Un video que expone desigualdades: en 2 minutos, explica por qué “pierde” cinco horas al día en ir al trabajo
Alberto Gramajo es empleado de la construcción y se levanta a las 3.30 de la madrugada para poder llegar a tiempo a la obra que tiene asignada y no perder el presentismo; estiman que 1 de cada 10 trabajadores de barrios populares necesita viajar por lo menos 4 horas al día para llegar a su lugar de trabajo.
- 2 minutos de lectura'
Alberto Gramajo es empleado de la construcción y cada día se levanta a las 3.30 de la madrugada para poder llegar a tiempo a su trabajo. Pasa 16 horas fuera de su casa y casi un tercio de ellas se la pasa viajando. Todo el año es de noche cuando Alberto sale a trabajar. Y casi siempre es de noche cuando regresa.
En la mayoría de las villas, asentamientos y barrios populares es muy frecuente vivir lejos del trabajo. Se estima que seis de cada 10 personas tienen que viajar al centro de la ciudad en la que viven u a otra ciudad para trabajar, según un informe hecho por Techo Argentina, con el apoyo de Uber, a partir de entrevistas en barrios populares.
En más de la mitad de estos casos tardan entre media hora y dos horas y un 10 por ciento tarda más de dos horas en llegar. La razón es simple: generalmente, las personas que habitan estos barrios se encuentran con poca oferta de trabajo en lugares cercanos a su hogar, por lo que tienen que recorrer largas distancias para poder tener una fuente de ingresos.
De los 1,6 millones de personas que por día viajan a CABA desde el Conurbano, 1,3 millones lo hacen para trabajar en la Ciudad. Adicionalmente, el 60 por ciento requiere de, al menos, un trasbordo. Son datos del informe “¿Cómo nos movemos en el AMBA?”, publicado en 2020 por el especialista en desarrollo urbano y transporte Sebastián Anapolsky, miembro del Instituto del Transporte de la UNSAM.
Sobre Escenas de desigualdad
Escenas de desigualdad es un proyecto de Fundación LA NACION que busca mostrar las enormes brechas en el acceso a derechos básicos que todos los días enfrentan las personas más pobres de la Argentina. Incluso las acciones más cotidianas como viajar al trabajo, preparar el almuerzo, pedir un turno médico o ir a la escuela –por mencionar sólo algunos ejemplos– se vuelven más difíciles en escenarios marcados por la carencia. La desigualdad se manifiesta con su peor cara: la de la falta de oportunidades. El objetivo de esta serie de notas es contar historias reales y ponerle rostro humano a las barreras que son parte de la vida de millones de argentinos.
Si conocés alguna historia atravesada por la desigualdad, podés escribir a loliva@lanacion.com.ar