Tiene a cargo a cuatro chicos y no recibe ayuda del Estado; según la Anses, son 500.000 los niños en esta situación
Emilce Giordano tiene a cargo cuatro chicos y no recibe ayuda del Estado; según la Anses, son 500.000 los niños en esta situación
Si bien la AUH tiene un alcance cada vez mayor, queda un conjunto significativo de hogares que no están cubiertos, que se ubican en el extremo inferior de la distribución de ingresos: los más vulnerables entre los vulnerables.
Emilce Giordano, de 49 años, está entre ellos. Ya había pasado los cuarenta, como ella misma dice "no había encontrado a su príncipe azul", y pensó que nunca iba a ser madre. Pero las circunstancias de la vida y su enorme corazón la llevaron a tener hoy cuatro chicos a cargo, a los que cría como si fueran propios, sin ninguna ayuda del Estado. "Me falta que el juez me dé la guarda para poder cobrar la asignación", cuenta.
Según los últimos datos de la Anses, cerca del 12,5% de los niños y adolescentes, unos 1.200.000, no se encuentran cubiertos por ningún esquema de protección social. Pero Emilio Basavilbaso, director ejecutivo de ese organismo, aclara: "Ese número fue bajando gracias a distintas medidas: de hecho, febrero fue el mes de mayor alcance de la AUH en su historia. Hoy, son 500.000 los chicos que no cobran ningún tipo de asignación familiar".
Patricia Dávolos, socióloga de la UBA, sostiene que la mayor cantidad de familias que deberían percibir la AUH y no lo están haciendo se ubican en el primero y segundo quintil de ingresos. "Lo que uno puede suponer es que son familias en situación de pobreza persistente: que tienen una serie de déficits cotidianos en su vida relativos a la vivienda, al territorio donde viven, al acceso a la salud y a la educación", sostiene.
Una familia ensamblada
Desde 2011, Emilce se llevó a vivir con ella a dos de sus sobrinos: Natalia, de 13 años, y Lucas, de 11, porque los padres de ambos habían fallecido en el lapso de un año. Ese ya fue un cambio radical. Pero en 2016, movilizada por la situación familiar y de vulnerabilidad de unos compañeros de colegio de sus sobrinos, también se hizo cargo de ellos: Kevin, de 11, y Celeste, de 9.
"Yo sabía que habían pasado por un hogar y que habían vivido situaciones muy difíciles. Estaba segura de que iban a estar mejor en mi casa", dice Emilce, a la salida de la Escuela Dalmacio Vélez Sarsfield, en Liniers, a la que asisten los chicos.
El equipo de la Fundación Microjusticia Argentina está acompañando a Emilce en la obtención de la guarda definitiva de los cuatro chicos. Antes de eso, se les hizo el trámite para que pudieran tener sus DNI, que se habían perdido al igual que sus partidas de nacimiento.
"Aquellos adultos que deseen hacerse responsables de menores que no sean sus hijos deben conseguir una guarda. Sin embargo, la Justicia no es para los pobres. Iniciar ese proceso es largo y engorroso: implica conseguir un abogado y deambular por diferentes organismos oficiales", explica Alejandra Martínez, directora ejecutiva de Microjusticia Argentina.
Y agrega: "Con respecto a los dos amiguitos de sus sobrinos, el juez penal le dio la autorización a Emilce a través de una medida cautelar para que se quedaran con ella. Pero la guarda hubo que iniciarla en la Justicia Civil".
Martínez subraya que la AUH es un derecho de los niños y adolescentes, no de los adultos, por lo que "cada chico lleva su derecho encima y la asignación debería poder cobrarla quien los cuida".
Mientras tanto, Emilce se las rebusca como puede. Logra juntar cerca de 7000 pesos como empleada doméstica en negro y cobra la jubilación de su mamá, que vive con ellos, en el barrio de Liniers. Hace malabares para que ese ingreso le alcance para cubrir las necesidades básicas de los chicos: comida, ropa y útiles escolares.
"Voy al mercado de Liniers y compro económico. Cerca del cierre, consigo fruta y verdura tocada a mitad de precio. Veo lo que tengo y, en base a eso, cocino para poder llenar la panza de los chicos, porque comen un montón. Los útiles los compré en un mayorista", dice Emilce, que terminó el secundario a los 34 y hoy estudia para ser auxiliar de farmacia.
¿Cómo podría solucionarse su caso y el de otros en la misma situación? Martínez cuenta que tramitar una guarda puede demorar hasta dos años, pero que existen otros organismos oficiales, como el Ministerio Público Tutelar de la Ciudad de Buenos Aires o los servicios sociales zonales en el territorio bonaerense, que pueden constatar que el chico está a cargo de esa persona y son "mucho más ágiles y cercanos".
"Hay muchísimos casos de nenes que se quedan sin sus papás porque murieron, los abandonaron, están presos o consumidos por las drogas y que no perciben la AUH. Es uno de los grupos más vulnerables", agrega la abogada.
Estrategias para llegar a todos los niños
Los especialistas señalan que existen diferentes barreras al acceso o sostenimiento de la AUH: desde la falta de información hasta la inserción temprana en el mercado laboral, y las dificultades que pueden implicar los trámites. La articulación con políticas más focalizadas de acompañamiento a las familias resulta clave. Para llegar a esa población, se implementan operativos territoriales de los que participaron la Anses, otras áreas gubernamentales y organizaciones. "Tuvimos un crédito del Banco Mundial para buscar a esos chicos excluidos. Para poder cobrar la AUH es necesario comprobar que ninguno de los padres tenga un empleo formal: hicimos un trabajo en detalle con los registros civiles y logramos sumar a unos 900.000", asegura Basavilbaso.