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Hace 30 años, cuando Ruben Huentemil era chico, algunos días se subía al tren de trocha angosta, La Trochita, para ir a la escuela. Lo tomaba en su pueblo, Ojos de Agua y bajaba en Mamuel Choique. “Enfrente de mi casa había un parate donde la gente esperaba para tomar el tren”, recuerda.
Enrique Pedraza, hacía con su papá a caballo los 30 kilómetros que habían desde su hogar a la estación de Ojos de Agua. Bajaban, ataban el animal a un palenque e iban a Jacobacci por el día a comprar víveres. "Muchas veces era el único medio para trasladar cosas porque no había rutas ni auto", reflexiona.
La Trochita que une las ciudades de Ingeniero Jacobacci y Esquel, . Hoy en día, funciona una vez al año, cuando la empresa Trenes Patagónicos que la maneja, vende algún paquete turístico. Las vías están en condiciones, y se le realiza un mantenimiento sostenido a las máquinas, pero el problema es que nadie puede hacer frente a los costos de ponerla en funcionamiento.
"Se necesitan 12 litros de gasoil por kilómetro, más lubricantes y grasa, y 25 litros de aceite cada 100 kilómetros. Además, hay que tener en cuenta que son necesarias seis personas, entre conductor y mecánicos", explica Alberto Llanca, gerente general de Tren Patagónico.
Durante 47 años, La Trochita sirvió como transporte de pasajeros y de carga de mercadería para los productores. Y le dio vida a todos los parajes de la línea sur como Ojos de Agua, Fruta Ruín, Mamuel Choique y Río Chico, entre otros. Ellos fueron naciendo alrededor del trazado de las vías, y en consecuencia, se empezaron a morir con su cierre.
Este proceso es justamente el que quiere revertir la Cooperativa de trabajo en Turismo Ayufin Mapu, integrada por chicos de 19 a 35 años de la zona. Su objetivo es generar empleo juvenil a través del turismo y ya tienen varios proyectos: están por abrir un Museo Ferroviario en Ingeniero Jacobacci, quieren reflotar el funcionamiento de La Trochita junto a la empresa Trenes Patagónicos, y están armando propuestas vinculadas con el valor arqueológico y natural de la zona.
"En la trocha la gente viajaba hacia Jacobacci a hacer las compras grandes de mercadería, transportaba la lana, se cambiaba la máquina en Río Chico y generaba turismo también porque era un paseo en sí mismo", explica Alejandra Díaz, fundadora de la cooperativa.
Además, La Trochita era la principal fuente de trabajo de estos lugares. Empleaba a maquinistas, a personas que trabajaban en el taller, a otros tantos que arreglaban las vías. Todos ellos tuvieron que migrar en busca de otras oportunidades. Los pueblos quedaron vacíos y las viviendas abandonadas. Algunas fueron refaccionadas por el gobierno provincial para que las familias pudieran vivir en condiciones dignas.
Santiago Cabañares era capataz general de vía de La Trochita y uno de los tantos que se tuvo que reinventar para salir adelante. "El ferrocarril le daba empleo a muchas familias y había una continuidad generacional. Algunos nos aferramos al tierra, la seguimos pelando y nos quedamos, pero el resto tuvo que migrar a los pueblos más cercanos y algunos hasta se han ido de la provincia", explica.
Alberto Llanca lleva los trenes en la sangre. Él fue conductor, al igual que su papá y su abuelo. "Cuando cerró quedamos sólo el 10% de los empleados. De 60 conductores quedamos solo dos", dice.
El tendido de rutas nacionales y provinciales, incentivó a que las personas se vieran obligadas a comprar vehículos para poder moverse. "Hoy la mayoría de las personas tienen auto pero la nafta está muy cara y en estos lugares se rompen mucho. No hay líneas de colectivo pero sí funciona una traffic que hace tres veces por semana el recorrido de Jacobacci a El Bolsón, pasando por todos los parajes", agrega Pedraza.
Uno de las factores que ayudó a que la región sur pudiera sobrevivir, es que el tren no se haya levantado por completo. De hecho, todavía funciona uno que hace el tramo de Bariloche a Viedma - es de carga y pasajeros - , y otro más corto que va de Jacobacci a Bariloche, solo para pasajeros. Ambos tienen frecuencia semanal.
Es que el tren sigue cumpliendo una función social muy importante en la zona, porque es un medio de transporte económico. "Lo usan mucho empleados públicos, maestros, policías y personal de salud. Llegó el asfalto y mejoró la vida, pero el tren sigue cumpliendo con su función", dice Llanca.
Una frecuencia semanal
En los galpones que La Trochita tiene en Ingeniero Jacobacci, hay tres máquinas, con locomotoras Baldwin y Heinsen, en perfecto funcionamiento. El problema es que tardan dos horas en quedar funcionando solas porque su mecanismo es muy artesanal. "Hay que generar el fuego y calentar el agua para que genere vapor. Después tiene que levantar kilos de presión de vapor, y recién dos horas después arranca. Ahora es más fácil porque tenemos compresor, antes prendíamos la leña para generar el vapor", explica uno de los mecánicos.
Ayufin Mapu en mapuche quiere decir "Tierra querida", y por eso los jóvenes egresados como Guía de Turismo Regional y como Técnicos en Gestión de Empresas de Turismo del Instituto Técnico Superior de Jacobacci, le pusieron ese nombre a su cooperativa.
"Empezamos a pensar cómo nos íbamos a insertar y cuáles podían ser las ofertas turísticas para la región. La falta de agencias de viaje nos dio la opción de una salida laboral. Y así surgió este proyecto entre siete compañeros", dice Díaz.
Lo primero que hicieron fue empezamos a difundir sus acciones con la comunidad para que supieran de su existencia, y así consiguieron trabajar en los charters de La Trochita como guías de turismo. "En enero fuimos hasta Ojos de Agua, hicimos tres paradas con el contigente, conociendo el arte rupestre. Esta zona es muy rica a nivel arqueológico y antropológico, y pudieron aprender sobre las culturas originarias", cuenta Díaz.
Además, Tren Patagónico les cedió en comodato un espacio en donde va a funcionar su sede. Y en la estación están armando un museo y una cafetería. "Es importante tener nuestro lugar para que la gente nos pueda ubicar. Lo que queremos es que cuando lleguen a Jacobacci, darles una variedad de propuestas. El turismo es una alternativa que no contamina, que revaloriza la cultura y la historia. Todos los pueblos de la región sur tienen cosas muy bellas para contar y nosotros las queremos dar a conocer esto", agrega Díaz.
Actualmente son 10 las personas que integran la cooperativa, y tienen la intención de poder seguir sumando a más jóvenes. "Tenemos la convicción de que el trabajo cooperativo puede ser una salida. Acá hay sitios de gran interés, como el turismo minero, el turismo rural comunitario, y para eso nos estamos vinculando con los productores para que puedan mostrar cuál es su trabajo".
Desde Tren Patagónico también quieren darle un impulso a La Trochita y están buscando fondos. Firmaron un convenio con la Secretaría de Turismo de Río Negro y esperan poder hacer en septiembre el primer viaje hasta Ojos de Agua.
"Y desde la provincia quieren llegar hasta Chubut, pasando por El Maitén y Ñorquinco. Los trenes están a punto para salir y bien mantenidos. Lo que falta es inversión para poder mover la locomotora", dice Llanca.
El objetivo de esta posible articulación exitosa – empresas, gobierno y organizaciones sociales - es poder lograr una salida semanal. La provincia aportaría los fondos, el Tren Patagónico haría la parte operativa y desde la cooperativa se ocuparían del paquete turístico.
"Hemos mantenido el Tren Patagónico contra viento y marea, porque cumple una función social y económica importantísima. La Trochita funciona con un modelo chárter, pero tenemos pensado impulsarlo. En el puente y un túnel en Río Chico, hay para hacer un desarrollo turístico increíble", aporta Luis Di Giacomo, Ministro de Gobierno de Río Negro.
Las personas que quieran saber más sobre la cooperativa o colaborar de alguna manera, pueden escribir a ayufinmapu@hotmail.com o visitar su página de Facebook: ayufin mapu.