El tirador deportivo, de 23 años, es el primer catamarqueño que disputará los Juegos Olímpicos
Julián Gutiérrez hace historia y representará a la Argentina en París. “En lo técnico voy a dar lo mejor, pero me interesa mucho la parte mental”, aclara en la antesala a la competencia
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Julián Gutiérrez tiene 23 años y es de Catamarca. No juega al fútbol ni al básquet ni al vóley ni al tenis. Su pasión es el tiro deportivo. Es recatado para hablar y su semblante por momentos se tuerce para sonreír al recordar que pasó por todos los deportes y en ninguno se sintió tan bien y a gusto como en esta disciplina. Se muestra agradecido con su familia por ayudarlo a perseguir un sueño.
Su próximo desafío será en los Juegos Olímpicos de París 2024, la gran fiesta tendrá su ceremonia inaugural el próximo viernes. Es la primera vez que no se realizará en un estadio, sino que los atletas [Argentina estará representadas por 136 deportistas de 25 disciplinas] harán sus tradicionales desfiles en el Río Sena a bordo de embarcaciones, comenzando en el Puente de Austerlitz y finalizando en los Jardines del Trocadero.
En abril pasado obtuvo la medalla de oro en la prueba de rifle de aire 10 metros en el XIV Campeonato de las Américas de Rifle y Pistola que se disputó en el Tiro Federal Argentino, en Buenos Aires, lo que le aseguró el boleto olímpico y ser parte del tridente que arribará a la capital francesa para participar y soñar, junto con Fernanda Russo y Federico Gil.
Se sorprende con la cantidad de compromisos de nota que tiene por delante. Lena Barros, su madre, es la que le “hace la prensa” al primer deportista catamarqueño en participar de unos Juegos Olímpicos.
Cuenta Julián que el entusiasmo por esta práctica nació gracias a su papá, Marcelo, quien lo hizo de forma amateur durante muchos años. Hasta el año 2000 exactamente. “Iba a un campeonato nacional o a los sociales de La Rioja, o a los torneos bancarios”, cuenta Gutiérrez desde su casa familiar en Catamarca, sobre las competencias de su padre.
“Es muy raro que un chico arranque sin tener un historial familiar, más que nada en tiro”, aclara. Lo cierto es que este niño, al ver todos los elementos y las fotos que le mostraba su mamá, se sintió atraído y a los 11 años preguntó si le podían enseñar a tirar. Al principio se encontró con algunas negativas, pero junto a sus hermanos –son 4 en total– insistieron hasta que consiguieron el objetivo y distintos sectores de la casa se terminaron transformando en el blanco de sus disparos. En la planta alta de su casa montó un polígono, una sala de doce metros por cuatro de ancho. La idea de instalarlo surgió después de la pandemia.
Con el paso del tiempo y al ver el interés, su padre se convirtió en su entrenador, y hoy es quien lo aconseja y acompaña en su crecimiento diario. “Para mi primera competencia me tuvo un año entrenando a full y cuidó mucho mi parte mental, lo único que hacía era sacarme a torneos chicos, sociales, donde no me veía mucha gente. Como me cuidó la parte mental es impresionante, siempre voy a estar agradecido”, reconoce Julián, quien cuatro años atrás se quedó en las puertas de los JJOO de Tokio.
"En París quiero dar lo mejor, ver cómo tengo la cabeza en el evento más grande deportivo, esa es mi expectativa"
El recorrido del joven tirador catamarqueño, además de florearse por la plaza que consiguió en los Juegos Olímpicos de París 2024, se completa de una vasta experiencia en distintas competencias. En su curriculum se inscribe que, en su debut panamericano a los 18 años, consiguió la medalla de bronce en 10 metros rifle y la medalla de oro en rifle de aire mixto junto a Fernanda Russo. En los Juegos Suramericanos Asunción 2022 consiguió la medalla de oro y en los Panamericanos Santiago 2023 finalizó en el quinto puesto en equipo mixto rifle de aire y séptimo en rifle de aire 10m.
“Hoy me siento bien mentalmente, estoy bastante cómodo como vengo entrenando la cabeza. Mejoré mucho. En París quiero dar lo mejor, ver cómo tengo la cabeza en el evento más grande deportivo, esa es mi expectativa. En lo técnico voy a dar lo mejor, pero me interesa mucho la parte mental”, aclara en la antesala a su próxima competencia que tendrá cita en la capital francesa, el sábado 27 en la categoría mixta junto a Fernanda Russo y el domingo 28, en individuales.
–¿Qué es para vos llegar bien mentalmente?
–Es estar tranquilo, saber que tengo que hacer esto, tener un orden, un control de lo que estás haciendo. Hoy por hoy estoy disfrutando tirar, he vuelto a sentir lo que era el tiro. El año pasado fue un año muy duro y difícil también, donde le tuve que poner el pecho a las balas. Y este año venía logrando levantarme, venía bastante sólido, pero sabía que todavía no estaba de la cabeza al 100% y hablé con una amiga y esta persona me dijo: “Cree en ti, así como crees en mí”. Y después me empezó a explicar qué es creer en uno y me puse a pensar por qué estoy en este deporte y ahí es como que volví a reconectar con la vieja sensación, lo que me movía y ahí fue todo un cambio. Estoy disfrutando.
–¿Qué se necesita para ser un deportista de elite?
–Es difícil porque hay un montón de historias, hay gente que ha logrado resultados de una forma más rápida, pero a veces toca sufrir, pegarse con distintas piedras, hasta que encontrás el camino, así que para mí más que nada es la perseverancia y tener un entorno que sepa entender lo que es ganar y perder. En mi caso, mi familia ya sabe cómo me tiene que acompañar con respecto a la cabeza, ellos saben que trato de tener un perfil bajo y en este tiempo el filtro para llegar a una nota o algo más es mi mamá. El tema de la perseverancia muchas veces va a perder más veces de la que va a ganar, pero al mismo tiempo es muy posible que las derrotas sean mucho más grandes que las victorias.
–¿Cómo le hacés frente a las derrotas?
–En mi caso me tocó quedar fuera de Buenos Aires 2018, habiendo ganado la plaza, eso fue muy duro, que te saquen del equipo; después Tokio quedó a una posición, el mismo París hace dos años, la primera repartida de plazas a nivel americano fue en Perú, en un campeonato americano, y quedé segundo. Eso también fue bastante duro, el hecho de decir otra vez quedé a nada, así que por lo general las derrotas son mucho más grandes, aprendés mucho más. Se trata de la perseverancia y un buen entorno que te sepa acompañar.
–Hay quienes no consideran el tiro como un deporte. ¿Qué opinás? ¿Te molesta?
–Yo no tengo problema, soy bastante tranquilo, respeto mucho lo que diga la gente, para algunos será un deporte, para otros un hobby, cada uno lo verá de la forma que quiere, que el otro piense de una forma diferente no me va a hacer que deje de sentir amor por lo que hago o voy a dejar de hacerlo por eso. No todos tenemos la misma visión y porque no coincidamos en algunas opiniones no significa que se acaba la actividad.
–Pasaste por situaciones personales complejas, ¿Qué ocurrió?
–En 2022 estaba mal con la muñeca y el año pasado ya no daba más y me hice ver, pero no había caso, estaba para atrás y tenía que seguir compitiendo. Estás entre parar tu sueño y la garra que te hace seguir siempre adelante, busqué la forma. Fui al kinesiólogo e hice fisioterapia todo el tiempo. Tuve que cambiar la posición de la mano. Dije cambio esto y se sigue adelante. Después tuve una competencia y salí enojado, sentí que había hecho todo bien para una buena competencia pero...no. No estaban bien los detalles dentro de los parámetros estándar del tiro –se refiere a cuestiones técnicas del deporte–. Así que corregí eso, busqué soluciones que, en ese momento, no llegué a conseguir. Llegaron los Panamericanos y era una moneda al aire, sabía que estaba entrenando muy bien, sabía que mis valores en todo lo que era rendimiento estaban bien, pero mi puntaje era bajo para ese rendimiento, así que dos semanas antes de los Panamericanos, digo bueno, tiramos la última moneda, probé todo, cambiar el rifle, cambiar el equipo, cambiar el psicólogo, cambiar la cabeza, cambiar la posición y cambiar el parámetro que me habían dicho. Me contacto con otro tirador de Tucumán, Fernando Vidal, y él me hizo ver lo que estaba sucediendo, cuál era el parámetro raro, y a partir de ahí conseguí una solución.
"Algo que amo en este deporte es ver cómo las diferentes situaciones van cambiando a la gente y cómo te van formando en el día a día"
–Llegaste a los Panamericanos
–Sí, fui el mejor argentino en clasificación, entre los cuatro que habíamos ido, así que estaba contento con eso. Ahí es donde uno dice valió la pena entrenar y no tirarse abajo, porque uno sabe que está haciendo las cosas bien y que hay algo que no le está encontrando la vuelta, en este caso era la vista, apenas le encontramos la vuelta hubo un cambio, en ese torneo tiré bien, en el siete tire bien. Y después en España había tirado bien, y después por parte personal, al mismo tiempo había tenido algo privado duro, era personal, pero no me atacaba directamente, pero sí me consumía el tener que estar con esa situación y era un poco pesado eso y sumado a las cosas que es un deporte un poco psicológico, todo te va enrollando como en una esfera, se va haciendo un círculo y no salís más.
–Además, de dedicarte al deporte, ¿estudiás?
–Mi vieja me decía que, si no estudio, me pega un palo, eso no se discute. Estoy estudiando comercio internacional, ya estoy en el último año en la Siglo XXI, por medio del Plan del Enard [Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo], que apoya la doble carrera del estudiante y el deportista. Si no cumplo, los profesores me entienden y van adaptando las actividades a mi situación.
–¿Te gustan otros deportes?
–Sí, pero lo que digo es que al tiro se llega cuando ya probaste todo y sos malo en todo. Probé fútbol [fue arquero en el Club Atlético Policial], básquet, gimnasia artística, algún otro también y todos para atrás. Cada deporte tiene lo suyo y hay que saber valorarlo, por así decirlo.
–¿Cómo es ser adolescente en Catamarca?
–En mi caso soy bastante tranqui, suelo ir con mi labrador al dique para descomprimir, más que eso no. Entreno tranquilo en casa. Mi grupo de amigos más íntimo está por toda la Argentina. Ayudo en una olla solidaria los domingos. Las universidades tienen lo que se llama práctica solidaria, en la Siglo XXI es obligatoria, y tenés que ayudar a una ONG que no esté relacionada con alguna entidad gubernamental, en mi caso yo elegí algo que se llama La olla solidaria San José Obrero y todos los domingos lo que hacen es un almuerzo para 100 personas y la gente va con su tupper y nosotros preparamos la comida.
–¿Qué tipo de apoyo económico recibe un deportista que hace tiro?
–Siempre fuimos muy trasparentes en la parte económica del deporte con el Estado y al mismo tiempo cuento con una provincia que está muy dedicada al deporte, apoya mucho, ellos siempre me dijeron que si yo necesito algo nuevo lo pida y ellos iban a ver la forma de gestionarlo. Secretaría de Deportes de Catamarca, Municipalidad y Gobierno de Catamarca, la Subsecretaría de Deporte y Juventud de Catamarca, son los cuatro entes que, por ejemplo, tienen un diálogo en común para ayudar, entre los cuatro, a un deportista en caso de que el gasto sea muy grande. Por ejemplo, ahora para ir París se me cambió todo el equipo y el rifle. Se me preguntó lo que necesitaba para hacer una buena preparación y me apoyaron con todo eso y además siempre remarco esto, ser transparente siempre entre las dos partes, o sea, ellos te van a apoyar y te van a dar todo lo que vos necesites, pero uno también tiene que ser transparente. Me dieron para un rifle y un equipo, y yo compro todo eso y te lo muestro y de esa forma tenés la confianza de que estás trabajando de una buena forma. Con Catamarca es realmente para sacarse el sombrero, el proyecto de un Juego Olímpico se viene elaborando desde hace 8, 10 años y recién ahora se están viendo los frutos. La política de deporte en Catamarca es para felicitarlos. El deporte es una esperanza para muchos.
–¿A qué te referís?
–Es una esperanza para tener un mejor futuro. Lo cierto es que el deporte de alto rendimiento no es una prioridad hoy por hoy, hay gente que necesita su plato de comida, yo lo veo más que nada en el comedor. Estuvimos ahí hasta en el Día del padre y ahí es donde uno aprende a valorar lo que tiene.
–¿Qué es lo que más te gusta del tiro deportivo?
–La parte psicológica y cómo vas mutando como persona. En mi caso, cuando empecé era muy activo, muy jodido, y después con todas las cosas que te van pasando, alegrías y tristezas, te vas formando como persona. En mi caso me tocó ser mucho más tranquilo, más cauto, tener un perfil un poco más bajo. Algo que amo en este deporte es ver cómo las diferentes situaciones van cambiando a la gente y cómo te van formando en el día a día.
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