Un recorrido por todas las versiones de El Pingüino y su imagen más realista en la piel de Colin Farrell
El mítico villano de Batman es Protagonista de una prometedora producción con Colin Farrell; un repaso por los actores que lo interpretaron: Burgess Meredith, Danny DeVito, Robin Lord Taylor y Farrell
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Bajo de estatura, regordete, con nariz puntiaguda, vestido de frac y boquilla, El Pingüino, uno los villanos más icónicos de la galería de Batman, ha estado siempre presente más o menos igual físicamente en sus más de ochenta años de existencia. A esa descripción se le agrega un monóculo y un paraguas que sirve como paracaídas a lo Mary Poppins y con capacidad de disparar balas, entre otras variantes que se la ha dado al objeto cotidiano.
Fue en 1992 con Batman vuelve, que Tim Burton diseñó él mismo un Pingüino deforme, alejado de lo humano, con baba negra y piel gris. Magníficamente interpretado por Danny De Vito y maquillado por Stan Winston –creador de Terminator y Depredador, entre miles de criaturas– ese Pingüino alteró su fisonomía y desde entonces los comics se permitieron más libertad de jugar con su mitología y apariencia hasta el día de hoy, con la serie protagonizada por Colin Farrell, cuyo personaje hiciera su primera aparición en Batman, la película de Matt Reeves de 2022.
El Pingüino, sin nombre aún, aparece en Detective Comics Nro. 58 en 1941 como un ladrón de arte, creado por Bob Kane y Bill Finger, los mismos de Batman, quien hiciera su debut en 1939. Finger fue el escritor y cocreador de la mayoría de los villanos clásicos del superhéroe, pero el dibujante Bob Kane fue más artero y negoció con la editorial DC que solo él aparecería en los créditos como único responsable. Fue recién en 2016 y catorce años después de la muerte de Finger que se puede leer en relación a Batman y varios personajes más los créditos: “creados por Bob Kane y Bill Finger”.
En el libro Batman: The Complete History, de Les Daniels se describen dos versiones sobre la creación del Pingüino. La de Finger dice que el villano está inspirado en los pingüinos emperadores y es una burla a la clase aristocrática. Según Kane, el personaje fue creado a partir de Willie The Kool Penguin, la mascota en los avisos publicitarios de Kool, los cigarrillos mentolados. Daniels no hace especulación sobre cuál es la verdadera historia, aunque conociendo la de Kane, a quien le gustaba fabular hasta apropiarse de la creación de Batman, la versión de Finger parecería ser la más favorable.
En una tira dominical de 1946 se revela que el verdadero nombre de El Pingüino es Oswald Chesterfield Cobblepot pero el origen del villano recién es explorado en The Best of DC Nro. 10, en 1981. Cuenta Mariano Cholakian, divulgador de comics en el podcast La Batea, que en ese especial “se dice que es hijo de un criador de aves que murió de neumonía por mojarse en una tormenta, todo por no llevar paraguas. Bastante absurda la idea, pero para esa ridícula primera etapa del personaje era dentro de todo verosímil. Poco tiempo después, en un especial sobre orígenes de villanos de Batman (Secret Origins Special Nro. 1, de 1989), se vuelve un poco más truculenta: el bullying por parte de sus hermanos en las escuelas de la alta sociedad de Gotham, convirtió al joven Oswald Cobblepot en una persona retraída y rencorosa.” De hecho, en Penguin: Pain and Prejudice, el villano termina vengándose y asesinando a sus hermanos mayores.
Como Joker (el Guasón) y el Acertijo, los principales villanos de Batman, y el mismo superhéroe, el Pingüino no tiene súper poderes. Y como ellos, también, se viste con colores. Su objetivo, al comienzo de la edad dorada de los comics es cometer robos, siempre haciéndose pasar por un miembro de la alta sociedad, posición que le permite entrar en la elite de Gotham. Autodenominado “El caballero del crimen”, Cobblepot llegó a estudiar ornitología y cometer fechorías relacionadas con aves. En 1992, con el cómic Penguin Triumphant, de John Ostrander y Joe Staton, el Pingüino se convierte en un criminal de guante blanco al manipular acciones en la bolsa y dar una imagen de hombre de negocios exitoso. Es entonces cuando comienza a cruzarse con Bruce Wayne en el ambiente de la elite de la ciudad, algo que al alter ego de Batman no le cae nada bien.
En esa historia, Cobblepot termina preso pero fue el comienzo de la transición del personaje de ser un ladrón colorido a un mafioso millonario con conexiones con el bajo mundo, especialmente con los gangsters Carmine Falcone y Sal Maroni, capos de familias italoamericanas, claramente inspiradas en los Corleone de El Padrino y la guerra turbulenta contra el crimen organizado que hubo en esa época en Nueva York. En esa década, en 1995, en Detective Comics Nro. 683, se presenta la guarida del villano que sería canon a partir de ese momento: “El iceberg lounge”, local nocturno que es fachada para todas actividades ilícitas del Pingüino.
En los últimos años, el Pingüino ha llegado a tener su propio cómic, la miniserie Batman: One Bad Day Penguin (2013) escrita por John Ridley, ganador del Oscar por Mejor guion adaptado por 12 Años de esclavitud. Según Roberto Rubiano, divulgador de cómics, “el relato nos demuestra que el Pingüino es una víctima más de la sociedad, que lo margina y discrimina por sus defectos físicos. En medio de todo este destrato, Oswald hace vínculos con aquellos que también sufren el mismo flagelo, aunque reacciona de la peor forma con el resto, devolviendo violencia extrema, cuando él solo quería pertenecer y ser uno más. Es muy fácil empatizar con su figura, y hasta entenderlo inclusive, porque a final de cuentas, como alguna vez dijo el Diego, “todos necesitamos cariño”.
En su recorrido por las viñetas, el Pingüino fue retratado por algunos dibujantes argentinos, entre ellos Eduardo Risso en Flashpoint: caballero de la venganza y Batman: ciudad rota, ambas historias editadas por Ovni Press en Argentina; Quique Alcatena en Batman Chronicles Nro. 11, de 1998, también por Ovni Press y Darío Brizuela en la serie The Batman Scooby Doo Mysteries, inédita en nuestro país.
La serie de Batman, tan querida y apreciada por los fans, lo presenta a El Pingüino en la interpretación de Burgess Meredith, actor en ese momento con más de 30 años de trayectoria en teatro y cine. El Cobblepot de Meredith, con su sombrero de copa violeta, masticando la boquilla y con una interpretación clownesca fue un éxito instantáneo. Apareció veintiún veces durante las tres temporadas de la serie y fue uno de los villanos principales de la película. Diez años después, Meredith se haría popular con otro personaje icónico: Mickey, el entrenador de Rocky Balboa (Sylvester Stallone).
La serie lo tiene a Cobblepot obsesionado por postularse a alcalde de Gotham, algo que sería la primera vez y se trasladaría a los cómics y a las películas también. En el episodio dieciocho de la segunda temporada, el Pingüino y Batman debaten por televisión la candidatura a alcalde en una escena clásica por lo absurda y graciosa.
Con el éxito descomunal de Batman en 1989, Warner Bros. apuró una secuela. Su director les propuso hacer antes Edward Scissorhands [El joven manos de tijera], que el estudió rechazó. Burton se fue a filmarla con 20th Century Fox mientras Warner seguía avanzando con la secuela de Batman. Cuando Burton volvió, el tiempo lo apremiaba. El estudio había puesto fecha de estreno y necesitaba filmar ya. El guionista Wesley Strick fue el encargado de maniobrar la historia mientras se construían los decorados y se acercaba la fecha de comienzo de rodaje. En Batman vuelve habría dos villanos principales: Gatúbela (Michelle Pfeiffer) y el Pingüino (Danny DeVito).
La idea de que el personaje fuera tan desagradable e irredimible no vino de Burton sino del propio actor. “Danny no quería un villano querible”, comentó Strick en esa época. “Su enfoque era más de un espíritu virulento”. Desde el comienzo su personaje es de una película de terror, no de una de superhéroes para toda la familia.
En Batman vuelve, el Pingüino se postula también como alcalde, impulsado por Max Shreck (Chritopher Walken), el manipulador hombre de negocios. Termina secuestrando bebés y adosando cohetes a pingüinos para destruir la ciudad que le dio la espalda.
En Gotham, la serie que cuenta el origen de Jim Gordon (Ben MacKenzie) y un adolescente Bruce Wayne (David Mazouz) antes de ser Batman, se relató durante cinco temporadas y cien episodios varios génesis de personajes, entre los cuales se encontraba el Pingüino. Interpretado por Robin Lord Taylor, Oswald Cobblepot comienza como adlátere de la mafiosa Fish Mooney (Jada Pinkett Smith) y asciende de a poco en las filas del mundo criminal de Gotham. Narigón y más estilizado, el Pingüino de Taylor finalmente llega a ser alcalde en la tercera temporada aunque una guerra con el Acertijo termina con su mandato. En Gotham, el personaje de Cobblepot no es tan maquiavélico sino es más un alma torturada por su madre y un amor no correspondido con el mencionado Acertijo, interpretado por Cory Michael Smith.
En la nueva versión dirigida por Matt Reeves con Robert Pattinson como Batman, Colin Farrell aparece como el cuarto y último actor en interpretar al personaje. Lo hace como Oz Cobb, un mafioso de poca monta dueño del Iceberg Lounge, pero bajo las ordenes de Carmine Falcone (John Turturro). Este pingüino es el menos súper heroico y más realista de todos. Farrell, bajo el impresionante maquillaje de Mike Marino y un traje inflado, interpreta a Oz con un acento de New Jersey más parecido a uno de Los Sopranos que a un delincuente de la alta sociedad. Tiene una cicatriz que se asemeja a un pico, al igual que la nariz y unas cejas similares a las de un pingüino. Su andar es como un vaivén, como el ave, producto de una talonera de metal que usa en uno de los pies.
El único dejo colorido que tiene de sus versiones anteriores es un traje violeta que usa cada tanto y un Maserati del mismo color. El personaje fue tan bien recibido que enseguida de estrenarse Warner y Reeves se pusieron de acuerdo en hacer una serie sobre el personaje. Reeves produce y la showrunner es Lauren Lefranc, escritora con vasta trayectoria en televisión, como la serie Impulse.
Según Lefranc: “como escritora, la perspectiva de todo esto era estimulante, y sin embargo había una pregunta que me seguía carcomiendo. ¿Por qué queremos ver a este tipo? ¿Un hombre blanco de mediana edad, volátil y narcisista que quiere poder? ¿No hemos visto suficientes de ellos? Pero luego miré a mis dos hijos pequeños, estas dos mentes jóvenes y maleables, y pensé: ¿en qué podrían convertirse? ¿Los hombres malos nacen? ¿O se hacen?”
“Así, comencé a pensar en esta serie menos como una historia tradicional de ‘ascenso al poder’, y más como el origen de un monstruo, y una oportunidad –a lo largo de ocho episodios– de explorar la psicología de Oz, mostrando su lógica perversa y su historia sin glorificarla -explica-. Sin eludir el costo brutal y desgarrador que conlleva el deseo inquebrantable de poder de un hombre. Esto, para mí, es lo que hizo que valiera la pena contar esta historia. A pesar de nuestro título de cómic, como la película de Matt, nuestra serie refleja el mundo en el que vivimos: a quién cuidamos y a quién condenamos. Profundizamos en temas relacionados con el trauma, la masculinidad, la identidad, el narcisismo, la riqueza y la disparidad de clases. Es esta exploración sin filtros de una ciudad rota y su gente, espero que deje una impresión duradera.” El Pingüino, la serie, que se estrena el jueves 19 de septiembre por Max –con un episodio por semana–, retoma los sucesos de la película una semana después.
Cobb comienza a navegar entre la rivalidad de los Falcone, especialmente la hija de Carmine, Sofia (Cristin Milioti) y Sal Marino (Clancy Brown), que maneja los negocios desde la cárcel. Este año, además, el personaje por primera vez ha sido presentado como una mujer, Oswalda, en la serie animada Batman Caped Crusader de Prime Video. Creada por Bruce Timm, el mismo artista del icono de la serie animada de los noventa, Caped Crusader, decidió cambiarle el género al Pingüino.
Según James Tucker, el coproductor ejecutivo, “cuando me dijeron que tal vez pudiera ser mujer, me vinieron a la mente una avalancha de ideas. Estaba pensando en Marlene Dietrich con su esmoquin y en Cabaret, el musical, y en la forma de arte del cabaret, y comencé a dibujar. También estaba pensando un poco en Harvey Fierstein, Hairspray y Divine. Fue como si supiera al instante lo que podría ser”.
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