Su hijo murió electrocutado y creó una fundación para relevar peligros urbanos
Sandra Meyer canalizó su dolor en una entidad que concientiza y denuncia riesgos, como luminarias en mal estado
"Creo que tanto Juan como yo fuimos elegidos para transformar una realidad", afirma Sandra Meyer, cordobesa de 52 años, profesora de educación física y creadora de la organización social Relevando Peligros.
Juan Aciar era uno de sus tres hijos. Este año cumpliría 21, si no fuera por ese peligro que le costó la vida la tarde del 24 de diciembre de 2009, cuando Sandra, él y su hermana menor, Valentina, salieron a tomar un helado por el barrio Jardín de la ciudad de Córdoba.
Había llovido mucho, las calles estaban anegadas, pero ellos se divertían viendo cómo los autos sorteaban los charcos de agua y barro. Entre charlas y risas, Juan vio a un señor mayor cargando varias bolsas e intentando cruzar la calle; le preguntó a Sandra si lo podía ir a ayudar y ella dijo que sí. En el camino, mientras su madre lo seguía con la mirada, el joven de 13 años rozó un cesto de basura que comenzó a electrocutarlo.
"Corrí a auxiliarlo, lo golpeé, le di respiración boca a boca, lo hice toser. Reaccionó. Lo alcé y con un chico que pasaba por ahí lo llevé al Hospital Ricchieri. No me entra todavía en la cabeza que vayas a tomar un helado con tu hijo y vuelvas sin él", dice Sandra. Pocas horas después del accidente, Juan falleció.
Encontrar un sentido
El dolor, a casi ocho años, se palpa intacto, pero con el alivio de quien pudo asegurarse que la fatalidad cobre algún sentido. "Yo sabía y él sabía que no se iba a ir en vano", sostiene la mujer.
Conmocionada, pero con un norte claro, empezó a llenar formularios, hacer reclamos, pedir explicaciones en organismos públicos y privados, a la vez que subía a YouTube un video sobre Juan para dar a conocer su historia.
Que lo que le había pasado a ella no le pasara a otra persona. Ese fue el motor que la llevó a crear Relevando Peligros, que se dedica, con la colaboración de voluntarios, a detectar aquellos que están en la vía pública -luminarias en mal estado, cables expuestos, carteles en cortocircuito-, gestionar el reclamo al organismo correspondiente y hacer el seguimiento de cada caso.
"Comenzamos recibiendo todos los reclamos a nuestra página Web: yo los imprimía y los llevaba a la municipalidad. Ahora tenemos un sistema que envía las denuncias por mail a la institución pública o privada que debe revertir el problema, y cada una tiene un estado que va cambiando conforme el proceso avanza", explica Sandra.
Para lograr esta automatización, la organización hizo un acuerdo con la Empresa Provincial de Energía Córdoba (EPEC), y espera realizar también uno con la Municipalidad de Córdoba y todas sus dependencias.
El objetivo es ganar tiempo y evitar que el reclamo pase burocráticamente de un área a otra antes de llegar al responsable. Este nuevo sistema tendrá, además, una aplicación para que cualquiera que vea un peligro en la calle, en ese mismo instante, pueda denunciarlo.
La tenacidad de Sandra le dio a su provincia una organización en la que la acción comunitaria hace la diferencia: ya nadie puede ver un cartel en cortocircuito o cajas de luz abiertas y hacerse el distraído.
Esa persistencia fue llevando a la mujer a lugares inesperados: en 2011 presentó en una reunión, a sala llena, ante ingenieros, integrantes de la policía judicial, bomberos y funcionarios, su inquietud sobre la necesidad de una ley de seguridad eléctrica. Actualmente, esa normativa es una realidad y está en proceso de reglamentación. Es la única de este tipo a nivel nacional y crea una figura no contemplada antes, que es la del electricista habilitado. Este es el responsable de certificar, previamente a ponerlo en funcionamiento, el circuito eléctrico de un hogar, comercio o una instalación en la vía pública.
Hasta hace dos años, Relevando Peligros se financiaba con el sueldo docente de Sandra, y ahora se sostiene haciendo eventos solidarios y brindando capacitaciones en instituciones y empresas.
Además de continuar con las acciones de concientización y capacitaciones, y el desarrollo de la automatización de la web y su aplicación, en 2017 la organización se propone trascender su provincia natal y sueña con transformar realidades a lo largo y ancho de todo el país.
"Esperamos para fin de año tener un Relevando Peligros en cada provincia, formar grupos de la misma calidad de gente que tenemos acá, con los mismos valores, que puedan replicar el proyecto. Queremos que ésta sea una herramienta ciudadana al cuidado de la vida", concluye Sandra. Y la máquina no para: "Lo mío es siempre trabajar. Hay días que son crueles, pero en esos momentos de bajón siempre hay un abrazo impensado, una llamada, algo que se destraba, algo que me dice dale, seguí".
Cómo colaborar
Relevando Peligros