5 libros que hay que leer de Antonio Machado, "el poeta español que más importa"
"Es el poeta que más importa a los españoles", escribió en 1969 Julián Marías en el prólogo de su edición de Poesías completas de Antonio Machado. Joan Manuel Serrat aún estaba en un estudio de grabación regalándole instrumentos musicales a estos versos. Décadas después, y a 80 años de su muerte, su figura como intelectual comprometido con la educación y su capacidad de diálogo con aquellos con los que disentía cobra un nuevo valor en una España cada vez más dividida. A Machado habría que sumarle, con permiso de Marías, a Federico García Lorca, poetas cuyos versos se han impregnado en la lengua cotidiana de los hispanoparlantes. Poetas populares inmortales a los que sus contemporáneos persiguieron, pero que no pudieron callar con su muerte.
Soledades, galerías y otros poemas (1907)
Luego de la publicación de su primer libro en 1903, Soledades, Machado amplía estas composiciones cuatro años después, influido por la corriente modernista, de la que luego se apartaría. Intimista, el poeta busca expresar aquello que denomina "los universales": la muerte, el tiempo y Dios. Melancólico, recuerda y quiere olvidar:
"Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero".
Campos de Castilla (1912)
Instalado en Soria, inspirado por el paisaje castellano, en la felicidad y plenitud de un hombre recién casado con su musa inspiradora, el poeta medita sobre la muerte, la fe, la religiosidad y le canta a la naturaleza española ("A orillas del Duero"). Dentro de este poemario, en "Proverbios y cantares", aparecen estos versos perennes:
"Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar".
Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcárce (1925)
Escrita junto a su hermano Manuel, esta obra fue estrenada en Madrid, en la sala Princesa del hoy denominado Centro Dramático Nacional. En la primera versión de esta pieza picaresca, ambientada en la corte de Felipe IV, fue la "inadjetivable" María Guerrero quien interpretó al personaje de la condesa, una producción donde compartió el escenario con su marido, Fernando Díaz de Mendoza, en el rol protagónico. Esta obra plantea la pérdida de la libertad que conlleva la responsabilidad de quienes poseen poder.
Poesías completas (1933)
Además de los señalados volúmenes de poesía, Machado publicó su producción poética completa. La edición de los eruditos José Luis Cano, Julián Marías y la de Manuel Alvar, y sus respectivos prólogos clarificadores, merecen la pena ser leídas. "Consiguió convertirse en una parcela de significación del nombre «España»; cuando pronunciamos este nombre, quiere decir muchas cosas; necesaria, inevitablemente, significa, entre ellas, Antonio Machado. Es lo más a que puede aspirar un creador, un escritor, si lo es verdaderamente y desde su raíz", escribe Julián Marías. "Son sus versos, desasidos y desnudos, como una tristeza que caminara", opina Alvar.
Juan de Mairena (1936)
Obra de compleja clasificación, ya que contiene diálogos, pero no es una pieza teatral, ya que también incluye ensayo, reflexiones, aforismos, etc. Es una recopilación de los artículos publicados en diversos medios en torno a este personaje. "Juan de Mairena hacía advertencias demasiado elementales a sus alumnos. No olvidemos que éstos eran muy jóvenes, casi niños, apenas bachilleres; que Mairena colocaba en el primer banco de su clase a los más torpes, y que casi siempre se dirigía a ellos".