50 años sin Duchamp: letra a letra, su influencia en el arte contemporáneo argentino
Pasó un siglo desde la estadía del francés en Buenos Aires y la mitad de tiempo de su muerte, pero su huella es bien presente en la obra de una amplia gama de creadores; mientras Buenos Aires lo celebra, una revisión de su marca en la escena local, de la D a la P
A diferencia de sus piezas más emblemáticas, no hubo ningún misterio en la muerte de Marcel Duchamp, el 2 de octubre de 1968. El dadaísta que había transitado el siglo XX entre torneos de ajedrez, obras que se constituían antes en el pensamiento que en la imagen y una provocación que buscaba socavar los límites institucionales del arte se murió de viejo, a los 81 años, con nacionalidad francesa y estadounidense, en Neuilly sur-seine, margen derecho del Sena. Sin embargo el nombre mismo de la localidad, hecho de una complejísima trama etimológica, resultó apropiado como morada final de un artista que había hecho de los juegos del lenguaje parte importante de su fascinante enigma estético.
Cincuenta años sin Duchamp en el mundo físico son, al mismo tiempo, cincuenta años de una presencia casi insoportable de Duchamp en el mundo del arte. Su muerte coincide prácticamente con el principio del reinado de eso que llamamos borrosamente "arte contemporáneo", denominación que terminó con una larga cadena de "ismos": del impresionismo al minimalismo. El ready made, la transformación de un objeto ya realizado en arte por decisión del artista, es su mejor legado.
Hace un siglo nomás Duchamp vivió exactamente seis meses en un departamento de la calle Alsina a una cuadra y media del Congreso. Su roce con el ambiente artístico local fue nulo y su estadía porteña sería rescatada por Julio Cortázar recién en 1967, que lo argentinizó "Marcelo del Campo". De esa manera salió a la superficie la conexión argentina, una compleja cartografía que autores como Raúl Antelo y Graciela Speranza se propusieron develar. Una serie de actividades recuerda esta semana su paso por Buenos Aires (ver aparte).
De la D a la P, siguiendo cada una de las letras de su apellido, lo que sigue es una revisión de su influencia en la Argentina, a través de la obra de siete creadores contemporáneos.
D
Dolores Cáceres
Artista conceptual
Se hace conocer también como Dolores de Argentina. En 2015 presentó en el Museo Caraffa de su ciudad, Córdoba, la obra #SinLímite567, que ocupaba tres salas del museo con? nada. "Esta propuesta se define como una inacción que modifica el rol del artista, incide en el comportamiento del espectador y cuestiona la institución arte", justificaba Dolores en el texto que presentaba la obra. La polémica no se hizo esperar: la exposición sorprendió y enojó por igual. Acaso #SinLímite567 funcionara también como presagio: ya (casi) nada queda por mostrar.
U
Ulman, Amalia
performer
Nacida en Buenos Aires, educada en Londresy residente en Los Ángeles, Ulman es una performer en la era de las redes sociales. Su medio es Instagram, donde trazó una línea transversal entre el arte de los medios y la cultura selfie. En 2016, la Tate Modern la incluyó en la colectiva "Performing for the camera", donde ponía punto final a una genealogía que se remontaba a los retratos que Man Ray hizo de Duchamp travestido como Rrose Selavy. Sus posteos para "Excellences & Perfections" (con 90.000 seguidores) fueron compilados en un libro.
C
Cambre, Juan José
Pintor
En 2014, tomó un ejemplar de la revista Artforum y eligió 16 colores plenos que aparecían en distintas páginas y tamaños. Luego, los enmascaró y aisló, y pintó 16 monocromos de gran tamaño (194 x 140 cm) que presentó en una especie de instalación llamada Artforum, en el Museo Caraffa y la Colección Fortabat. Antes de estar hecha la obra, ya estaba reproducida en la revista, siguiendo la estrategia del ready made. Curiosamente Tu m, la última obra pictórica de Duchamp (1918), presentaba una serie de monocromos entre alusiones a sus ready mades.
H
Herrero, Alicia
Artista multimedia
Llevó a cabo en 2017 un remix de El gran vidrio (1915-1923), una de las piezas más complejas y enigmáticas del dadaísta, bocetada según algunos en su mítica estadía porteña. Hecha de acero, aluminio y vidrio, respeta las medidas originales, pero reemplaza las variables de las máquinas y los novios por la representación cartesiana que indica la distribución de la riqueza mundial en 2016 de acuerdo con el Instituto de Investigación del Credit Suisse. Se vio en su muestra "Una teoría visual de la distribución" (Henrique Faría) y en la Fundación Proa.
A
Aira, César
escritor
El autor de La liebre, entre cien libros, puede ser considerado más un artista conceptual que escribe que un narrador. El propio Aira define su arborescente corpus como "cuentos de hadas dadaístas". Lo cita directamente en la novela Taxol, precedido de Duchamp en México y La broma (Simurg, 1997), y en el ensayo "Sobre el arte contemporáneo" (Random House, 2013), ilustrado con el ready made Fuente: el famoso urinario de porcelana consagrado como la obra más influyente del siglo XX en 2004.
M
Macchi, Jorge
artista contemporáneo
Borges y Duchamp son los faros conceptuales de Macchi, un artista que trabaja como pocos en la Argentina la estética del enigma. En XYZ (2012), el video de un reloj se proyecta sobre el ángulo inferior de una sala y juega con los límites de la arquitectura. Está parado a las 4 y la aguja de los segundos está en el número 8. Como está proyectado en un rincón, la aguja de las horas y el segundero coinciden con los límites de las paredes y el suelo, mientras que la aguja de los minutos coincide con el límite entre las dos paredes. Esta obra se vio en la retrospectiva que el Malba dedicó al artista en 2016.
P
Pombo, Marcelo
artista visual
La obra de Pombo, definida por una belleza ornamental y povera, parece tener pocos puntos en contacto con lo duchampiano. Sin embargo, su Winco (1986) es un ready made sobre uno de los objetos más representativos del consumo de masas en la Argentina de los años 60 y 70: el tocadiscos Wincofón. Pombo se reapropia del objeto para volverlo lienzo de un dripping al estilo de Jackson Pollock y subvertir el gesto expresionista en una tarea doméstica y decorativa. El Wincopombo es un Duchamp por fuera de la intelligentsia: barrial. Integra la colección del Bellas Artes.
La agenda de la semana para celebrar al genio:
- Mañana, a las 18.30. Proyección de la película Todo lo que veo es mío (Mariano Galperín y Román Podolsky), basada en los diez meses de Duchamp en Buenos Aires. En el Espacio Cultural de la Biblioteca del Congreso de la Nación, Alsina 1835.
- Viernes 12, desde las 14. Simultáneas de ajedrez; a las 16, recorrido guiado desde Plaza Congreso hasta el Sitio Duchamp. A las 18, "Patear el tablero: las reglas del arte después de Duchamp", conferencia de Soledad Sobrino e Ignacio Zenteno. En Alsina 1743.
- Viernes 12, a las 18. Inaugura un mural homenaje, un "ojo" del artista François Abélanet. "Desafío al espectador a mirar las cosas de manera diferente y preguntar si realmente hay una manera de acercarse a una obra si no con los propios sentimientos". Será parte de BienalSur.
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