En el día de la Tierra “trae tu tupper”, la propuesta de los mercados sin envases
Katerina Bogatireva, una vecina de Brooklyn, acostumbraba a llevar bolsas reutilizables al supermercado y evitaba comprar botellas de agua descartables. Pero cuando su hijo Sepand empezó a ir al jardín, le hizo un planteo que la llevó a profundizar su compromiso ecológico y que cobra fuerza cuando se celebra el Día de la Tierra . "Se mostró muy preocupado y me dijo: ‘Mami, ¿sabés cuánto tiempo permanecerá el plástico en los basurales?’ Eso me rompió el corazón", recuerda.
Para ella, ese momento fue clave para cambiar su estilo de vida, y lanzarse a una aventura que llegaría a convertirse en negocio. Hoy, cuatro años después, es dueña de una tienda de alimentos llamada Precycle, donde los clientes pueden comprar frutas, legumbres, pastas, harinas, aceites y vinagres, sin ningún tipo de embalaje. ¿El objetivo? Generar 0% de residuos plásticos.
Se trata de una propuesta en auge en los Estados Unidos. Está el Zero Market, en Colorado; Fillgood.co, en California, y Package Free Shop, que también se encuentra en Brooklyn.
Además, se han sumando grandes corporaciones, como Starbucks, que planea deshacerse de los sorbetes plásticos, o Nestlé, que se comprometió a utilizar envases que sean totalmente reutilizables.
La tendencia forma parte de un cambio cultural más amplio impulsado por el movimiento ecologista, que promueve el reciclaje y reducción del consumo de bolsas y todo tipo de recipientes o productos descartables.
"El plástico forma parte de nuestra economía", dice Thomas Kinnaman, economista ambiental de la Universidad de Bucknell en Lewisburg, Pensilvania. "Así que si compañías como Precycle despegan –señala–, significa que la gente realmente quiere encontrar otra manera de consumir, a pesar de los beneficios que los envases de plástico pueden proporcionar".
La idea surgió cuando Bogatireva decidió poner en práctica este cambio a la hora de comprar y se dio cuenta de que tenía que ir a múltiples mercados para poder encontrar los artículos que necesitaba sin consumir plásticos. De esa dificultad, nació Precycle, que abrió sus puertas en diciembre de 2018.
Así es como funciona: los clientes llevan sus propios tuppers o recipientes reutilizables. Cuando entran en la tienda, tienen que pesar sus contenedores vacíos, que luego de llenarlos vuelven a pesar en la caja para saber cuánto tienen que pagar. "A pesar de las molestias que supone, la gente está adhiriendo al concepto", dice Bogatireva. Tienen un programa de fidelización, y ya se han inscrito unas 1200 personas.
Además de la comodidad, otro beneficio de los envases plásticos, que se han convertido en parte integral de la sociedad moderna, es su capacidad para hacer que algo perecedero dure mucho más tiempo, dice Susan Selke, directora de la Escuela de Envases de la Universidad Estatal de Michigan en East Lansing. "El advenimiento de los envases modernos a menudo está ligado a la evolución entre las latas de galletitas en la tienda a aquellas envasadas que pueden estar en el estante y permanecer frescas y crujientes por mucho más tiempo", explica la especialista.
Para Bogatireva, justamente esta es una limitación de este tipo de negocios. Por esa razón, su local vende principalmente ingredientes en lugar de alimentos preparados. Ese es uno de los desafíos. Por ahora, no planean almacenar carne ni pescado, pero como los clientes quieren queso, se optó por venderlos envueltos en cera.
No todos están dispuestos a hacer cambios en sus estilos de vida, apunta el doctor Kinnaman. Pero quienes lo hacen ponen en la balanza costo-beneficio y toman en cuenta factores como la conveniencia, la culpa que pueden sentir por seguir generando basura y la conciencia del peligro que representan esos desechos para el medioambiente.
Sin embargo, algunas cosas van más allá de las acciones de los consumidores individuales. "Mi mayor desafío es reducir los desechos como empresa", reconoce Bogatireva. Es difícil encontrar proveedores que no utilicen ningún tipo de envase desechable. Ella opta por proveedores que utilizan embalajes reciclables, como el cartón, cuando no existe una forma "libre de residuos" para transportar los productos. "La idea es hacer lo que se pueda", afirma y concluye: "Cada pedacito cuenta".
- La autora es periodista de The Christian Science Monitor (Estados Unidos). Este artículo se publica como parte de Earth Beats, una iniciativa internacional y colaborativa que reúne a 18 medios de comunicación de todo el mundo para centrarse en soluciones a los desechos y la contaminación.
Eva Botkin-Kowacki