Los “trabajadores de la palabra” presentaron en la Feria del Libro un tarifario para valorizar su trabajo
La Unión de Escritoras y Escritores presentó en la Feria del Libro una tabla de valores orientativos para que los autores puedan cotizar su trabajo en la prensa, editoriales y festivales literarios
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“¿Me escribís la contratapa de un libro?”, “¿Podés leer el manuscrito de una novela y darme tu opinión?”, “Me gustaría que hicieras una columna sobre este tema”, “¿Darías una charla en el festival?”. Propuestas de este estilo les “llueven” a escritores y periodistas; muchas veces, a cambio solo de unas palabras de agradecimiento. En un contexto de precarización de los trabajadores de la cultura, que la pandemia agravó (como advirtió un informe de la Unesco a inicios de este año), la Unión de Escritoras y Escritores de la Argentina presentó anoche en la Feria del Libro, en el marco de las jornadas profesionales, un tarifario que orienta a los escritores a la hora de facturar por sus servicios.
En la charla “¿Escribir es un trabajo?”, las escritoras María Inés Krimer, Débora Mundani y Silvina Rocha y el escritor y periodista Enzo Maqueira -todos ellos integrantes de la comisión directiva de la agrupación- dieron detalles ante la audiencia convocada en la Sala Adolfo Bioy Casares. “Somos trabajadores de la palabra, no le encuentro mejor definición -remarcó Rocha-. A nuestro trabajo le corresponde el correlato de una paga”.
Primer tarifario de referencia para el trabajo de escritoras y escritores calculado en base al salario mínimo vital y móvil de $38.940 (abril 2022) https://t.co/pL3Wd6DxvA pic.twitter.com/OnZSeciiHm
— Unión Argentina de Escritoras y Escritores (@uniondeescritor) April 27, 2022
La Feria del Libro 2022 se perfila como un escenario de reclamos socioeconómicos en un contexto de elevados índices de inflación y pobreza. “Trabajamos y merecemos una paga por el trabajo intelectual -dijo Rocha-. Ponerle precio a ese trabajo muchas veces es muy complicado. El tarifario sirve de referencia mínima para los autores de todo el país; los autores consagrados podrán cobrar más”.
En 2020, agrupaciones feministas de artistas (Nosotras Proponemos, La Lola Mora, Artistas Visuales Autoconvocadas Argentina y Trabajadorxs del Arte Feminista Córdoba) habían dado a conocer un tarifario de artes visuales. En ocasión de una muestra organizada por el Fondo Nacional de las Artes (FNA) en homenaje a Abuelas de Plaza de Mayo, las autoridades del FNA y el Ministerio de Cultura de la Nación fueron advertidas de que las artistas invitadas debían cobrar por sus servicios; agregaron que participarían “por última vez” ad honorem de una muestra. Algo similar ocurre entre bailarines, músicos y actores, a quienes se solicita trabajar “de onda”. El nombre de Roberto Arlt -un escritor multitasking y protosindical- fue invocado en varias ocasiones en la charla de la Unión.
“Esto tiene que ver con el propio funcionamiento del campo literario local -dijo Mundani en referencia al hábito de pedir que los escritores trabajen sin cobrar-. En el tarifario hemos sistematizado varias tareas que hacemos los que nos dedicamos a la palabra de diferentes formas, además del hecho concreto de la publicación”. Mundani anticipó que próximamente la Unión organizará una charla sobre contratos editoriales, “un tema muy complejo”. Al respecto, los participantes acotaron que los editores no son “enemigos” de los autores y que muchos -algunos presentes en la sala- les habían dicho que el tarifario venía resolver dudas.
“Se trata de desnaturalizar una práctica, que tiene que ver con la gratuidad de nuestro trabajo -señaló Mundani, que llevó la voz cantante-. No existe la costumbre de retribuir por el trabajo intelectual; a veces nos dan libros, y eso está muy bien porque los libros están caros. A nadie se le ocurre pedirle a un periodista profesional que escriba gratis una nota; a nosotros sí”. El tarifario -que toma como referencia las variaciones del salario mínimo, vital y móvil (que hoy casi roza los $ 39.000) para “empatarle” a la inflación- contempla las colaboraciones de los escritores en la prensa gráfica: reseñas de libros, cuentos, columnas y notas. Mundani reveló que, en la ronda de consultas hechas por la Unión, se habían llevado una “grata sorpresa” al descubrir que en varias provincias los medios locales pagan mejor que los porteños y bonaerenses. “Tal vez en Buenos Aires hay un ‘ejército de reserva’ muy grande”, conjeturó.
También se consideraron las tarifas que se pagan en editoriales por trabajos de escritura y reescritura (de latosas tesis académicas, por ejemplo), edición, corrección, traducción, informes de lectura y paratextos -contratapas, prólogos, epílogos- que suelen medirse por cantidad de caracteres, como en la prensa. Y se les puso precio a las participaciones en concursos, festivales literarios y mesas de debate. “Que exista el tarifario le quita incomodidad al que ofrece el trabajo, porque de entrada ya sabe que lo es”, dijo Mundani. Y se preguntó qué pasaría en la Feria del Libro si no estuviesen las personas que presentan libros, participan de coloquios y dan charlas. Se sugiere además un precio para aquellos que dan talleres y cursos. “Los integrantes de prejurados y jurados de prestigiosos concursos, algunos de entidades públicas, cobran unos honorarios que dan ganas de llorar”, reveló Mundani.
Según la Unión, por cada mil caracteres con espacios de un texto inédito de ficción o no ficción deberá pagarse entre $ 1500 y $ 2100 (aunque si es reseña, entrevista o columna, entre $ 780 y $ 975 por millar de caracteres); por la presentación de un libro en ferias o festivales se pueden pedir diez mil pesos (si es una mesa redonda, cinco mil); para ser jurado de un concurso se solicitan cien mil pesos y para un prejurado, al menos $ 60.000. El tarifario se puede consultar en la página web de la Unión. Cabe destacar que la mayoría de los medios de prensa y las editoriales de la Argentina manejan sus propias tarifas, y que muchos escritores (asociados o no a la Unión) colaboran con frecuencia en diarios, revistas y editoriales. No se consigna cuánto cotiza un poema en la tabla de valores de la Unión.
“Con el discurso de acumular capital simbólico, se nos suele pedir que algunas de estas tareas las hagamos por muy poco dinero o directamente de manera gratuita para darle visibilidad a nuestra figura de autor y difusión a nuestra obra -dijo a LA NACION el escritor Marcelo Guerrieri, presidente de la Unión-. El tarifario que estamos lanzando es una manera de decirle no a este sentido común instalado y darle a escritoras y escritores un punto de referencia orientativo para poder negociar mejor el pago de sus tareas”.
“Pensar un tarifario en un país con más de 50% de inflación anual parece descabellado, pero queremos que opere como una referencia -indicó Rocha-. Muchas veces los escritores nos consultamos entre nosotros qué cobrar. Obviamente, un escritor novel no podrá aspirar a cobrar lo mismo que uno de renombre con veinte libros publicados, pero el tarifario servirá de referencia. Hay una cifra que indica, como parámetro, a lo que uno como escritor debería aspirar. La industria editorial no debería tomárselo a mal. El trabajo del escritor es muy solitario, y a veces la industria hace uso de ese silencio”.
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