#YoAyudoDesdeCasa: cómo dar una mano frente a la emergencia por el coronavirus
El coronavirus lo cambio todo, también las formas de ayudar y las necesidades de las organizaciones que trabajan con las poblaciones vulnerables. Por eso, estas entidades hacen un llamado a la sociedad para poder seguir cuidando a los que más lo necesitan, apelando a la gran respuesta solidaria que suelen dar los argentinos frente a las crisis y las emergencias.
¿Pero cómo se puede, sin salir de casa, dar una mano a quienes asisten a los sin techo, a los comedores comunitarios o a los hogares de niños y ancianos? Porque esta vez ayudar también implica tener mucha conciencia y cuidados. De lo contrario, podemos terminar haciendo exactamente lo contrario: incrementar el riesgo. Este es un punto crucial y para Manuel Lozano, de Fundación Sí, uno de los más difíciles de entender. "A diferencia de otras veces, la mejor forma de ayudar es quedarse en casa y acompañar de manera virtual o monetaria, porque tenemos que evitar que la gente salga. Hay que ser respetuosos del aislamiento", remarca.
A pesar de la cuarentena obligatoria, siempre hay algo que podemos hacer para que la solidaridad se abra camino. Lozano cuenta que los teléfonos de Fundación Sí no paran de sonar: "La demanda es muy alta y la situación económica está afectando a la gran mayoría de la gente, pero igual están respondiendo al pedido", asegura. Su organización, además de realizar una campaña para comprar insumos, puso a disposición una línea de contacto para atender a las personas mayores de 60 años y a grupos de riesgo en la ciudad de Buenos Aires que necesiten asistencia y no cuenten con alguien.
"En tiempos de crisis, necesitamos más empatía", señala Mariela Fumarola, de Caminos Solidarios, una red de voluntarios que ayuda a personas en situación de calle, uno de los grupos más vulnerables en este momento. Fumarola llama a la población a estar atenta a sus vecinos que duermen en la vereda: "Quienes salen a trabajar, a hacer una compra o tienen permiso para pasear al perro y ven a alguien en esa situación, no dejen de acercarle algo para comer, llevarle un jabón, un abrigo. No los dejemos solos".
Desde la provincia de Salta, Alice Cuenya de Lemos, voluntaria de Manos Abiertas, también invita a la comunidad a "pensar en el que la está pasando peor que nosotros" y pide que "el estar encerrados en casa no nos vuelva egoístas".
Recogiendo la tradición solidaria del país y bajo el lema "Argentina nos necesita", la Cruz Roja, junto al sector privado y en coordinación con el Ministerio de Salud de la Nación, busca reunir donaciones para comprar equipamiento médico y fortalecer la estructura del sistema sanitario.
A continuación muchas formas de ser parte de #YoAyudoDesdeCasa:
Colaborar con los que no tienen dónde vivir
Cuando el #QuedateEnCasa parece ser la clave, una parte de población es la más expuesta: los sin techo. Además, muchas de las medidas preventivas, como lavarse las manos varias veces al día, usar alcohol en gel o limpiar con agua y lavandina las superficies frecuentes de contacto, son imposibles o de muy difícil cumplimiento, ya que muchas de las personas en situación de calle siguen sin poder ingresar a los paradores o a los Centros de Inclusión Social de la Ciudad.
"La situación es muy complicada, hay muchos que no tienen lugares adonde estar ni comer", relata Fumarola. La referente de Caminos solidarios cuenta que los grupos que hacen las recorridas no están saliendo, y que solo algunos pocos mantienen las visitas, para evaluar la situación y determinar cómo seguir ayudando. "Está complicado porque el 108 está desbordado, por más que se abrieron nuevos lugares, como el parador de Parque Chacabuco. No dan abasto, están sobrepasados", advierte.
Según el último censo, de abril de 2019, realizado por el Gobierno porteño, había al menos 1146 personas en situación de calle. Sin embargo, la cifra que relevaron las organizaciones de la sociedad civil es casi siete veces mayor: 7251 personas, de las cuales 871 son niñas, niños y adolescentes.
En este sentido, María Eugenia Scofienza, doctora en Ciencias Sociales y fundadora de la ONG Cultura de Trabajo, considera fundamental el empadronamiento, para así tener localizada a la gente que ahora no está en el sistema y poder ejecutar medidas como la del ingreso familiar que se acaba de anunciar y que entiende que "será fundamental".
Alimentos y kits de limpieza para comedores
En este contexto, no hay que olvidar un dato: cuatro de cada 10 niños, niñas y adolescentes se alimentan en comedores comunitarios o escolares, según los últimos datos del Observatorio de la Deuda Social de la UCA. Por eso, organizaciones como Red Banco de Alimentos están redoblando sus esfuerzos para que la ayuda no cese. Lanzaron la campaña #codoacodo junto a Mercado Libre para pedir mayor apoyo de la sociedad y poder hacer llegar un plato de comida a más niños y niñas, y ayudar con kits de higiene.
Muchos de los chicos y adultos que asisten a estos espacios no tienen los elementos necesarios para limpiar sus casas y cumplir con las medidas de prevención.
Así también lo relata Luis Gómez, coordinador general del comedor comunitario y merendero Por los chicos, en el barrio Loyola de San Martín, que brinda asistencia a unas 70 familias de la zona. "No solo les damos de comer, hay mamás que nos vienen a pedir jabones para poder lavarles las manos a sus hijos. Con el tema del virus, estamos hablándoles mucho a las familias, porque no todos tienen el mismo nivel de conciencia con respecto a la prevención y no saben lo que tienen que hacer", cuenta Gómez. Entre otras medidas de cuidado, entregan la comida en tuppers y piden a los vecinos "que no vengan todos al mismo tiempo, que no estén encimados".
Dar más recursos a los hogares de niños
El aislamiento obligatorio hizo que muchos hogares de niños, niñas y adolescentes se encuentren en una situación delicada, ya que tuvieron que hacer relevos de personal perteneciente a grupos de riesgo, reforzar la compra de productos de higiene y desinfección y también tienen más requerimientos de alimentos y más gastos de viáticos en remises o taxis para minimizar el riesgo de contagio. Victoria Aguirre de Acosta, presidenta de la ONG Familias de Esperanza, que tiene hogares en Florida y Boulogne, explica que el problema de la escasez de recursos atraviesa a casi todas las entidades. Lo mismo advierten las 20 instituciones de la Ciudad que forman parte de Hogares en Red, como Soles en el Camino. Su directora, Patricia Pérez, detalla que una de las grandes dificultades está en los insumos de limpieza e higiene y la disponibilidad de dinero en efectivo para trasladar al personal. "La gente tiene miedo y se le dificulta acceder a transporte público en ciertos horarios", explica Pérez. Otra cosa que pide con urgencia es leche para bebés: "Tenemos niños de 2 años que toman leches infantiles y no tenemos stock", lamenta.
Ayudar en la prevención a poblaciones vulnerables
"Las condiciones de hacinamiento en las que viven las familias nos compromete y nos invita a trabajar desde la prevención, porque en este contexto es mucho más sencillo que el virus se propague", señala Lucía Orcaizaguirre, de la Asociación Civil Siloé, que tiene espacios de desarrollo comunitario en barrios vulnerables de la provincia de Buenos Aires. "La situación en muchos barrios es desesperante porque la mayoría de las familias no cuenta con un ingreso fijo, lo cual hace que necesiten trasladarse para realizar algún trabajo informal, o poder salir a pedir", relata.
Frente a una de las principales preocupaciones que es la prevención a través del lavado de manos y la higiene, muchas organizaciones, entre ellas Módulo Sanitario, están enfocadas en proveer de kits de limpieza a las familias que no tienen baño o condiciones habitacionales adecuadas. "Solo recibimos dinero para no exponer a la gente a que salga de sus casas", dice Matías Nicolini y recuerda: "Hay más de 6 millones de familias que no tienen baño en su casa en la Argentina".