Son enfermeros y viajan a comunidades indígenas donde hay más de una “pandemia”
Junto a un grupo de más de 100 profesionales voluntarios, recorren 1400 km para llevar asistencia médica, obstétrica y sanitaria a parajes del norte argentino; necesitan ayuda para continuar su labor y encarar el próximo viaje
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Hace más de siete años y por Facebook, Marisa Roncati y José Boggiano se pusieron en contacto con referentes de comunidades indígenas del norte del país y conocieron la cruda situación sanitaria y de acceso a la salud que experimentaban a diario. Conmovidos por los relatos, estos dos licenciados en Enfermería hicieron en 2013 un primer viaje para ver cómo podían ayudar y luego decidieron crear el Grupo Enfermería de Asistencia Humanitaria (Enashu). Desde ese momento, junto a un equipo de más de 100 profesionales voluntarios, todos los años recorren 1400 km para llevar asistencia médica, obstétrica y sanitaria a parajes de comunidades toba, guaraní, pilaga, wichi y chorote de las provincias de Chaco, Salta y Formosa. Actualmente, después de un año de no poder viajar por la pandemia, se preparan para volver al terreno cuanto antes, sabiendo que no hay tiempo que perder. Para Boggiano, en estas poblaciones el Covid es una anécdota en comparación con las realidades que viven cotidianamente.
Boggiano recuerda el primer operativo en el que asistieron a 217 personas, y un hecho en particular en Formosa: “Se me acercó una madre wichi con su niña en brazos convulsionando, afirmando que en el hospital de Ingeniero Juárez no la querían recibir. Le habían dicho que no tenían lugar para dejarla y que no tenían ningún medicamento para darle, ni siquiera ibuprofeno. Así que nosotros la acompañamos hasta el hospital y nos quedamos hasta que, luego de esperar bastante, la atendieron”.
Debido a la grave situación de los parajes que visitaban, en los que, a las necesidades económicas y sanitarias, se les sumaba muchas veces el racismo y la discriminación en los consultorios y los pasillos de los hospitales, rápidamente comprendieron que solos no podían y convocaron a médicos y profesionales de otras áreas.
En cada operativo sanitario, la organización Enashu arma una carpa que funciona de base operativa en una ciudad cercana a los parajes a los que brindarán asistencia. Para movilizarse utilizan camionetas 4x4 prestadas por voluntarios, empresas automotrices u organizaciones. En ellas no solo se trasladan los voluntarios, también las cajas que conforman la farmacia de campaña, elementos para la logística como camillas plegables, cajas de emergencias, tubo de oxígeno, gazebos y donaciones de alimentos.
Con cada viaje, más demanda
El “boca a boca” hizo lo suyo. Con cada visita, aumentaba la cantidad de pacientes que se acercaban solicitando ayuda, así como la complejidad de las enfermedades. Entre las más de 13.120 personas que atendieron en estos años, encontraron pacientes que tenían desde enfermedades crónicas, como diabetes o hipertensión, hasta otros con chagas o tuberculosis.
La necesidad hace que la gente los espere bajo el sol y la lluvia. “Da satisfacción el poder hacer algo por tanta gente”, afirma el enfermero. Y agrega que cualquier persona que se acerque, independientemente de que sea indígena o no, recibe atención médica.
Sin embargo, el fundador de Enashu aclara que no en todos los pueblos han sido bienvenidos. Boggiano relata que, en algunos lugares, por ejemplo, les han pinchado las cubiertas, obstaculizado el camino con fuego y hasta los han amenazado por teléfono y por mail antes de llegar. “A esas zonas, dejamos de ir”, se lamenta. Cree que es porque dejan en evidencia la falencia del sistema: “No es lo mismo llegar con comida o con ropa, que llegar con un equipo de enfermeros y médicos a proporcionar una asistencia sanitaria que nadie más les otorga”, explica Boggiano y agrega: “Hemos llegado a atender a más de 1200 personas en dos días. En los hospitales públicos de la zona, les quieren cobrar la anestesia o un ibuprofeno”, ejemplifica.
“A veces se supone que un operativo sanitario es tomar la presión o completar una planilla. Pero un operativo sanitario completo y real se da cuando, al encontrarte con un problema, intentas resolverlo ahí mismo. Nuestros médicos revisan a la gente y nosotros mismos les damos la medicación para curar la enfermedad o para que puedan seguir estables hasta que sean atendidos en un centro de salud u hospital”, detalla el director de la asociación.
La llegada de la pandemia cambió los planes del 2020 y hace un año que José y Marisa junto al resto del equipo no pueden viajar, pero siguieron enviando medicamentos una vez por mes. Hoy, la reserva de medicamentos que tenían se está terminando y necesitan más donaciones para poder prepararse para el próximo operativo, ya que les demandará cuidados extras.
Cómo colaborar
Para el nuevo viaje que está planificando la organización, requieren material de seguridad e higiene, como guantes descartables, mamelucos impermeables, barbijos tricapa y N°95, alcohol en gel y alcohol al 70%. También solicitan medicamentos de todo tipo, como paracetamol en comprimidos y jarabe, hierro en comprimidos, gotas oftálmicas, multivitamínicos, gotas óticas, cremas tópicas de uso medicinal y otros medicamentos de primera necesidad. También suelen llevar leche entera larga vida y turrones, como una forma de darle a los niños –allí donde es frecuente que se coma una vez al día– un aporte calórico.
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