Contra la discriminación: relatos en primera persona para derribar prejuicios
La Biblioteca Humana reúne a personas que pertenecen a colectivos excluidos con gente interesada en conocer sus experiencias; fue la primera edición local
Mariano Schettini tiene 44 años y vivió la mitad de ellos con VIH. Después de muchos aprendizajes llegó a la conclusión de que la verdadera enfermedad no es el VIH, sino la discriminación.
Es que las estadísticas -y la sociedad con la que interactúa todos los días- siguen demostrando que el suyo es un grupo social que todavía genera miedo y rechazo. Y no es el único.
Según datos del Mapa Nacional de la Discriminación que confecciona el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), el 85% de los argentinos considera que el nivel socioeconómico es el mayor motivo de discriminación.
En segundo lugar, con el 78% aparece el sobrepeso u obesidad, y los migrantes de países limítrofes se ubican en el tercer lugar con el 71%. En el cuarto están las personas que viven con VIH-sida con el 64%, seguido por el colectivo de Lesbianas, Gays, Bisexuales y personas Transgénero (LGBT) con el 62%, y las personas con discapacidad con el 61%.
"El contexto social, en estos últimos meses, mostró el aumento de crímenes y ataques de odio perpetuados en el transcurso de 2016 hacia la comunidad LGBT, la reaparición de grupos neonazis y los femicidios. Todo esto, entre otras cosas, da cuenta de que aún, como sociedad, tenemos mucho por recorrer en la búsqueda de la tolerancia y la igualdad", dice Valeria Leiva, integrante de la comisión directiva de Conceptos Sencillos.
Y agrega: "En Argentina, existe una legislación que no tiene precedente en el mundo, que reconoce y otorga derechos a muchas minorías relegadas y marginadas, pero lo que dificulta la integración es la aplicabilidad de estas leyes. No sólo la educación y los espacios de formación son vitales, también lo es la decisión política a mediano y largo plazo para eliminar prejuicios y favorecer la igualdad".
Para poder contar su historia y también informar sobre cómo viven las personas en su situación, Schettini participó de la primera Biblioteca Humana del país, sumándose así a un movimiento global que busca desafiar los estereotipos y los prejuicios a través del diálogo donde los libros son personas y la lectura, conversaciones.
No juzgues a un libro por su portada ni a una persona por su cara. Con esa premisa y el objetivo de ayudar a eliminar las barreras sociales es que surgió Biblioteca Humana, una iniciativa lanzada en Dinamarca en 2000 por Ronni Abergel, y que se expandió por 70 países, incluyendo Sudáfrica, Chile, Sudán, Estados Unidos, Canadá y, desde el último sábado, la Argentina.
Cada persona representa a un grupo vulnerado de la comunidad, por algún estigma, prejuicio o discriminación. En nuestro país, la primera edición local de la Biblioteca Humana fue organizada por las asociaciones civiles Cero a la Derecha y Conceptos Sencillos, con el apoyo de la Dirección General del Libro, Bibliotecas y Promoción de la Lectura del Ministerio de Cultura de la Ciudad, y la Dirección General de Convivencia en la Diversidad, de la Subsecretaría de Derechos Humanos del GCBA.
El evento tuvo lugar en la Biblioteca Guido y Spano, en Güemes 4601, Palermo. Por unas horas, las instalaciones se convirtieron en un espacio de participación y diálogo que albergó a más de 80 lectores que se acercaron para solicitar simbólicamente el préstamo de una persona/libro durante media hora.
"En Cero a la Derecha trabajamos la comunicación desde el enfoque de derechos humanos, por lo que reconocemos que la Biblioteca Humana es un proyecto totalmente alineado con nuestra misión, nuestra idea y nuestros ideales -afirmó Marcela Baigros, directora de la asociación civil-. Conocí la iniciativa por una nota periodística, posteriormente me dirigí a la página Web de Human Library y en un apartado de la página había una parte que decía: «Organiza tu propia biblioteca». Llené el megaformulario esa misma mañana y tiempo después, luego de evaluar mi propuesta, aprobaron la solicitud. Compartí la idea con Valeria Leiva, de la comisión directiva de Conceptos Sencillos, y de inmediato se sumaron a la propuesta."
Más diversidad
La iniciativa busca generar que a través de las historias de vida de los libros humanos se logre un mayor entendimiento de la diversidad y se fortalezca la convivencia en la comunidad. Las temáticas de la Biblioteca Humana Argentina fueron: situación de calle, discapacidad, orientación sexual, violencia de género, infancia y adolescencia en hogares, identidad de género, VIH, pueblos originarios y adicciones.
En otros países, por ejemplo, se pudo elegir un policía, una mamá soltera, un musulmán, un ex miembro de una pandilla y un trabajador sexual, entre muchos otros.
Antes de elegir a las personas, los organizadores realizaron un listado de las temáticas a tratar.
"El objetivo de la Biblioteca Humana es que los libros sean representantes de grupos que por alguna característica son discriminados o sufren la carga de los prejuicios sociales. Primero pensamos las temáticas y después fuimos buscando a las personas. Algunos eran conocidos nuestros, otros fueron postulados por organizaciones sociales que conocíamos e incluso otros fueron recomendados por los propios libros", afirmó Baigros.
Historias de vida que merecen ser contadas
Comparten su día a día para romper con el miedo, el desconocimiento y generar mayor empatía social
Leticia: una familia con dos mamás
Leticia (aparece de espaldas en la foto) tiene 39 años y hace cuatro está casada con Verónica. Con el tiempo sintieron que su amor necesitaba trascender su vínculo y convertirse en legado: hoy tienen una hija de un año. "Con mi pareja encaramos el proyecto de la maternidad después de casarnos. En ese entonces nos contactamos con familias homoparentales y, desde su experiencia, nos guiaron para poder concretar el sueño de ser mamás", expresó.
Optó por ser uno de los libros humanos para contar en primera persona que su hogar es habitado pura y exclusivamente por una familia más, dentro de toda la diversidad de familias existentes.
"Más allá de que la sociedad está una poco más receptiva y abierta que hace 15 años, el tema de la maternidad o paternidad dentro de una pareja del mismo sexo tiene aún que enfrentar muchos prejuicios que decantan en dificultades para ser entendido y aceptado plenamente -afirmó en ese contexto-. Es valorable que personas mayores se animen a romper las distancias entre generaciones para ampliar sus conocimientos sobre los temas tratados en los libros."
Leticia consideró que ésta fue una experiencia enriquecedora porque aportó luz a ciertos temas que aún hoy son difíciles de asimilar para un amplio margen de la población.
"La mayoría de las preguntas rondaron sobre cómo había sido el tratamiento para tener al bebe o cómo es la relación con nuestra familia. Fue bueno que pudieran ver que recibimos el apoyo de nuestros seres queridos", expresó Leticia.
También dejó en claro que cada libro aportó desde la especificidad de su historia a la visibilización de ciertos temas que siguen siendo tabú, con los cuales se convive a diario, pero son ignorados por el desinterés por el prójimo.
"Mi mayor deseo es haber generado un cambio en mis lectores, aunque sea mínimo; simplemente quiero un mundo donde quepan todos los mundos", finalizó.
Testimonio. Leandro: otras maneras de abrazar
"¿Cómo hiciste para asimilar y afrontar el vivir sin poder abrazar?" La primera pregunta de esa lectora me descolocó por el peso que le cargamos a otro por lo que se ve a simple vista: mi falta de brazos nunca me impidió seguir abrazando, aun después de perderlos hace ocho años. "Pero yo abrazo, como vos", le contesté instantáneamente como si su pregunta hubiese sido si respiraba para vivir.
Acto seguido y sonrisa mediante, le conté sobre las bondades del cuerpo y sus cualidades de adaptación. "Aprendí otras maneras -le dije mientras sostenía sus pies con los míos como quien toma la mano de alguien cercano-. Descubrí modos alternativos de acariciar, mis piernas tomaron más protagonismo al igual que mi nariz, mi boca y el resto de lo que soy. Y para ser, sólo basta con querer."
Le conté que después del accidente -y con el chip social promedio- pensé que no iba a poder hacer nada. Pero sin embargo no quise que me dieran de comer en la boca y diseñé un brazalete para calzarme un tenedor en el muñón y tragarme sin masticar mis propios prejuicios.
El mismo dispositivo y un palito de batería me dieron la chance de manejar una computadora y seguir estudiando para adquirir herramientas que me permitieron formarme como periodista.
Agregué que había entendido que la primera barrera la pone uno mismo y que la inclusión verdadera empieza por la puerta de casa. Aunque no los aparento ahora tengo 30 años, y soy papá de Lis hace seis gracias a que también aprendí que el amor es invisible a los sentidos.
Le hablé de cómo la bañé y le cambié los pañales, y de cómo ella, mientras yo le enseñaba a dar los primeros pasos, me enseñó a abrazar sin entender.
"Los chicos nacen sabiendo todo lo que está bien en este lugar, el crecer te lo hace olvidar, quizás el secreto sea no dejar de aprender", le dije a mi lectora mientras nos fundimos en el abrazo de despedida que le dio vida a estas líneas.
Mariano: más de 20 años con VIH
Mariano Schettini vive hace más de 20 años con VIH. Hace un tiempo comenzó a escribir un libro acerca de su experiencia donde deja entrever la importancia que empezó a darle al amor luego de enterarse de su diagnóstico. Experimentó el verdadero amor de sus padres, hermanos, amigos, y sobre todo de su novia.
Vivió la vida que le brindaba ese amor genuino, simple, sencillo y hermoso, y supo que el virus no tenía injerencia en esa área. Hoy afirma que el amor es lo que hace más leve poder hacer el tratamiento, dado que el 50% tiene que ver con esa contención, y el otro 50% lo hace la medicación.
Decidió ser uno de los libros humanos por entender que el VIH aún sigue siendo un tema que genera estigma. La discriminación laboral encubierta lo golpeó casi tan fuerte como el diagnóstico.
"Cuando me enteré estaba haciendo los análisis preocupacionales para entrar a un banco; la noticia me la dio el médico laboral y después nunca me tomaron -afirmó Schettini-. En contrapunto el apoyo de mi entorno se potenció, y hace 12 temporadas la vida me llevó a convertirme junto a mi primo, Sebastián Vazquez Montoto, en el conductor de Medicados, un magazine radial de actualidad y salud que actualmente se emite por Simphony 91.3 los viernes, de 15 a 17".
El ciclo se desprende como proyecto comunicacional de AXV (www.axv.org.ar), una asociación civil que fundó para aportar un granito de arena en la mejora de la calidad de vida de las personas que viven con VIH, y Red20, un grupo de autoayuda destinado a sostener la adherencia al tratamiento. "Seba, mi primo, siempre estuvo a mi lado, en la vida y en el éter", dice Schettini.
Hoy es counselor y, al ser leído como libro humano, fue sintiendo que había muchísimas personas desinformadas, y comprendió por qué la enfermedad sigue generando miedo, pero no tanto por vivir con el virus, sino al "qué dirá la gente".
Francisco: un aimara con acento porteño
Francisco Morales tiene hábitos de ciudad, tiene acento porteño, pero a diferencia de muchos vecinos del barrio corre por sus venas sangre de del pueblo aimara.
"Hay una energía ancestral que brota de nuestro interior, es como cuando se encuentra la semilla en la tierra y llega la primavera. A mí me pasaba en mi día a día; siempre estuvieron presentes las raíces de mi pueblo", afirmó.
Desconoce quiénes son sus padres biológicos, pero en sus hermanos adoptivos notó diferencias al crecer que en los albores de la adolescencia motivaron una búsqueda personal para formar su identidad.
Hoy es parte del Círculo de la Escritura y la Oralidad, una agrupación de cultura aborigen que se dedica a la recuperación de la cosmovisión de los pueblos originarios en la ciudad de Buenos Aires, desde el nuevo concepto de "indígena urbano".
"Se calcula que el 60% de la población indígena del país vive en localidades urbanas a lo largo y ancho de las provincias que lo componen -expresó Morales-. Es una realidad que no es comprendida ni por los representantes políticos ni por el propio colectivo."
Francisco, al igual que otros miembros pertenecientes a sectores sociales vulnerados, convive con la discriminación a diario, pero en su caso es desde el aspecto cultural. "Queda en evidencia, por ejemplo, en la educación y sus programas curriculares o en la carencia de políticas públicas para fortalecer la identidad indígena-urbana", dijo al respecto.
Particularmente sus lectores lo movilizaron por sus preguntas profundas acerca de la búsqueda espiritual predominante en su cultura. "Se mostraban muy interesados por la medicina ancestral y las formas de experimentar ciertos procesos internos. Desde la organización, y sobre todo personalmente, fomentamos la interculturalidad, creemos que hay que crear una conciencia nueva en los seres humanos, con el objetivo de construir una sociedad más sustentable con la vida y con nosotros mismos", finalizó.