150 años de periodismo y 3 millones de fotos resumidos en un libro digital que mira al futuro
Se presentó ayer un volumen conmemorativo con imágenes del archivo de LA NACION y textos de secretarios, editores, redactores y fotógrafos
LA NACIONAlejandro Horvat
El trabajo empezó en la planta baja, donde se encuentra el archivo de LA NACION. Un espacio con estantes del piso al techo, anaqueles y ficheros antiguos. Ahí la historia está impresa en las páginas de los diarios, en las fotos y en algunos libros. Todo el material está ordenado de manera minuciosa. Allí, cualquiera podría emprender un viaje preciso hacia el pasado.
Como parte de los festejos por el sesquicentenario de LA NACION, se abrieron las puertas de ese mundo que retrocede en el tiempo y se decolora hasta el blanco y negro. El objetivo fue ambicioso: de un universo de más de tres millones de imágenes seleccionaron 150 para hacer un libro, pero esta vez en formato digital.
Fue un proyecto colectivo. Esas imágenes escogidas se repartieron aleatoriamente entre secretarios y exsecretarios de Redacción, editores, redactores, correctores, autoridades y fotógrafos del diario. Todos ellos escribieron un texto a partir de la foto, en el que invocaron recuerdos personales y vivencias o usaron la imagen como disparador para contar una historia.
El libro, que estará disponible para cualquier lector a partir del 4 de enero en la web de LA NACION, fue presentado el miércoles pasado en el Museo Mitre, un lugar emblemático para este medio. Este proyecto, además, reafirma el compromiso de continuar desarrollando contenidos para las plataformas digitales.
Algunos de los autores de los textos fueron convocados a subir al escenario para leerlos en público. Ellos fueron Gail Scriven, prosecretaria general de Redacción; Hugo Alconada Mon, prosecretario de Redacción; Fernando Massa, editor de la sección Sociedad y Buenos Aires; Fabián Marelli, reportero gráfico, y Teresa Elizalde, directora editorial del grupo de revistas de LA NACION.
El reparto, azaroso, generó coincidencias insospechadas. Por ejemplo, a Massa le tocó una foto del boxeador argentino Nicolino Locche, uno de los deportistas favoritos de su padre. "La foto fue el disparador de una de las últimas conversaciones que tuve con mi padre -dijo Massa, y empezó a leer su texto-. Acostado sobre una cama ortopédica, tapado con una manta hasta el pecho, mi padre me cuenta que Nicolino Locche fue un boxeador que presentó un nuevo estilo de boxeo, con una inédita capacidad de amague...".
A Marelli le llegó la imagen de un colega, el fotoperiodista Oscar Piñeiro, que trabajó para LA NACION. "Es una selfie que Piñeiro se tomó desde la punta del Obelisco el 26 de octubre de 1983, el año en el que volvió la democracia. A veces uno por la vorágine del trabajo no se da cuenta de que está viviendo un momento histórico. Por eso me gustó que él se tome el tiempo para sacarse esa foto y así poder recordar aquel día. Este es un oficio complejo, muchas veces luchamos contra el clima o los gases lacrimógenos, pero al mismo tiempo es apasionante", leyó Marelli.
En el caso de Elizalde, una foto de Mar del Plata de principios del siglo pasado la llevó a trazar un paralelismo entre los cambios en esa ciudad balnearia y el periodismo. "Tuve varias emociones. Por un lado, mi infancia en esa ciudad. Pero también la semejanza entre los cambios que se produjeron allí y los cambios que atravesamos en el periodismo. Antes Mar del Plata era su rambla y su mar. Hoy es con sus múltiples caras. Expansión hacia los bordes. No hay un centro de atracción sino muchos. Los que día a día construimos desde el oficio periodístico estamos en la misma situación. Las opciones son múltiples. Las plataformas son múltiples. No hablamos a futuro de 150 años, porque nos cuesta pensar qué puede pasar en cinco. Pero, sin duda, necesitamos de la calidad, de la precisión de la palabra para enfrentar cada día ese mar desconocido que es el periodismo", dijo.
Gastón Roitberg, secretario de Contenidos Digitales, también se mostró conmovido por haber participado de este libro. "La foto sobre la que escribí me remontó a la infancia. Este libro va a ser una experiencia distinta. También me gustaría destacar que en estos casi 25 años que va a cumplir lanacion.com hemos logrado con el aporte de muchos profesionales de todas las épocas mantener la calidad y los valores de LA NACION".
Por su parte, José Claudio Escribano, miembro del directorio de LA NACION, recordó cuando, a mediados de la década de 1980, llegó la primera computadora a la redacción. "La gente de The New York Times nos sugirió que la pusiéramos en el centro de la Redacción para que los redactores supieran que la máquina no mordía", evocó.
Para que los lectores también puedan participar, habrá cinco fotos que no estarán acompañadas de texto. De este modo, ellos podrán escribir, tal como lo hicieron los periodistas y autoridades de LA NACION.
Para concluir, Norberto Frigerio, director de Relaciones Institucionales, remarcó los valores de la institución y la función que el diario debe cumplir en la vida pública argentina. Para ello, citó a una de las máximas autoridades de la institución: "Como escribió Fernán Saguier, subdirector de LA NACION, en el suplemento aniversario publicado el domingo pasado, se espera de nosotros que ayudemos a construir una opinión pública plural e independiente. Que seamos una voz democrática en defensa de las instituciones básicas de la República, en especial cuando hay pérdida de libertades y ejercicio autoritario del poder. Y defender principios fundamentales, entre ellos: la convivencia política, la división de poderes, la independencia de la Justicia y la libertad de expresión".
El libro digital cuenta con un prólogo del presidente de S.A. La Nación, Julio César Saguier. Deliberadamente, el volumen no tiene un índice y las imágenes no están ordenadas cronológicamente. Los textos conversan entre sí, sin que haya un orden aparente. Para que los lectores también puedan participar, habrá cinco fotos que no estarán acompañadas de texto. De este modo, ellos podrán escribir allí tal como lo hicieron los periodistas y las autoridades de LA NACION.
Por Alejandro Horvat
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