Una empresa estudiantil que hace alfajores saludables fue elegida mejor compañía escolar de América: “La idea surgió al ver lo que comíamos en el recreo”
Se llama Manik y fue creada por alumnos de una escuela técnica de San Miguel del Monte; en lo que va del año acumula una ganancia de 600.000 pesos; fue elegida “La Compañía del año” por Junior Achievement entre 20 proyectos de nueva países de la región
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En San Miguel del Monte, la noticia fue un suceso que alegró a sus 25.000 habitantes. Una empresa estudiantil creada por alumnos del Instituto Agropecuario de Monte fue elegida la mejor compañía del año entre 20 empresas escolares de nueve países de América Latina que habían llegado a la etapa final del certamen.
Por iniciativa de Junior Achievement, una organización internacional que conecta a jóvenes de más de 100 países con el mundo del trabajo, los estudiantes de este pueblo ubicado a 107 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires fueron distinguidos como “La Compañía del Año” (COY por sus siglas en inglés).
La empresa premiada se llama Manik y es un proyecto creado por un equipo de 13 estudiantes de 5° a 7° año para producir un alfajor de galletitas de arroz, crema de maní y baño de chocolate. El nombre de la empresa está asociado a la materia prima principal del producto ganador y, además, en idioma maya quiere decir “tierra sagrada”.
“Lo primero que hice fue llamar a mi mamá cuando nos anunciaron que ganamos. Nunca pensamos que esto podía pasar”, dice Juana Ro, alumna de 6° año de la especialización en Biotecnología y miembro del equipo ganador. En nombre de todo el equipo, ella asistió a la ceremonia de premiación junto a Catalina Cisterna, alumna de 5° año en la misma modalidad y Laureano Rodríguez, alumno de 7° año de Agrotécnica.
La competencia y premiación de la decimoquinta edición de la “La Compañía del Año” se hizo en Buenos Aires, entre el 28 y el 30 de noviembre. El sueño había comenzado ocho meses antes, cuando en abril participaron del Programa Aprender a Emprender, que la organización Junior Achievement acerca todos los años a muchas escuelas con el objetivo de promover en los estudiantes de los últimos años un acercamiento al mundo del emprendedurismo, la creatividad y el trabajo en equipo.
“Primero, hicimos una lluvia de ideas para definir qué producto haríamos. Luego, nos dividimos en dos grupos para probar modelos de alfajor, hacer análisis de mercado en nuestra localidad, ver si era rentable y testear distintas calidades”, detalla Laureano, a cargo de las finanzas de la empresa.
El programa tiene varias etapas durante los meses de trabajo y es guiado por facilitadores de la organización, que hacen el seguimiento de los pasos que van dando los equipos. “Desde hace 30 años que Junior Achievement lleva este programa a escuelas de todo el país. Está presente en 19 provincias, desde ciudades grandes hasta pequeños parajes rurales”, explica Bernardo Brugnoli, director ejecutivo de la organización y añade que promueven que “los jóvenes puedan hacer un emprendimiento real desde edades muy tempranas y adquieran un vínculo con el mundo laboral”.
Hacia fin de año, las escuelas interesadas se inscriben en el sitio web de la organización y pasan por un proceso de selección que prioriza la conectividad, la gestión estatal o subvención y que tengan un espacio curricular y docente de dos horas semanales. Se lleva adelante de abril a noviembre y cuenta con la colaboración de un docente responsable en la escuela y un facilitador de la organización que hace el seguimiento de cada equipo en forma virtual, durante todo el año.
“Al principio tuvimos una reunión presencial, en la que el facilitador nos enseñó cómo debíamos organizarnos. Nos dio herramientas y consejos, además de pautas claras de los pasos a seguir. Luego, el seguimiento fue virtual, mediante videollamadas”, dice Cata, a cargo del área de Marketing de Manik. En la segunda etapa, deben presentar el proyecto ante una rueda de inversores, muchas veces amigos y familiares, pero también empresas que tienen alianza con la organización. Así consiguen fondos para llevar adelante el negocio.
En seis meses, la empresa estudiantil produjo y vendió alrededor de 3000 alfajores, mayormente en la escuela, pero también a través de las redes sociales, en ferias y por pedidos de la comunidad. “Llegamos a hacer envíos a otras ciudades”, aclara Juana Ro. El precio por unidad arrancó en 200 pesos la unidad, pero aumentó a medida que subió el costo de las materias primas. Hoy, cada alfajor sale 300 pesos. Al cierre del proyecto, la compañía tuvo una ganancia neta de unos 600.000 pesos.
Además de tener que ser rentables, los productos o servicios de la empresa tienen que tener un impacto social y ecológico y dar solución a un problema de la comunidad en donde viven. “En los recreos veíamos que los chicos comían productos industrializados, poco saludables y con alto contenido químico”, explica Juana, quien tiene el rol de Directora General de la empresa. “Por eso pensamos en un snack que mejore la cultura alimentaria de los chicos”, añade.
La sustentabilidad también es muy importante como condición del programa y para el Instituto Agropecuario no es algo nuevo, ya que tienen proyectos de compost, de tratamiento de residuos y de reutilización de plásticos de silobolsas. “El alfajor está envuelto en papel barrilete, que puede ser reciclado y lleva un código QR que el consumidor puede escanear y obtener información sobre sus ingredientes y sustentabilidad”, agrega Laureano, próximo a graduarse. En 2024, comenzará la carrera de Ingeniero Industrial en la Universidad Nacional de La Plata.
Los alfajores están producidos en forma artesanal, libres de conservantes y azúcares agregados y no son ultraprocesados. No contienen colorantes ni ningún tipo de aditivo. “Tenemos un slogan: “Disfruta con conciencia, disfruta con Manik”, porque buscamos que el producto sea rico y sano a la vez”, dice Cata.
En el programa Aprender a Emprender participaron 300 escuelas de todo el país con proyectos que involucraron a alrededor de 5500 estudiantes de escuelas públicas y privadas. “El instituto Agropecuario de Monte es una escuela privada con aporte estatal. Las familias que lo integran son de clase media baja y sin la ayuda del Estado, no existiríamos”, indica María del Carmen Bottaro, directora de la escuela ganadora del premio.
“Este premio nos dio una inmensa alegría a todo el pueblo y demuestra que las creencias de que “los jóvenes están perdidos” o “los jóvenes no hacen nada” no son ciertas. Con acompañamiento y herramientas, son creativos y exitosos”, agrega Buttaro y aclara también que uno de los propósitos del instituto es que los estudiantes puedan salir preparados para estudiar y trabajar.
Luego de ganar el premio nacional y regional, Manik competirá a nivel global en febrero de 2024, frente a los finalistas de Asia, Estados Unidos, Europa, Medio Oriente y África. “El premio es de U$S 15.000 y hasta ahora, nunca lo ha ganado la región de América”, detalla Brugnoli y subraya que una de las cosas más importantes de estos programas es acompañarlos y darles herramientas para organizar un emprendimiento”.