“Vas a estudiar lo que vos querés”: desde su pueblo, la universidad se veía como un sueño imposible, pero una residencia para jóvenes lo hizo posible
Jesica soñaba con mudarse a la ciudad de Córdoba para estudiar Comunicación, pero para la economía de su familia resultaba inaccesible; gracias a un programa de la Fundación Sí, hoy recibe ayuda y alojamiento y logró transformar aquel deseo en un proyecto de vida; la iniciativa acaba de recibir un fuerte apoyo del Círculo de Directores de Comunicaciones de la República Argentina para que las becas lleguen a más personas
- 5 minutos de lectura'
Se estima que solo 1 de cada 10 jóvenes que viven en pueblos o ciudades del interior logra acceder a la universidad, según datos del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC). Todo indicaba que Jesica Moyano, una joven de 20 años oriunda de Sebastián Elcano, un pueblo cordobés de solo 5.000 habitantes, iba a quedarse entre los nueve con menos oportunidades.
“Yo cursaba en un secundario con orientación en Comunicación. Y en cuarto año había empezado a soñar con la posibilidad de cursar la carrera universitaria. Pero la Universidad de Córdoba quedaba a 200 kilómetros y mi familia no estaba en condiciones económicas de pagarme un alquiler y todo lo necesario para que yo estudiara en la ciudad”, explica Jesica, de visita por la redacción de LA NACION.
Ya en 2019, durante el último año del colegio, mientras el realismo de la situación familiar enfriaba todavía más sus sueños (su papá, empleado de un supermercado, apenas podía con los gastos de una familia integrada también por su esposa y sus cuatro hijos), la joven se reunía con sus amigas y, entre charlas de mate y tereré les decía: “Alguna manera tiene que haber para que yo pueda estudiar”.
En esos días de incertidumbre, recibió un mensaje alentador. “Era de una chica de mi pueblo que estaba estudiando en la universidad mientras vivía en una residencia universitaria de la Fundación Sí. ‘Abrieron las inscripciones para nuevos postulantes’, me dijo. Y ahí fui. Éramos más de 100 postulantes rindiendo diferentes exámenes”, recuerda la joven.
Actualmente, la Fundación Sí, una organización civil que busca promover la inclusión social de los sectores más vulnerables, suma 22 residencias distribuidas en ciudades que cuentan con amplia oferta universitaria y terciaria. El objetivo de estos espacios es, justamente, acercarle la posibilidad de estudiar a jóvenes que viven en parajes alejados y no cuentan más que con el deseo de forjarse un futuro a través de una carrera. Allí los jóvenes reciben mucho más que alojamiento. También tienen cubierta la alimentación y, además, cuentan con una ayuda económica para cubrir los materiales de estudio y el transporte.
“Desde que abrimos la primera casa en Santiago del Estero, en 2013, este proyecto es sinónimo de inclusión y una apuesta real a la educación. Hoy tenemos más de 600 jóvenes viviendo en las residencias de todo el país y casi 200 más a los que les brindamos apoyo externo, aunque no vivan en las casas. Todos esos chicos, sin este tipo de oportunidades, se hubieran quedado sin la posibilidad de estudiar”, explica Manuel Lozano, creador y presidente de la Fundación Sí.
“Yo lloraba, mis papás lloraban”
Tiempo después de haber rendido aquel examen, Jesica recibió un mensaje de Marcos, el encargado de la residencia de Córdoba. “Recuerdo que me hizo algunos chistes y preguntas sin sentido hasta que me dijo: ‘Todo esto es para decirte que quedaste. ‘Vas a estudiar lo que vos querés’. Yo lloraba. Mis papás lloraban”, agrega con una sonrisa.
El curso de ingreso fue una experiencia única, capaz de borrar la angustia que le había generado dejar su pueblo y su familia. Pero la alegría duró poco. Corría marzo de 2020 cuando el Presidente decretó el confinamiento por la pandemia de coronavirus. “Si bien podía haber optado por quedarme en la residencia y cursar virtual desde ahí, preferí volver a mi casa. Así fue todo 2020 y en 2021 pisé la universidad para rendir finales. En algún sentido siento que éste, mi tercer año, es un poco el primero, porque recuperamos la presencialidad plena”, agrega.
Actualmente, en la residencia de Córdoba comparte sus rutinas con 27 chicas y chicos que reparten la semana entre sus estudios y las tareas domésticas distribuidas para mantener el lugar limpio y organizado. “Nos dividimos en grupos de cinco y vamos rotando en las tareas diarias. Te puede tocar limpiar el living, cocinar, lavar las ollas o la limpieza de otros espacios comunes. La convivencia por momentos puede ser complicada, porque somos muchos. Pero en general me llevo bien con todos y, además, tengo mi grupo de amigas”, cuenta.
En los veranos, vuelve a su pueblo y aprovecha para conseguirse algún trabajo temporario. “He hecho de todo: fui moza, verdulera, empleada de comercio, ayudante de cocina. Amo mi pueblo, pero las posibilidades no son muchas. Dicen que el que quiere, puede, pero no siempre es así. A veces, podés querer, pero si no te dan la oportunidad, no alcanza”, asegura desde su experiencia.
Un nuevo apoyo para promover más becas
Ayer, en el marco de su 20° aniversario, el Círculo de Directores de Comunicaciones de la República Argentina (Círculo Dircoms), le donó a la Fundación Sí el equivalente a veinte becas. El objetivo es que otros veinte chicos y chicas que, al igual que Jesi, sueñen con estudiar Comunicación en la universidad, puedan vencer cualquier cálculo probabilístico en su contra.
“La mejor manera de celebrar nuestro aniversario es honrando el propósito del Círculo Dircoms a su máxima expresión, e impulsar cómo la Comunicación puede generar un cambio en la sociedad y transformar a las personas. La campaña ‘Impulsando los Dircoms del futuro’ es el resultado del trabajo conjunto con la Fundación Sí para becar los gastos anuales de jóvenes que quieran seguir carreras universitarias relacionadas a la Comunicación Institucional”, destacó Alejandra Martínez, presidenta del Círculo Dircoms.
Es, justamente, la Comunicación Institucional la rama que, por el momento más atrae a Jesica. “En mi pueblo, en la escuela, tenía profes que eran comunicadores. Pero yo no me imagino ser profe en mi futuro. Sueño con poder quedarme en Córdoba, trabajando de lo que me gusta”, concluye.
Cómo colaborar para becar a más jóvenes
- El Circulo Dircoms acaba de lanzar junto a Adepa la campaña “La educación inaccesible”. La idea es que las personas interesadas en colaborar para que más jóvenes accedan a una educación universitaria pueden donar con su tarjeta de crédito o a través de Mercadopago en el siguiente link.