A los 95 años, murió el artista venezolano Carlos Cruz-Diez
A los 95 años, murió en París el artista venezolano Carlos Cruz-Diez, una de las figuras más destacadas del arte óptico y cinético internacional. "Tenemos el inmenso dolor de anunciar el deceso de nuestro amado padre, abuelo y bisabuelo, Carlos Eduardo Cruz-Diez, ocurrido el día sábado 27 de julio de 2019 en la ciudad de París, Francia. Tu amor, tu alegría, tus enseñanzas y tus colores nos acompañarán por siempre", se lee en un comunicado publicado por su familia en la página web de la Fundación Carlos Cruz-Diez.
Había nacido en agosto de 1923 en Caracas, y desde 1960 se había instalado en París. No obstante, su lazo con Venezuela nunca se debilitó. En sus memorias, Cruz-Diez atribuyó su pasión por el arte y las metamorfosis del color a los reflejos de la luz en las botellas de la fábrica de gaseosas de su padre. Para él, el color no tenía pasado ni futuro. "Actúa en un presente perpetuo -dijo-. Y es autónomo porque su puesta en evidencia no depende de la forma o de lo anecdótico, ni siquiera del soporte".
Formado en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas, en Caracas, estudió con Marcos Castillo, Luis Alfredo López Méndez y Juan Vicente Fabbiani. Mientras tanto, colaboraba con ilustraciones, viñetas y cómics para distintos medios gráficos. En ese entonces, su obra pictórica aún estaba vinculada al realismo social. A mediados de los años 50, interesado en la abstracción, comenzó a realizar proyectos para murales exteriores con elementos geométricos y obras interactivas.
Vivió en Barcelona poco más de un año y, en 1955, viajó a París, donde visitó la exposición Le Mouvement en la Galerie Denise René, que resultó clave para su "giro cromático". Allí trabó relación con otros artistas abstractos, en especial sus compatriotas Jesús Soto y Juvenal Ravelo, otros referentes del arte cinético internacional. Luego de viajes a Nueva York y a París, Cruz-Diez regresó a Caracas en 1957 y fundó el Estudio de Artes Visuales, dedicado al diseño gráfico e industrial. En 1959, inició sus series Color aditivo y Fisiocromías, que se prolongaron hasta los últimos años, en distintos soportes (el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires posee la Fisicromía n° 321-B, un tríptico de 1964).
Desde el inicio, fiel a una tradición del arte de América Latina, Cruz-Diez realizó grandes trabajos murales en puentes, muros, edificios y plazas (uno de sus últimos trabajos fue pintar las velas de un velero). Entre otras, se pueden mencionar la gigantesca Cromointerferencia de color aditivo que ocupa con azulejos multicolores el piso y las paredes del aeropuerto internacional Simón Bolívar y, en la plaza Venezuela, en Caracas, su Fisicromía en homenaje a Andrés Bello. Gran parte del trabajo de Cruz-Diez está integrado a la arquitectura. Su sofisticada obra llegó a influir incluso en el mundo de la moda.
En 2011, en el marco de los festejos por el 10º aniversario del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), se presentó en esa institución Carlos Cruz-Diez: El color en el espacio y en el tiempo, primera gran retrospectiva del artista. La muestra, que estuvo al cuidado de Mari Carmen Ramírez, presentó más de 120 obras realizadas desde 1940 hasta ese momento. Cruz-Diez, acompañado por su familia, visitó Buenos Aires para la inauguración de la muestra.
Su última exposición individual, Chroma, tuvo lugar en el Museo de Arte SCAD, en Savannah, en 2017. En 2018, la obra Caleidoscopio (2013), una instalación de Cruz-Diez que se había expuesto en Tecnópolis y que desde 2016 se hallaba en un depósito, fue devuelta a Venezuela. Actualmente, se halla en restauración en el Museo de la Estampa y del Diseño Carlos Cruz-Diez, ubicado en Caracas.
Las obras de Cruz-Diez integran las colecciones permanentes de instituciones como el Museo de Arte Moderno (MoMA), en Nueva York; la Tate Modern, en Londres; el Centro Georges Pompidou, en París; el Museo de Bellas Artes, en Houston, y el Museo de Arte Contemporáneo de Montreal, entre muchas otras. Artista consagrado desde la juventud, recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas de su país, el Premio Integración de las Artes de la VI Bienal de Arquitectura de Caracas y la Orden de las Artes y las Letras, en Francia.
En Carlos Cruz-Diez en conversación con Ariel Jiménez, de 2010, se recopilan charlas entre el curador e historiador Ariel Jiménez y el artista, que reflexiona sobre sus inicios, su trabajo como pintor, su relación con la historia del arte y los estudios e investigaciones que lo motivaron a llevar el color al espacio público. En 2014, se publicó su libro de memorias, Vivir en arte. Recuerdos de lo que me acuerdo.
Artistas, investigadores y admiradores de su obra de todas partes del mundo expresaron su pesar por la muerte de este "venezolano extraordinario", que amaba y celebró el color a lo largo de su rica trayectoria.