Advierten que se trata de una problemática que atraviesa a miles de argentinos; reclaman una ley nacional que regule el mercado textil con criterios homogéneos
Brenda Mato salió un domingo a comprar ropa al shopping que está cerca de su casa, en Avellaneda. Era febrero y pensó que sería una buena oportunidad para aprovechar las rebajas de la temporada de verano.
Pero ese día no pudo comprar nada: los talles que había no le entraban, incluso en los locales de marcas donde siempre había conseguido ropa. "La mayoría eran XS y S, en casi todas las prendas. Veía ropa mal marcada, talles M que a una chica con esa medida realmente no le iban", recuerda la joven de 27 años, modelo XL y quien se define como una "activista del cuerpo."
Esta misma situación es la que atraviesa la mayoría de los argentinos, más allá de la morfología de sus cuerpos y de que existan leyes que los protejan. Los datos lo corroboran: según la organización social AnyBody Argentina, que trabaja por la diversidad corporal, de 2254 personas encuestadas en 2016, de entre 12 a 68 años, el 68,81% planteó tener siempre o frecuentemente problemas para encontrar talles grandes.
En tanto, de los 616 encuestados este año vía Facebook por la Defensoría del Pueblo de la ciudad de Buenos Aires, 9 de cada 10 respondieron haber tenido ese inconveniente en su última compra.
Distintas exigencias
En la actualidad, en la Argentina no existe una ley nacional de talles. Sólo las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes, Chaco, Santa Fe, Córdoba, San Juan, Mendoza, La Pampa, Río Negro y Santa Cruz, además de la Ciudad de Buenos Aires y algunas jurisdicciones, tienen normativas sancionadas que regulan el mercado textil.
Desde la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI) sostienen que el principal inconveniente que deben enfrentar las empresas nacionales son las distintas leyes aprobadas, que establecen diferentes exigencias.
"Esto perjudica a las empresas, ya que para enviar un producto a determinada provincia deben analizar cada ley de talles y cómo exigen que se marque dicha prenda. Lo que termina repercutiendo en los costos y en la producción", explican.
La frustración de Mato la llevó a movilizarse. "Llegué a casa enojada y pensé qué podía hacer para no quedarme con toda esa bronca. Entendí que el problema no era mío y decidí hacer una queja que tuviera sentido y que llamara la atención", cuenta.
Así, la modelo posó con lo que se trajo del shopping: nada. Subió su foto desnuda a las redes sociales acompañada de un extenso texto al que tituló "No tengo qué ponerme". El mensaje circuló rápidamente, generó polémica y miles de personas, que se identificaron con la situación, compartieron sus palabras.
Frustración, enojo, sufrimiento, tristeza e impotencia son algunos de los sentimientos que surgen en quienes se ven obligados a "peregrinar" de local en local en busca de una prenda deseada; recorrido que, muchas veces, acaba con las manos vacías o con la compra de un producto que no era el que se quería, pero que sí el que les "entraba".
Sobre este punto, el 75% de las personas encuestadas por la Defensoría del Pueblo de la ciudad afirmó que, frente a la falta del talle en la prenda que buscaban, se fueron del negocio "sin comprar nada".
"Para las que no somos 90-60-90 comprar ropa en la Argentina es una odisea, ya que la mayoría de los locales tienen segmentadas las prendas a su antojo. Esto quiere decir que si el talle que me corresponde, según las medias antropométricas, es un 44, cuando voy a un local muchas veces puedo ser un 42 y hasta un 48", afirma Mariana Petracca, actriz y comediante, quien creó una marca de indumentaria femenina "para mujeres con curvas que no quieren esconderse".
Desde AnyBody, explican que no hay que mezclar la problemática de la falta de talles con la salud. "Muchas veces se lo reduce a un problema de los gordos, y no es así: la realidad es que los talles son cada vez más reducidos y elitistas", dice Lucrecia Fernández, voluntaria de la organización.
Adolescentes en riesgo
¿Qué pasa cuando una persona no encuentra qué ponerse? "La ropa es el atributo con el cual uno se muestra al mundo -subraya la psicóloga Analía Suárez-. Nos habilita, o no, a entrar a determinados círculos y lugares."
En este sentido, los especialistas advierten que el grupo que está más en riesgo son los adolescentes, independientemente del sexo, ya que los hombres también poseen dificultades para encontrar qué ponerse.
Monique Thiteux Altschul, directora de la asociación Mujeres en Igualdad (MEI), asegura: "Salen a comprar ropa porque tienen una fiesta, por ejemplo, y a muchos les puede ocurrir dos cosas: no consiguen nada que les "entre" y regresan a sus casas deprimidos, discriminados; o se compran un talle que les queda chico y dejan de comer por varios días con la ilusión de adaptar sus cuerpos a la prenda".
Y Suárez agrega: "La adolescencia es una etapa de crisis porque uno tiene que pertenecer a un grupo y el hecho de no poder formar parte porque no tienen lo mismo para ponerse, genera frustración y en algunos casos complicaciones más graves como trastornos alimenticios o depresión".
Por otro lado, Petracca denuncia que en general no hay variedad de talles ni de estilos. "El 60% de los locales tienen talle único, que es una medida estándar aproximadamente para una persona de 1,65 metros de altura y que pesa entre 50 y 53 kilos", comenta. "El segmento de ropa de moda o más canchera está destinado para personas más pequeñas: si vos salís de estos cánones encontrar variedad es imposible y lo que conseguís, terminás llevándolo, que es lo más frustrante de todo".
Si bien las estadísticas dan cuenta de la falta de talles que hay en la Argentina, también revelan que existe cierto grado de naturalización y resignación por parte de los consumidores, que no realizan denuncias.
Según la Defensoría del Pueblo porteña, tres de cuatro personas encuestadas no realizó ningún reclamo o queja ante la falta de talle, ni en el local en el momento de la compra, ni luego frente a la marca o empresa de indumentaria.
"Es un tema que está muy relacionado con la vergüenza. La gente se queja, capaz que lo postea en Facebook, pero no hay denuncias concretas", dice Fernández.
Desde MEI afirman que la cantidad de denuncias recibidas disminuyó en los últimos años. "El problema es que nadie responde a esas denuncias", subraya Thiteux Altschul.
En relación con esto, Victoria Donda, diputada de Libres del Sur y quien presentó un proyecto para sancionar una ley nacional de talles, sostiene que es el Estado el que tiene que regular que la legislación se cumpla. "Entiendo que esta situación haga que muchas personas desistan de denunciar, pero son los órganos de control quienes deberían velar por el cumplimiento de la ley, sin perjuicio de las denuncias de los consumidores", sentencia.
Para saber más
AnyBody Argentina
buenosaires.endangeredbodies.org/inicio
Mujeres en Igualdad
Defensoría del Pueblo CABA
0800 999 3722
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