Un grupo de teatro inclusivo que busca derribar barreras
Como todos los jueves, Anthony Jara Enciso se toma el colectivo de la línea 86 en Laferrere, donde vive junto a sus padres; se baja en Congreso y camina unas cuadras hasta llegar a una de las sedes de la Compañía de Arte Integrado Las Ilusiones, sobre la calle Corrientes. Con una remera a rayas, jeans y zapatillas blancas, se saca la gorra antes de comenzar la clase de tango donde, junto a sus compañeros, va a bailar "Las cuatro estaciones porteñas", de Astor Piazzolla.
Anthony tiene 35 años, síndrome de Down y desde 2012 forma parte del grupo de aproximadamente 400 artistas con y sin discapacidad física e intelectual que participan de Las Ilusiones. El proyecto nació en 2008 y ofrece talleres de teatro, comedia musical, canto y danza, entre otros. En la actualidad cuenta con 31 grupos en sus nueve sedes.
La música empieza a sonar y el joven está parado en el centro del escenario junto a Rocío, su pareja de baile. Al principio, los dos se muestran juntos, pero luego él la suelta y se acerca a coquetear con las otras chicas. "Andá y tocale suavemente el cachete a tus compañeras", le indica Rebeca, una de las coordinadoras. Mientras Rocío sufre a un costado, Anthony va a su encuentro, la abraza y se arrodilla en el piso suplicándole disculpas.
"Conocí Las Ilusiones en un programa de televisión", cuenta el joven en un alto del ensayo. "Las clases de teatro arrancan con una entrada en calor en círculos y mirándonos a los ojos con mis compañeros", detalla.
Juan Ignacio Acosta, docente y director de la compañía, explica sobre sus objetivos: "Lo que les proponemos es que tengan la oportunidad de acceder a un espacio artístico en el que puedan desarrollar habilidades y técnicas que potencien sus capacidades, permitan su desarrollo, y crecimiento personal y profesional".
La mayoría de sus integrantes tienen síndrome de Down, pero además hay personas hipoacúsicas y ciegas. Los coordinadores son acompañantes terapéuticos, terapistas ocupacionales, fonoaudiólogos, actores, actrices, profesores de teatro, de comedia musical y de danza.
En el caso de Anthony, el profesor cuenta que cuando se sumó al grupo llegó con muy poco lenguaje. Sin embargo, a medida que fue pasando el tiempo, empezó a demostrar todo su potencial.
"Es muy risueño y se lleva muy bien con la comedia. Además se caracteriza por ser uno de los mejores bailarines de la compañía y es un referente para los más jóvenes, que lo siguen", dice Juan Ignacio.
Anthony fue ganando independencia y autonomía. Trabajó un tiempo en el Mercado Central haciendo carpintería y lavando ropa, además de fabricar suvenires para vender. Este año comenzó la secundaria en una escuela común y afirma que las materias que más le gustan son Matemática, Lengua y Ciencias Sociales.
El año pasado tuvo que interpretar a Abraham Van Helsing, uno de los personaje de Drácula, y, según sus compañeros, pudo mostrar una capacidad y una sensibilidad muy grandes. "Tuve que cantar y llorar. Me vinieron a ver mi mamá, mi papá y mi sobrino, y se fueron todos muy contentos", cuenta el actor. "También hice de Peter Pan. Me gusta sentir el ritmo de la música y meterme adentro del personaje. Siento mucha emoción cuando estoy arriba del escenario, la gente se para y aplaude cuando termina la función".
En la actualidad, Las Ilusiones realiza funciones durante todo el año en distintos puntos de la ciudad. Las producciones ya fueron vistas por más de 12.000 espectadores.
Para realizar su trabajo, se sustentan gracias al aporte de las familias y a subsidios del Estado. También venden publicidad para la revista que editan, que lleva el mismo nombre de la compañía y que busca ser un contacto con la comunidad brindando noticias sobre arte inclusivo. Tiene una tirada de 1000 ejemplares y se sube a la web de la organización.
El repertorio teatral incluye textos de autores clásicos como William Shakespeare, Lope de Vega y Florencio Sánchez. "Para el reparto vamos probando quién puede hacer cada personaje. Si bien hay protagónicos, intentamos que todos tengan un rol importante", asegura Juan Ignacio. Por otro lado, agrega: "La expectativa más grande de estos artistas tiene que ver con encontrar un espacio de formación y con el deseo de poder subirse a un escenario. El vínculo con el público es de una empatía y retroalimentación muy grande".
El docente asegura que trabajar con personas con discapacidad es una experiencia sumamente enriquecedora. "Tratamos de resaltar lo mejor que puede dar cada uno de ellos y de potenciarlo para que cada día puedan disfrutar más de lo que hacen", concluye.
Próximas funciones
El sábado 11 de agosto, a las 18, el elenco de Las Ilusiones presentará El avaro, en el Teatro La Casona, Av. Corrientes 1975, CABA. La entrada general cuesta 150 pesos y 100 para personas con discapacidad.
Compañía Las Ilusiones