Vivir arriba de un camión para acercar lo que haga falta
A pesar de ser el dueño de una empresa de logística, él mismo elige subirse a los camiones para transportar donaciones a las áreas más desfavorecidas; además, es vicepresidente de la Fundación Rancho Ñato
"Cuando uno se involucra activamente en la ayuda social, se da cuenta de que los argentinos somos increíblemente solidarios. Todavía me acuerdo cómo en 1997, durante la gran inundación en el Litoral, no nos podíamos acercar con los camiones a la iglesia de San Cayetano, en Liniers, donde estaban las donaciones, por la cantidad de personas que había ido", reflexiona Walter Bo.
Walter nació el 31 de agosto de 1962 en la Capital Federal, hijo de Mari y Osvaldo, un empleado de YPF encargado del transporte de los equipos de perforación a los yacimientos del país, motivo por el cual su hijo pasó casi toda su infancia viviendo en las provincias y siempre cerca de los camiones. "Yo no quería ir al colegio, quería ir con mi papá a los camiones. Llegaron a sacar la puerta del baño para que no me encerrara ahí cuando no quería ir a la escuela", recuerda. Hoy, con 51 años, lleva 30 arriba de un camión, y aunque su trabajo ya no se lo demande, pasa la mayoría de sus días viajando y llevando ayuda a los que más lo necesitan.
Además de ser el socio gerente de la empresa de logística Transportes Puerto Nuevo SRL, Walter también se desempeña como vicepresidente de la Fundación Rancho Ñato, la ONG fundada y dirigida por el cantante Oscar Esperanza el Chaqueño Palavecino, y pone sus camiones y su tiempo a disposición de la Red Solidaria, para cada uno de los operativos en los que la organización liderada por Juan Carr lo precise.
Aparte de atravesar el país cargando 27 toneladas de ayuda a los rincones más necesitados, Bo responde mails a quienes ofrecen donaciones o colaboración, genera vínculos con instituciones, recibe las donaciones y las clasifica en el depósito de Puerto Nuevo, preside la Asociación Civil para el Progreso, la Cultura y el Deporte Club Sportivo Trichaco, y se encarga de algunas cuestiones organizativas del Festival del Trichaco. "No se cuánto tiempo de mi vida le dedico a la ayuda social, tampoco lo pienso; mientras que pueda organizarme, estoy siempre que se me necesite", simplifica con humildad Walter, que aun siendo feriado se encuentra con su camión y su yerno cargando las miles de botellas recaudadas para la campaña Un ladrillo para mi escuela (www.unladrillo.com.ar).
Su veta solidaria
Tuvo su primer acercamiento a las organizaciones caritativas cuando, por trabajar en YPF, fue convocado al Comité de Emergencia Solidaria, conformado, entre otros, por Bunge&Born, Pérez Companc, Navarro Viola, Acindar, y detrás de cuya organización estaba la Asociación Civil Red Solidaria. Entonces pudo extender su vocación de ayuda a más beneficiarios. YPF, entre otras acciones, donaba el combustible a los camiones de ayuda humanitaria que transportaban alimentos, ropa, útiles escolares y demás a la población del Litoral en la gran inundación de 1997. Allí conoció a Juan Carr, con quien forjó una sólida amistad. "Hoy, con Juan tenemos una gran amistad, él es increíble, siempre está pensando en la próxima ayuda que puede hacer, y yo siempre tengo ganas de ayudar, así que desde las primeras veces que nos vimos, me bautizó como el abanderado de transporte de la Red."
Más adelante, cuando la Fundación del Padre Luis Farinello recibió la donación de una camioneta, Walter fue el encargado de que el vehículo fuera puesto en condiciones para que la organización pudiera utilizarla. Unos días más tarde, el religioso se contactó con él por teléfono para agradecerle y pedirle un favor: debía trasladar al Chaqueño Palavecino desde el hotel Presidente, donde se hospedaba, hasta el teatro Ateneo, para que se presentara en el festival Honrar la vida. Ese evento marcó el inicio de la amistad y el trabajo conjunto con el Chaqueño, que tiempo después, lo nombraría vicepresidente de su organización. "Aunque siempre lo había admirado, desde que lo conocí, al Chaqueño lo traté siempre como a un igual. Cuando llegamos al teatro Ateneo me pidió que me quedara y lo acompañara hasta el camarín, y que a la vuelta lo llevase de regreso al hotel. A la salida del recital me invitó a cenar y le dije que no, el insistió diciendo que él invitaba, pero le retruqué diciéndole que plata no me faltaba. Eso le gustó tanto que cuando volvió a tocar en Buenos Aires, me llamó para que yo fuera su chofer", cuenta.
Proactivo social
Además de su solidaridad, Walter se destaca por otra gran cualidad: la iniciativa propia. En 2005, durante la severa sequía que afectó a la ciudad de Castelli, Chaco, a 274 kilómetros de Resistencia, tomó un camión de la flota con tanque cisterna y fue a pedirle agua al intendente de la localidad de Roque Sáenz Peña, a 60 kilómetros de la zona afectada. Pasó una semana haciendo cinco viajes diarios entre Castelli y Sáenz Peña, llevando más de 150 mil litros de agua por día a las escuelas, iglesias, hogares, aljibes y otras instituciones que lo necesitaban. "La cara de la gente cuando llegaba con el agua no se me va a borrar más, algo tan común para nosotros como el agua, para ellos era más valioso que el oro, esas experiencias son las que te enseñan a valorar lo que tenés."
Walter, junto con los otros diez socios de Puerto Nuevo, colaboran constantemente ayudando a satisfacer las necesidades de la villa 31 y su comedor, que linda con el predio de la empresa en el barrio de Retiro. "Ayudamos con la villa desde que estamos ahí, pero nunca nos interesó difundir esto que hacemos. Nosotros lo hacemos porque es lo que hay que hacer, es lo que todos deberían hacer, y no para tener un reconocimiento."
Nunca pasa demasiado tiempo entre viaje y viaje para que Walter cargue su camión y se traslade hasta donde se lo requirapara llevar las donaciones recaudadas por la fundaciones que integra; calcula que en total viaja a zonas necesitadas unas treinta veces al año, es decir, más de dos veces al mes. "Walter es así, lo llamás y siempre puede, por más que se le complique, él te dice que sí. La verdad que en Red Solidaria lo queremos muchísimo, es increíble el corazón que tiene", cuenta Raúl Sandoval, uno de los varios representantes de Red Solidaria que se encuentra subiendo las botellas al camión de Walter.
Festival Trichaco
"La primera vez que viajé al paraje Rancho Ñato para donar unos útiles escolares, llevé a mi hijo Pablo conmigo para que me acompañara. Recuerdo que cuando terminamos de descargar las donaciones, uno de los habitantes del paraje nos ofreció la ducha de su casa para que nos bañáramos los dos. Al llegar a la casita de adobe nos trajo un balde con unos diez litros de agua tibia, un jarrito, y nos dijo acá tienen. En esas situaciones, uno entiende lo afortunado que es con lo que tiene y lo importante que es ayudar a los más necesitados", comenta Walter.
Desde 2002, por iniciativa del propio Oscar Palavecino, se realiza anualmente el Festival Trichaco, nombrado así por tratarse de un evento que involucra a gente de la Argentina, Bolivia y Paraguay. Este encuentro, que cuenta con la participación de renombrados artistas del folklore criollo y también con los pueblos originarios, logra recaudar una cifra aproximada de $ 134.000, que se utilizan para comprar útiles escolares para las 42 escuelas rurales dentro del departamento de Rivadavia Banda Norte, Salta.
Walter no sólo transporta los elementos para realizar el festival, sino que también tiene a su cargo al ejército de Tartagal para que lo ayude con todos los preparativos. No sólo permite la recaudación de dinero para ayudar a los chicos, también logra que los pueblos cercanos puedan vender sus artesanías, y que arriben turistas de los tres países que buscan disfrutar de las tradiciones regionales.
Acciones futuras
El éxito del festival y la inmensa ayuda social a través de las donaciones de la gente han logrado que casi la totalidad de los niños de la zona hayan podido tener sus propios útiles para comenzar las clases. "Estamos contemplando destinar los fondos recaudados por Trichaco al armado y mantenimiento de huertas orgánicas para las escuelas, algo que permitiría un mayor desarrollo regional, tanto alimentaria como económicamente."
Gracias a este tipo de acciones, el pueblo –que hasta no mucho tiempo atrás no tenía luz ni agua potable– hoy tiene una escuela, electricidad, un pozo de 160 metros de profundidad para abastecer con agua potable a la población, y se ha transformado en un punto de interés turístico.
En esta sociedad inercial que se queja de la velocidad y la vorágine del tiempo, Walter Bo, casado, con tres hijos y un trabajo de tiempo completo, demuestra que ayudar no es una cuestión de tener tiempo, sino de tener corazón.
Corta biografía de una larga vida
Walter Bo
- Profesión : socio gerente de la empresa de logística Transportes Puerto Nuevo SRL
- Entidad : Fundación Rancho Ñato y Red Solidaria
- Fecha de nacimiento : 31/08/62 Área de acción: logística y transporte
- Logros : colaboró con el transporte de donaciones a localidades afectadas por diferentes catástrofes
150 mil
Litros de agua por día
Son los que hizo llegar durante la sequía que afectó a la ciudad de Castelli, en Chacho, en 2005, a numerosas escuelas, iglesias, hogares, aljibes y otras instituciones que lo necesitaban
Cómo colaborar
- Red Solidaria www.redsolidaria.org.ar
- Fundación Rancho Ñato www.fundacionranchonato.org.ar