
Fue investigador superior ad honorem del Conicet y profesor honorario de la Universidad de Buenos Aires, y se lo honró como Doctor Honoris Causa en varias universidades nacionales. Dirigió la colección de Historia Argentina y Americana de la editorial Sudamericana. En 2005 recibió el Premio Bernardo Houssay a la Investigación Científica y Tecnológica en la categoría Trayectoria Científica del Área de Ciencias Sociales y Humanidades. Era miembro honorario de la Asociación Argentina de Investigadores en Historia.
“Durante sus largos años de gestión supo ubicar al Instituto Ravignani en un lugar destacado dentro del campo historiográfico y de las ciencias sociales en el país y en el exterior -dice a LA NACION la historiadora Noemí Goldman, directora del Instituto Ravignani-. Su relevante obra historiográfica renovó sustancialmente un conjunto de cuestiones, debates y problemáticas de la historia argentina en torno a la formación de las naciones en América Latina, los fundamentos intelectuales de las independencias, la formación de las provincias y la cuestión del federalismo y el liberalismo. Además enseñó cómo el anacronismo historiográfico suele distorsionar la observación del pasado. Investigadores, becarios, estudiantes, personal de apoyo y administrativos del Instituto recordarán su calidad intelectual, su calidez humana y su agudo sentido del humor”.
Chiaramonte fue director de tesis de la doctora en Historia e investigadora Marcela Ternavasio. “Compartí muchísimos proyectos de investigación y escribí artículos con él -dice a LA NACION-. Lo conocí siendo muy joven y fue para mí una presencia fundamental, porque era rosarino como yo. Fue un gran maestro y un gran renovador de la historiografía no solo en la Argentina sino también con impacto internacional. Se fue uno de los últimos grandes maestros e intelectuales comprometidos con el mundo. Por sus aportes y su impulso siempre polémico en la historiografía, se convirtió en un clásico y, como tal, formará parte de las lecturas obligatorias de todos nuestros programas de historia argentina y latinoamericana en las universidades. De hecho, lo es. No es fácil convertirse en bibliografía obligatoria de nuestras universidades en la Argentina y en América Latina. Podría agregar que, a lo largo de estos últimos años, no cejó en su producción y en la intervención pública; se mantuvo muy activo”.
“Es uno de los historiadores más importantes de la Argentina -dice el historiador y director del Museo Histórico Nacional, Gabriel Di Meglio, a LA NACION-. Transformó el modo la manera de pensar el siglo XIX argentino y también de América Latina. Un historiador decisivo, de esos que dejan una huella para siempre. Además, era una muy buena persona. Se lo va a extrañar un montón. Tiene libros muy importantes, como Formas de economía y sociedad en Hispanoamérica [donde invalidó la categoría de modos de producción], La ilustración en el Río de la Plata. Cultura eclesiástica y cultura laica durante el Virreinato, Nacionalismo y liberalismo económicos en Argentina, 1860-1880 y varios más, pero siempre pensé que logró transformar la historiografía a partir de algunos artículos fundamentales como ‘La cuestión regional en el proceso de gestación del Estado nacional argentino’, ‘El federalismo argentino en la primera mitad del siglo XIX’, ‘Formas de identidad en el Río de la Plata luego de 1810′ y ‘Fundamentos iusnaturalistas de los movimientos de independencia’. Son indispensables para entender el siglo XIX”.
Refutó la idea de la existencia de la Argentina en 1810. “No podemos decir que la Argentina nació entre 1810 y 1816. Se intentaron construir nuevas naciones bajo una base confederal y en todos los casos, fracasó”, había dicho a LA NACION en 2020.
“El problema es que la construcción de regímenes representativos con división de poderes que se intenta a partir de los años 20 con constituciones de varios Estados, de provincias que siguen llamándose provincias, es tan débil que frecuentemente deben apelar a las llamadas facultades extraordinarias -remarcó en aquella entrevista-. […] Lo que sucede es que la Constitución del 53 prohibió las facultades extraordinarias, pero la sociedad no cambió mucho. ¿Y en el siglo XX qué sucedió? Se siguió utilizando la dictadura, ahora ilegítima, bajo la forma de estados de sitio y golpes militares. El problema fundamental que hereda el siglo XX del siglo XIX es la dificultad de afianzar un régimen representativo con división de poderes, esto es, una democracia”.
“Fue uno de los grandes historiadores argentinos del último medio siglo -dice el historiador y profesor Roy Hora a este diario-. Cada uno de sus trabajos marcó un hito en los estudios sobre nuestro pasado. Su deriva intelectual, que pasó de la historia económico-social a la política e intelectual, fue típica de la generación que nació a la vida pública bajo la inspiración de ese sol poderoso que fue el marxismo de la década de 1960 y que, poco a poco y desde la década de 1980, se fue abriendo a nuevos interrogantes y perspectivas. Quizás su gran contribución fue ayudar a quitarnos de encima la obsesión con la nación como marco para pensar los problemas de la etapa que sucedió a la independencia, que revisó de manera original y productiva en la segunda etapa de su trayectoria. Fue, además, un gran director del principal instituto de investigaciones de nuestro país, el Instituto Ravignani. Activo hasta el final, lo vamos a extrañar”.
Chiaramonte deja una obra que fue fundacional. Nos invitó a pensar, nos dio categorías nuevas para hacerlo.
— Laura Romero 🧡 (@Laurix73) March 1, 2024
Un grande.
Que brille para él la luz que no tiene fin.
Entre sus libros también se destacan Usos políticos de la historia, Ciudades, provincias, Estados: orígenes de la Nación Argentina (publicado en la Biblioteca del Pensamiento Argentino, que dirigía el historiador Tulio Halperin Donghi), Nación y Estado en Iberoamérica. El lenguaje político en tiempos de las independencias y Crear la nación.
En redes sociales, historiadores, investigadores y lectores despidieron a Chiaramonte, recordando su brillo intelectual, civismo y generosidad.
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