A los 90 años, murió el dibujante Leonardo “el Negro” Villarreal
Se destacó como caricaturista y retratista de políticos, escritores y personalidades del país; trabajó por más de dos décadas en LA NACION
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El viernes 22, a los 90 años, falleció en Buenos Aires el reconocido caricaturista y dibujante Leonardo Villarreal, uno de los más destacados de la prensa nacional en las décadas de 1980 y 1990. A partir de 1975 trabajó en LA NACION por más de dos décadas. Había nacido en la ciudad cordobesa de Alta Gracia el 7 de octubre de 1931 (como fue anotado tiempo después, en su documento figuraba la fecha del 11 de noviembre). “Sobre sus dibujos decía que eran su forma de expresarse libremente, aunque también le hubiera gustado ser escritor. Por eso, el diario fue un soporte perfecto para combinar sus dibujos con los escritos de los mejores periodistas de LA NACION”, contó Pablo Villarreal, hijo menor de “el Negro” (el mayor es Hernán). Vivía en Bajo Belgrano; hincha de River, siguió paso a paso la construcción del Monumental.
“Por ese característico trazo laborioso y abigarrado suyo, que remedaba a los antiguos grabados de pluma, pasaron casi todos los personajes de la actualidad nacional e internacional de su tiempo en recordadas ilustraciones que vistieron la página editorial de LA NACION -escribió el periodista Roberto Solans en su página de Facebook al conocer la noticia de la muerte de Villarreal-. Entre estocada y estocada de plumín, el Negro nos regalaba a sus compañeros hilarantes apuntes y una calidad personal que no olvidaremos”. Grandes artistas y escritores fueron retratados por el dibujante cordobés.
Villarreal se formó en dibujo, composición y publicidad en la Escuela de Artes y Oficios (Escuela Técnica Raggio). Se desempeñó como director de arte y director creativo en agencias de publicidad en la Argentina, Estados Unidos y Puerto Rico, y como dibujante en revistas como Tía Vicenta, Primera Plana, Siete Días, Carta Política, La Semana, Apertura y la revista de LA NACION. También el diario italiano Corriere della Sera publicó sus trabajos. En 1978, recibió el primer premio de ADEPA a la caricatura política. Fue muy amigo de otro grande del humor gráfico, Alberto Bróccoli.
Varias de sus obras se exponen en forma permanente en el Museo de la Caricatura y el Dibujo Animado de Basilea, en Suiza, y el Museo de la Sátira y el Humor en Gabrovo (Bulgaria); en la Argentina, algunas integran la colección del Museo del Humor (que continúa cerrado). Otras están repartidas en los archivos de los medios en los que colaboró (los que preservaron un archivo). La galería porteña Zurbarán comercializa algunos de sus trabajos (entre ellos, un retrato de Raúl Soldi); otros se pueden encontrar por eBay, como un extraordinario dibujo de Adolfo Bioy Casares de la época en que el escritor publicó La aventura de un fotógrafo en La Plata, hacia mediados de la década de 1980.
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