Hicieron un nuevo relevamiento de las personas en situación de calle: cuántas son, qué edades tienen y por qué se quedaron sin nada
Varias ONG y movimientos sociales recorrieron 11 ciudades e identificaron a 9440 personas durmiendo en veredas, plazas, iglesias y cajeros de bancos; en CABA registraron un aumento del 128%; cerca de la mitad dijo estar en esa situación por primera vez en su vida
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¿Cuántas personas en situación de calle hay en la Argentina? Un grupo de organizaciones sociales se propuso comenzar a responder esa pregunta, que hasta el momento ni el censo nacional hecho el año pasado fue capaz de responder con certeza.
Para lograrlo, hicieron un relevamiento en la ciudad de Buenos Aires y otras 10 ciudades del país. Lo llevaron adelante entre mayo y diciembre de este año y con una metodología diferente a la utilizada tanto en el censo nacional como en censos populares realizados en CABA.
En total, identificaron a 9440 personas durmiendo en veredas, plazas, iglesias, debajo puentes y cajeros de bancos. Son 65% más que las 5705 censadas en mayo de 2022 por el Indec en 31 centros urbanos que abarcan a todas las provincias del país.
Al proyecto se lo conoce como Relevamiento Nacional de Personas en Situación de Calle (Renacalle) y fue liderado por el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y el Movimiento Popular Nuestramérica. Para hacerlo, las organizaciones contaron con el soporte técnico de la Secretaría de Integración Socio Urbana (SISU), que dependía de Ministerio de Desarrollo Social, y el apoyo de una decena de organizaciones e instituciones, como ACIJ, CELS, la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, la fundación Multipolar y Cáritas Buenos Aires. Entre todas sumaron parte de los 1500 voluntarios que hicieron el relevamiento y las entrevistas a esta población.
El conteo fue realizado en CABA y otras cinco ciudades capitales: Corrientes; Paraná, Entre Ríos; San Fernando del Valle de Catamarca; Santa Fe; San Salvador de Jujuy. Además, relevaron a esa población en San Martín, ciudad de Mendoza, y las localidades bonaerenses de Lanús, Morón, Malvinas Argentinas y Pergamino. El equipo organizador explicó que las localidades fueron escogidas en función de los recursos y disponibilidad de voluntarios en el territorio.
Del total de personas relevadas, unas 8028 fueron identificadas en la ciudad de Buenos Aires, más del doble de la cifra difundida tras el último relevamiento del Gobierno porteño, realizado este año, que fue de 3511. Marca un aumento del 128%.
Le siguen, en orden de importancia, la capital santafecina, con 505 personas; la capital jujeña, con 185; Paraná, con 157 y Lanús, con 154. La localidad en la que se encontró la menor cantidad fue Malvinas Argentinas, con 23 personas.
El proyecto también evaluó la cantidad de dispositivos diurnos y nocturnos que dan respuesta a esta problemática: unos 55 en las 11 ciudades, 45 de los cuales están en CABA. La cantidad de plazas totales disponibles es de 3628, por lo que, si esta noche todas las personas quisieran dormir en alguno de ellos, el 61,5% de las personas relevadas no tendría cupo.
Así, por ejemplo, en la ciudad de Pergamino no hay dispositivos nocturnos pese a que el equipo encuestó a 52 personas en situación de calle. Lo mismo ocurre en Catamarca (28 personas), Malvinas Argentinas (23 personas), Lanús (154 personas) y San Salvador de Jujuy (185 personas). En CABA, los 45 dispositivos cuentan con 3409 plazas, muy por debajo de la cantidad de personas relevadas.
“Con la sanción de la ley de Personas en Situación de Calle y Familias sin Techo, en 2021, el Estado se comprometió a relevar a esta población. El Renacalle es la respuesta de las organizaciones sociales ante la falta de cumplimiento de ese compromiso”, explica Nicolás Silva, referente de Nuestramérica.
Esta norma, sancionada en 2021 pero promulgada en abril de este año, garantiza la protección y el acceso a todos los derechos que hacen a la dignidad de una persona para la población en situación de calle o que se considera en riesgo de estarlo, porque viven en condiciones de precariedad habitacional. Para hacerlo, el Estado se obliga a generar políticas públicas, como, por ejemplo, promover centros de inclusión social en todo el país. También prevé la realización de un relevamiento anual con participación de las organizaciones que trabajan esta temática.
“Las organizaciones somos las que siempre estuvimos al lado de las personas en situación de calle, una población históricamente olvidada. De hecho, fuimos las organizaciones las que incidimos para que la ley se promulgara en abril de este año, después de la muerte de una beba a metros de la Plaza de Mayo”, dice Mariana González, referente de Vientos de Libertad del MTE.
Para poder avanzar con cualquier política pública es fundamental conocer previamente el tamaño de la población a la que va dirigida. “Una cosa es pensar políticas para un colectivo de algo más de 5000 personas en todo el país, como la cifra del Indec, y otra muy distinta para una población que, apenas en 11 ciudades alcanza a más de 9000 personas”, analiza Belén Burgstaller, coordinadora del Renacalle.
Hay 1104 adolescentes y niños en esa situación
Los resultados de esta investigación aportaron tanto información cuantitativa como cualitativa. Del total de las personas relevadas, 1104 tienen menos de 18 años. Entre la población adulta, la gran mayoría se encuentra en edad económicamente activa: el 28.51% tiene entre 30 y 39 años; el 20,93%, entre 18 y 29 años, y el 20,23%, entre 40 y 49 años. El 83,3% se identifica como varón; un 15,3%, como mujer y el resto se identifica como integrante del colectivo travesti y trans.
Con respecto al tiempo que llevan en la calle, al momento de ser encuestado, el 47,4% expresó estar en esa situación por primera vez. Por otra parte, un 31% lleva más de 6 años así, seguido por un 17,62% que estaba en la calle desde hacía menos de seis meses.
El principal motivo por el que no contaban con un hogar o un techo fijo tiene que ver con conflictos familiares (24,95%). Le siguen el haber sido expulsado de su vivienda (21,93%), no poder pagar el alojamiento (12,79%) y consumos problemáticos (12,11%), entre diferentes razones que incluyen la precariedad habitacional y otros problemas de salud mental.
Algunas de las preguntas estuvieron orientadas a cuestionar algunos de los principales prejuicios que existen con respecto a esta población, como, por ejemplo, que se trata de una problemática que sólo existe en los grandes centros urbanos, o que quienes se encuentran en esta situación no trabajan o no piden ayuda.
“Buscamos que este primer relevamiento nacional fuera una ventana a lo que ocurre no sólo en las grandes ciudades, sino también en localidades más pequeñas. Y la conclusión es que aún en un pueblito pequeño podés encontrarte con personas en situación de calle”, expresó Silva, de Nuestramérica.
El 64,1% dijo haber trabajado al menos una hora en la semana previa a ser relevado. El 60,4% se presenta como trabajador independiente, en tanto que un 18.5% aseguró tener un empleo formal. Todas las personas relevadas expresaron que dependen de la ayuda de otros para subsistir: más del 50% recurre a las organizaciones sociales o a espacios vinculados con iglesias.
La metodología
Si bien el equipo organizador reconoce que el actual relevamiento recoge aprendizajes de censos populares realizados sobre esta población con anterioridad, la metodología utilizada en este caso es, según consideran, completamente novedosa y superadora. “La preparación previa demanda varias semanas e involucra un mapeo territorial en el que la zona a relevar se divide en áreas, polígonos y radios. En ellos se ubican puntos de interés como plazas, cajeros automáticos, hospitales, o terrenos baldíos, entre otros, que serán visitados por nuestros relevadores en dos turnos”, explica Daniela Valiente, también coordinadora del Renacalle, quien agrega que, para el mapeo y la preparación, el equipo recuperó todo el trabajo en territorio de las organizaciones.
La no inclusión de las organizaciones para la realización del censo nacional había sido, justamente, uno de los cuestionamientos que recibió cuando se difundieron los resultados. Pero lo más cuestionado había sido la metodología: “Está pensada para gente que vive en un domicilio, que se puede quedar en un solo lugar y no ir a trabajar ese día. La particularidad de esta población es que necesita ser contada de otra manera”, había dicho a LA NACION Jorgelina Di Iorio, psicóloga e investigadora del Conicet.
En esta oportunidad, una vez detectada una persona, el equipo se acercó a encuestarla. Luego, cargó la información en una app diseñada especialmente para este proyecto. Para evitar duplicaciones, cada cuestionario fue codificado con las iniciales y la fecha de nacimiento de la persona. Además, se le colocó una pulsera o un sticker a cada encuestado. ”Tratamos de explicarles que ellos son los protagonistas de esta iniciativa. Que sin ellos, no tenemos nada. El nivel de respuesta fue muy bueno y para eso fue fundamental la preparación previa a los encuestadores para sensibilizarlos”, agrega González.
Belén Burgstaller también se involucró en el proyecto del Renacalle como relevadora. Dice que era frecuente que las personas se quejaran del dolor de pies. “Hoy en día tienen todo descentralizado. En un lugar duermen; en otro, se bañan; en otro, comen; en otro, retiran ropa. Es mucho lo que caminan a diario para satisfacer sus necesidades”, se lamenta.
Una de cada tres personas relevadas afirmaron haber sufrido violencia institucional y más de la mitad de las mujeres y personas LGBT han padecido violencia de género. “Es una población que, a pesar del duro contexto que le toca, trata de trabajar y rebuscárselas como puede. De hecho, cuando les preguntás qué necesitan para mejorar su vida, la mayoría te habla de trabajo y vivienda”, concluye González.
Más información:
- Cuál es la mejor forma de ayudar a quienes están en situación de calle: La Nación armó una guía con 50 maneras de solidarizarse con las personas que duermen a la intemperie. Podés entrar haciendo click aquí.