“Sin vacunas ni presupuesto”, el reclamo de los hogares de niños, niñas y adolescentes
Los hogares de niños de Ciudad y provincia reclaman ayuda a los gobiernos por la situación sanitaria; piden especialmente que sus trabajadores sean vacunados y que se ajusten las becas para solventar los aumentos inflacionarios y los gastos extras provocados por la pandemia
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La pandemia pegó de lleno en los hogares convivenciales para niñas, niños y adolescentes. A las bajas que sufren por los contagios los equipos de trabajo –que prácticamente no fueron vacunados– y a las licencias del personal de riesgo, se sumó el impacto de la crisis económica, con recursos que escasean y que hace largo rato se quedaron atrás de la inflación. Por eso, tanto en Ciudad como en la provincia de Buenos Aires, el principal reclamo de estas instituciones se centra en el pedido de acceso prioritario a la vacunación contra el Covid-19 y en que los montos de las becas o cápitas se ajusten a la realidad.
Según datos de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia de la Nación (Senaf), en la Argentina hay más de 9000 chicas y chicos que viven en los 556 hogares de todo el país, de los cuales más de la mitad reside en el AMBA.
Desde Hogares en Red, un espacio que nuclea a la mayoría de las organizaciones con hogares de niños que tienen convenio con el gobierno porteño, aseguran que la emergencia del sector, que ya lleva varios años, se profundizó con la pandemia. Entre sus principales reclamos figura que, sin demoras, se incorpore a los planes de vacunación a los más de 700 trabajadores de los 25 hogares representados por la Red, un aumento del 30% en las becas y un aporte extraordinario de implementación y cobro urgente.
“Nos tuvimos que autoproclamar esenciales, porque ni siquiera figurábamos. Hubo un esfuerzo titánico por parte de nuestros profesionales y cuidadores para proteger a estas infancias: se convirtieron en profesores de gimnasia, en educadores, tuvieron que implementar un montón de medidas y protocolos para cuidar a los chicos y las chicas. Hablamos de cerca de 600 niños, niñas y adolescentes en los hogares, y de 20 a 25 personas trabajando en cada lugar. Nos tienen que vacunar rápido”, resaltó Norberto Kohen, secretario de la Asociación Civil La Casona de los Barriletes.
“En los hogares porteños ‘conveniados’, al día de hoy está todo el personal sin vacunar, salvo que por trabajar en otras instituciones hayan recibido la vacuna, según su profesión y lugar de residencia”, explicó Gilda Podestá, codirectora de Fundación Juanito. “Tiene que ser una prioridad que nos vacunen”, planteó Valeria Leiva, directora del Hogar Mariposa y cofundadora de la Asociación Civil Conceptos Sencillos, otras dos instituciones que integran la Red.
En relación al acceso a la vacuna, las autoridades del Consejo de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad (CDNNyA) explicaron que ya se les transmitió a los referentes de los hogares que el Gobierno local adhirió al Plan de vacunación estratégico, nacional, gratuito y voluntario establecido por el Ejecutivo nacional. En las distintas fases de ese programa, los trabajadores y trabajadoras de hogares se encuadran en la cuarta etapa como “personal estratégico”, categoría que incluye a todas aquellas personas que cumplen tareas presenciales de cuidado, acompañamiento y fortalecimiento de la comunidad. De acuerdo al Consejo –a quienes se les traspasó en mayo la unidad organizativa a cargo de la política pública de hogares–, esa etapa se iniciará en los próximos días. “Por ahora, están habilitados los turnos para aquellas personas que reúnen el requisito de personal estratégico y tienen entre 45 y 59 años, para luego pasar a las restantes franjas etarias de manera escalonada”, precisaron desde el organismo porteño.
Los mismos pedidos se ven en la provincia de Buenos Aires. María Laura Casal, directora del hogar Manos Abiertas, de Malvinas Argentinas, sostuvo que “lograr que se vacune a todo el equipo es uno de los reclamos principales, porque cada persona que se enferma es un problema, ya que es muy difícil cubrirla”. Casal aseguró que hasta ahora no tuvieron ninguna información, y que quienes recibieron vacunas fue por trabajar en otros lugares. Consultados por este tema, desde el Ministerio de Desarrollo Social bonaerense explicaron que la vacunación en esos sectores ya comenzó, “que avanza a buen ritmo” y que hasta la fecha 300 trabajadores ya recibieron sus dosis.
Otro aspecto importante para Leiva es la falta de protocolos que garanticen la implementación de testeos y de acceso a recursos para hisopados. “Si vos tenés un caso dudoso, contacto estrecho o posible positivo, tenés que testear a los niños y niñas de la misma manera que cualquier hijo de vecino, con los peligros que eso puede suponer”, detalló.
Sostenerse en la crisis
“Calculamos que con el valor actual de las becas llegamos al 50% de los gastos, con la mayor erogación destinada a salarios. Cada institución viene cubriendo dos o tres licencias mensuales por el personal licenciado, asume costos del sistema alternativo al transporte público, gastos de conectividad, compra de insumos para higiene y seguridad, gastos de papelería e insumos para garantizar el derecho a la educación. No nos alcanza”, insistieron todos los referentes.
En ese sentido, Leiva enfatizó que esos recursos que faltan son para insumos, alimentos, vestimenta y demás servicios que, por derecho, corresponde a estos chicos y las chicas. “Entonces, acá no estamos hablando de una pelea salarial, sino de la restitución de derechos y la accesibilidad a recursos que requieren estos pibes para su crianza”, aclaró.
En relación a la actualización de estos aportes, las autoridades del CDNNyA explicaron que “se resolvió otorgar un aumento del 15% retroactivo a marzo sobre el monto que se venía percibiendo”. Y aseguraron que están evaluando otro incremento del mismo porcentaje a partir de septiembre y la posibilidad de otorgar una cuota especial por Covid durante el segundo semestre.
Sin embargo, en su comunicado las organizaciones de Hogares en Red afirman que es insuficiente: “Con el aumento ofrecido estamos en la relación más baja de los últimos cinco años respecto a los aumentos que ha otorgado el gremio de referencia: Utedyc”. A modo de ejemplo, Kohen aseguró que en marzo de 2016 una Beca de Atención Especializada cubría el 81% de un sueldo de un supervisor de primera, y que hoy, con la suba ofrecida, cubriría solo el 64%. Y si no hay otro aumento hasta agosto, bajaría al 54%.
Por otra parte, en relación a las becas, desde la Red plantean la necesidad de que no sea por chico o chica sino por institución. “La llamamos ‘beca justa’ y sería por cantidad de vacantes disponibles y no por las ocupadas. ¿Por qué? Porque la cantidad de trabajados y el buen funcionamiento de las instituciones no depende de que un niño ingrese o egrese”, explicó Podestá. Y agregó: “Creemos esencial que se comprenda la complejidad del trabajo de un dispositivo hogar, que no es solamente el alojamiento, dar de comer y vestir, sino una tarea muy específica en relación a la restitución de derechos, a la escucha diaria y al trabajo con las redes de los pibes, para garantizar que a futuro no vuelvan al sistema de protección, sino que logren una vida con las mínimas y dignas condiciones que merecen”.
Juan Cruz Díaz de Céspedes, director ejecutivo de la Fundación Manos Abiertas, precisó que en provincia de Buenos Aires tampoco recibieron aumentos de las cápitas, pero que están en proceso de negociación con las autoridades bonaerenses. Al monto de hoy, Díaz de Céspedes explicó que llegan a cubrir un 20% de los costos del hogar que alberga a 10 niños y niñas, con 10 empleados rentados. “El resto lo cubrimos con recursos propios, gracias al aporte de donantes individuales y a los eventos en los que recaudamos fondos, como una cena anual, que desde el año pasado la hacemos virtual y este año es en julio”, cuenta Díaz de Céspedes.
Respecto a los valores de las becas en los dispositivos ‘conveniados’ con la provincia, el Ministerio de Desarrollo bonaerense aseguró que a partir de este mes habrá un incremento que llega al 50% en los hogares convivenciales, hogares convivenciales de atención personalizada y casas de abrigo, que son los espacios que nuclean a la mayor cantidad de niños, niñas y adolescentes sin cuidados parentales. En algunos casos, ese monto duplica al que se pagaba en agosto de 2020.
Rifas, charlas con contribución voluntaria, cenas virtuales. Cada organización dice hacer malabares para cubrir todas las necesidades y gastos extras. “Siempre se dio por sentado que teníamos que gestionar recursos propios. Pero la realidad es que hoy la sociedad civil no está en las mismas condiciones económicas que hace un año y medio, ni hay la misma predisposición social a colaborar, aunque sea de 50 pesos por mes”, detalla la directora del Hogar Mariposa. En este contexto, la situación, que ya es grave de por sí, se vuelve todavía más compleja.
¿Cómo podés ayudar?
Hay muchas formas de colaborar, con aportes de dinero, productos de higiene, alimentos, materiales educativos y de librería.