Sofía Yasmin Herrera está perdida desde el 28 de septiembre de 2008
Tenía 3 años cuando el 28 de septiembre de 2008 desapareció en un camping de Río Grande, en Tierra del Fuego. Un niño de seis años que estaba con ella ese día describió a un hombre como “el que se llevó a Sofía”. Hay un pedido de captura internacional de un jornalero chileno que coincide con el aspecto del que habló ese chico.
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Sofía Yasmin Herrera
Tenía 3 años cuando el 28 de septiembre de 2008 desapareció en un camping de Río Grande, en Tierra del Fuego.
Un niño de seis años que estaba con ella ese día describió a un hombre como “el que se llevó a Sofía”.
Nueve minutos. Ese es el tiempo que pasó desde que Sofía Herrera y sus padres entraron al camping de Río Grande, en Tierra del Fuego, hasta que la nena de 3 años y ocho meses desapareció. Apenas llegaron, Fabián, su papá, fue a buscar un lugar para hacer el asado. María Elena, la mamá, se quedó, pero Sofía quiso ir con Fabián. “La abrigué con una campera celeste. Y se fue detrás de él. Es el último recuerdo que tengo de ella, porque cuando Fabián volvió, me dijo que Sofi no estaba con él”, cuenta María Elena.
La desaparición de Sofía fue una de las que más conmoción social generó. Por su edad y por la circunstancia: la perdieron de vista unos segundos y nunca más supieron nada de ella. Además, María Elena, poco a poco desde ese 28 de septiembre de 2008, se convirtió en un emblema entre quienes buscan a familiares desaparecidos.
Al camping, ubicado a 60 kilómetros de Río Grande, llegaron con amigos y otros tres niños. Lo más concreto a lo que llegó la investigación es al pedido de captura internacional, lanzado recién en 2020, de José Dagoberto Díaz Águila, un jornalero chileno cuyo aspecto coincide con la descripción del “hombre que se llevó a Sofía” que hizo uno de los niños que estaba ese día en el camping. El chico tenía seis años en aquel momento. Cuando se logró identificar el parecido entre la descripción que hizo y Diáz Aguila, el mismo testigo fue citado ya a los 18 años y ratificó la versión.
Lo cierto es que esa persona nunca logró ser ubicada. Tampoco se encontraron pruebas que lo incriminaran. Por eso, María Elena es categórica: “La causa está agotada. Lo único que nos queda es trabajar con los datos que nos manda la gente, de chicas que se parecen a Sofía”, reconoce con una mezcla de esperanza y resignación respecto a la marcha de la investigación judicial.
Durante estos 15 años, hubo muchas hipótesis: desde que Sofía se cayó a un arroyo hasta que sufrió un accidente en la ruta 3. Pero todo fue descartado a partir de rastrillajes y pericias. También llegaron a incriminarlos a ellos: “Dijeron que la vendimos, que no era nuestra hija, que mi marido estaba endeudado y la entregó en parte de pago”, se lamenta María Elena.
Los Herrera viven en la misma casa de siempre. Conservan la cuna en la que dormía Sofía y que después usó la hermana que Sofi jamás conoció: en 2008, María Elena estaba embarazada de Giuliana, su segunda hija, hoy de 14 años. Toda la ropa de Sofía está intacta. “La que estaba sin lavar, la conservamos así. Tenemos la esperanza de que inventen una tecnología nueva que nos permita averiguar algo a partir del ADN de su ropita”, dice María Elena.
Hace tiempo que Fabián volvió a trabajar. Es empleado en una planta de tratamiento cloacal. María Elena, en cambio, sigue concentrada en la búsqueda de Sofía. Viaja seguido a Buenos Aires para reunirse con familiares de personas desaparecidas y funcionarios. Una de las satisfacciones es haber colaborado con la creación, en 2019, del sistema al que se bautizó Alerta Sofía: un mecanismo de avisos de emergencia ante casos de niños, niñas o adolescentes desaparecidos que puedan encontrarse en grave peligro. Depende del Ministerio de Seguridad de la Nación y dispara alertas con la cara del niño en celulares, medios de comunicación, correos electrónicos y redes sociales.
El último dato importante que recibió por parte de la ciudadanía fue del año pasado: le avisaron de una adolescente que vive en San Juan, tiene 18 años, fue adoptada y se parece a Sofi. “A fines del año pasado, la Justicia nos aceptó un pedido para evaluar la documentación filiatoria de esa chica”, cuenta María Elena.
“Yo creo que alguien se la llevó. Porque nunca se encontró ropa ni rastros. Creo que está en otra provincia, en otro país. No hay ningún indicio para pensar que no está viva. Por eso sigo yendo de un lado a otro para mostrar su carita”, asegura y reconoce que siente que su aparición es posible y hasta se preparar para ese reencuentro: “Pienso en lo difícil que va a ser para ella acercarse a nosotros después de no haber compartido todo este tiempo y sus cumpleaños. El 30 de diciembre pasado, Sofi cumplió 18 años”.
A quién podés llamar si tenés un dato sobre ella:
- Podés escribirle al Ministerio de Seguridad haciendo click en este link o llamando a la línea 134.
- Podés llamar al 911.
- Podés comunicarte con la organización Missing Children al 0800 333 5500