2018: el año en que la política y las figuras empataron
El año que termina deja un balance cultural algo exiguo, con pocos aciertos y varios portazos. Desde el punto de vista político, la cultura cambió durante 2018 de lugar en el organigrama del Poder Ejecutivo Nacional. Después de cuatro años de ostentar una categoría ministerial, quedó degradada a una secretaría del Ministerio de Educación .
A poco de empezar el año, se sintieron en los organismos culturales los recortes de presupuesto dispuestos por el Gobierno en sus diferentes áreas con el objetivo de reducir el déficit y quedaron a la vista de todos cuando, durante una presentación en la Feria del Libro de Buenos Aires, el entonces director de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno , Alberto Manguel , dijo que en esa institución no tenían "ni un mango para comprar un grano de café".
El acto de inauguración de esa feria también registró un hecho bochornoso: fue interrumpido por una manifestación contraria a un proyecto del gobierno porteño (la creación de una universidad que implica el cierre de profesorados).
El gabinete político del exministro y actual secretario de Cultura, Pablo Avelluto , registró dos renuncias resonantes. La del propio Manguel, a principios de julio, y la de la titular del Fondo Nacional de las Artes (FNA), Carolina Biquard, a fines de noviembre.
Manguel aludió a razones de salud para discontinuar una gestión de dos años con logros tales como la donación de la biblioteca de Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo y la creación del centro de estudios de documentación borgeano. Manguel se fue pocas semanas después de hacer público su desacuerdo con decisiones de Avelluto, como fue el look futbolero del stand argentino como país invitado en la Feria del Libro de Bogotá (Filbo), en Colombia, que también había sido objetado por otros intelectuales. "Pido disculpas en nombre de todos los argentinos por el vergonzoso escenario de un estadio de fútbol montado en una fiesta del libro; celebramos seguramente esos notables futbolistas Borges, Bioy Casares, Alejandra Pizarnik, Cortázar, desde el Martín Fierro en adelante... pero les pido de nuevo disculpas por ese gesto tan absurdo de populismo", dijo Manguel antes de dar una charla en otro ámbito de la Filbo.
La salida de Biquard, después de tres años de una conducción que multiplicó la cantidad de ayudas a los artistas y el volumen e ingresos del FNA, también estuvo vinculada con los dineros públicos. Avelluto le pidió la renuncia tras desinteligencias sobre el uso de partidas presupuestarias correspondientes al FNA. Así lo informaron Biquard y algunos miembros del directorio que a las pocas semanas también renunciaron. El 2019 comienza para el FNA con cinco puestos vacantes en su directorio.
Buenas noticias fueron, en cambio, el regreso después de tres años de los Premios Nacionales que destacaron a Daniel Guebel, Juan José Sebreli y Liliana Heker.
Entre los ganadores de importantes premios figuran la poeta rioplatense Ida Vitale, que recibió el Cervantes en España, y los argentinos Samanta Schweblin, Edgardo Cozarinsky y Claudia Piñeiro, que obtuvieron el premio Shirley Jackson en los Estados Unidos; el Premio Hispanoamericano de Cuento García Márquez, en Colombia, y el Pepe Carvalho, en Barcelona, respectivamente.
Por primera vez en 43 años, en 2018 no hubo Premio Nobel de Literatura. La acusación de abuso sexual que varias mujeres hicieron contra Jean-Claude Arnault, agente cultural y esposo de una de los miembros de esa academia sueca responsable de votar el gran premio de las letras, devino en la postergación para 2019 de esa categoría de los clásicos premios.
Entre los reconocimientos a argentinos se contó la designación de Inés Katzenstein como curadora de arte latinoamericano del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), uno de los puestos más influyentes del mundo del arte de la región.
En cuanto al mercado editorial, las cuentas comenzaron a dar en rojo. Según las cámaras del sector, las ventas cayeron entre enero y octubre cerca del 12%.
Los títulos más vendidos por los dos grandes grupos editoriales que representan la mitad del mercado del libro en el país, Penguin Random House y Planeta, son Caos (Magalí Tajes), Aquí hay dragones (Florencia Bonelli), Quién no (Claudia Piñeiro), La dieta del metabolismo acelerado (Haylie Pomroy), Kentukis (Samanta Schweblin); Filosofía en 11 frases (Darío Sztajnszrajber), La raíz (Hugo Alconada Mon), Mujeres insolentes de la historia 2 (Felipe Pigna), El hombre que se inventó a sí mismo (Jorge Fernández Díaz) y Las hijas del capitán (María Dueñas).
Las muestras que marcaron la agenda del arte incluyen la exposición aún abierta de William Turner en el Museo Nacional de Bellas Artes –ocasión para la que esa institución estrenó el cobro de entradas para muestras temporarias–, Alexander Calder en la Fundación Proa y la sorprendente exhibición de imágenes de Sara Facio sobre el peronismo en el Malba. También se destacó la realización en la ciudad de Buenos Aires de Art Basel Cities con 18 artistas argentinos e internacionales y la visita y presentación de Patti Smith en el CCK.
Entre los escritores fallecidos durante el año figuran los estadounidenses Tom Wolfe, Philip Roth y Ursula Le Guin; el chileno Nicanor Parra; el uruguayo Hermenegildo Sabat, y los argentinos Liliana Bodoc, Poldy Bird, Esteban Peicovich, Carlos Garaycochea y Hebe Uhart.