Lo experimentan 2 de cada 10 personas de más de 60 años; la jubilación, la viudez y las disminuciones motrices y sensoriales son otras de las causas que los afecta emocionalmente; por qué una conversación telefónica puede servir para desanudar esa pena
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“La jubilación y la pandemia fueron dos golpes que llegaron al mismo tiempo”, dice Gladys Viscovich, que hoy tiene 65 años. Vive sola en un departamento pequeño en Boedo que ahora le resulta un lugar demasiado solitario, sobre todo por las noches, cuando el hecho de no poder compartir la cotidianidad con alguien se le hace muy duro.
Gladys ve poco a sus hijos y a sus nietos. “Tienen su vida”, dice y sigue: “La comunicación se transformó en charlas por WhatsApp. La pandemia nos desacostumbró a reunirnos y siento mucho esa ausencia”. Intenta mantenerse ocupada y activa. Pinta cuadros, es terapeuta de reiki, va a centros de día para adultos mayores, viaja. Pero nada de eso le quita la melancolía que le produce sentir soledad.
Es tan profunda esa sensación de tristeza que casi todas las semanas hace un llamado que le permite sobrellevar esa carencia de compañía: habla de cualquier cosa con operadores de una línea especial que busca acompañar a los adultos mayores.
Como ella, 2 de cada 10 adultos mayores se sienten solos, según revela un estudio de 2022 hecho por el Observatorio de la Deuda Social de la UCA. Durante la pandemia, ese porcentaje llegó a duplicarse. Aunque ahora bajó, es un tema que afecta al 20% de las personas mayores.
“El sentimiento de soledad es una experiencia subjetiva que va más allá de si la persona vive sola o no. Es la percepción que tiene el individuo sobre su forma de vincularse”, define Enrique Amadasi, sociólogo y coordinador de investigaciones sobre personas mayores de la fundación Navarro Viola.
A cargo del equipo que realizó este estudio, Amadasi alerta que en el país hay alrededor de 1 millón de personas mayores que se sienten solas, más allá de que muchas de ellas vivan con sus familias. Aunque, aclara, “los que viven solos tienen más propensión a sentirse así”.
En este mismo estudio, señala que “a menor nivel económico social y menor nivel educativo, casi se duplica el número de personas que manifiestan sentirse solas”. El estudio, que abarcó a todo el país, divide a los adultos mayores en dos capas: entre 60 y 74 años y mayores de 75 años. “A más edad, más expuestos al sentimiento de soledad. Son curvas que crecen lentamente”, agrega Amadasi.
En enero de este año, el Gobierno porteño lanzó el programa Escucha Activa, una línea de comunicación exclusiva para acompañar a los adultos mayores que se siente solos. La recepción que tuvo los sorprendió: en lo que va del año ya recibió más de 30.000 llamadas.
Es decir, reciben a razón de 250 llamadas por día, de lunes a viernes de 8 a 20. Y la demanda no deja de aumentar, según explican desde la Secretaría de Bienestar Integral del Ministerio de Salud porteño, de quienes depende la línea. De hecho, les piden que la línea esté activa durante las 24 horas y los fines de semana, ya que durante la noche y los días festivos son los momentos de más soledad.
Más allá de informarlos sobre los programas que existen para ellos, también se les da contención y un espacio de diálogo abierto. De hecho, los operadores fueron capacitados especialmente para este rol y, en caso de recibir denuncias por situaciones de violencia o identificar problemas más graves relacionados a la salud física y mental, derivan a las personas a las dependencias correspondientes.
“Nosotros percibíamos un sentimiento de tristeza y de soledad en las personas mayores, más aún después de la pandemia”, explica Sofía Torroba, a cargo de la Subsecretaría para Personas Mayores porteña. El 63,3% de las personas que llaman son mujeres y la edad promedio es de alrededor de 70 años. La línea está abierta a todo el país y trata de acompañar y motivar a las personas que se sienten solas para que puedan salir y vincularse con otros.
Gladys probó llamar hace unos meses y vio que le sirvió. Vive sola, sus tres hijos son grandes y se jubiló un año antes de la pandemia, pensando que su vida iba a empezar a ser más relajada y feliz. “Iba a dejar de levantarme a las 5 de la mañana todos los días”, explica. Trabajó durante muchos años como supervisora de un supermercado y estaba agotada de tantas horas a cargo de esa responsabilidad que también le demandaba hacer horas extras cuando alguien faltaba. Pero la realidad le demostró que estar en su casa la hace sentirse sola. Si bien se mantiene activa, las cuatro paredes del departamento donde vive se le vuelven una cárcel, principalmente a la noche.
"Mi hija vive en Estados Unidos, mi hijo en Australia y mi otro hijo en Alemania. Cuando me llaman no quieren que me ponga triste y entonces cada vez me llaman menos"
Testimonio recibido en la línea Escucha Activa
“Cada tanto, cuando tengo un día medio bajón, llamo a la línea de Escucha Activa y me entero de algún evento que habrá cerca de mi barrio y aprovecho para charlar de bueyes perdidos. Me puedo desahogar lo que tengo atorado y no puedo contarle a una amiga o a mi familia. Ellos no me creen que me siento así. Me dicen: “Pero si te movés todo el día”. Y se ríen”, cuenta Gladys. Se siente cómoda hablando porque no tiene ningún vínculo con la persona que la atiende.
Sofía Torroba explica que “en general llaman pidiendo información sobre algún trámite o la dirección de algún lugar”, pero después “se quedan charlando entre 15 y 20 minutos sobre lo que les pasa. Muchos de ellos vuelven a llamar varias veces porque se sienten acompañados”, agrega.
La soledad, una problema de salud pública
En 2018, la primera ministra de Gran Bretaña, Theresa May, creó el Ministerio de la Soledad, un organismo dedicado a gestionar políticas públicas para combatir un mal social que afecta a 9 millones de británicos, principalmente adultos mayores. Japón imitó la medida en 2021, a raíz de la cantidad de personas mayores que mueren en soledad, sin tomar conocimiento de ello hasta muchos días después. De acuerdo a un estudio que reunió a más de 3 millones de personas, entre 1980 y 2014, la falta de conexiones sociales puede ser tan perjudicial para la salud que puede provocar una muerte prematura.
“Es muy importante que empecemos a desnaturalizar la soledad en el envejecimiento”, resalta Ricardo Iacub, doctor en psicología y especializado en personas mayores. “No tiene que ser algo normal o esperable. Tenemos que tener una actitud proactiva para sociabilizar y los profesionales tendríamos que advertir sobre esto a toda la sociedad”, subraya quien también es titular de la cátedra de Psicología en la Tercera Edad y Vejez, en la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires.
A su vez, Iacub agrega que “las personas con más tiempo de soledad tienden a tener problemas cardiológicos o Alzheimer, y las que están aisladas desarrollan también problemas de memoria”.
“Muchas veces me siento solo y tengo ideas locas”, dice Antonio, de 71 años, al referirse a su “desgano de vivir”. Aunque aclara que está en pareja y tiene 5 hijos viviendo en diferentes lugares del mundo, tiene sentimientos de soledad. Ocupó posiciones importantes como gerente de ventas en empresas internacionales y creó un buscador comercial que hoy le da buenos ingresos.
Cuando conoció la línea de Escucha Activa, Antonio probó llamar y lo hace todas las semanas. lo sigue haciendo cada vez que se siente solo y tiene necesidad de contar lo que le pasa o simplemente compartir su día con alguien que no lo conozca para poder sincerar sus pensamientos. “Es como un banco de descarga.”, explica.
"Vivo sola, soy viuda y mis hijos están siempre ocupados. Me cuesta encontrar alguien que me preste un oído para conversar."
Testimonio recibido en la línea Escucha Activa
La jubilación, los duelos, la viudez, las disminuciones motrices y sensoriales, principalmente la pérdida de audición, son las causas más frecuentes que llevan al sentimiento de soledad en la vejez, señala Iacub y apunta que es importante que “más allá de estos factores, siempre es importante indagar los criterios más subjetivos que inciden en el aumento de la soledad o el aislamiento”.
Un factor importante que se sumó en los últimos años es la sensación de estar excluidos del mundo digital y que eso los está dejando afuera de todo lo que pasa. Noticias, finanzas, comunicaciones familiares, invitaciones, conversaciones con amigos, todo pasa por el celular hoy en día y los códigos de comunicación cambian a mucha velocidad.
“Sus familiares les exigen manejar las redes sociales para comunicarse con ellos y no saben cómo hacerlo. Además, hoy casi todas las gestiones administrativas, que antes les permitían ir al banco o a una oficina y charlar con otra gente, se realizan mayormente en forma digital y eso también los está aislando más”, explica Sofía Torroba.
El estudio de la fundación Navarro Viola resalta que los que viven solos más frecuentemente tienen sentimientos de soledad, aunque no es una condición indispensable ya que casi un 20% de los encuestados viven con familiares, pero sienten que molestan, que no los escuchan, que son invisibles o que no los respetan, diversas maneras de también sentirse solos.
“Mi hija insiste en que viva con ella y con mis nietos, pero cada uno está en sus cosas. Viven conectados a sus celulares y siento que estoy de más, que molesto, que no les interesa lo que les digo”, explica Marta, que tiene 78 años, se jubiló como docente y enviudó hace 5 años.
El punto de inflexión en los problemas de salud física y mental que la soledad genera en la vejez es poder detectar a tiempo sus síntomas por parte de los profesionales de la salud que atienden a las personas mayores, cualquiera sea su especialidad, recomiendan los profesionales entrevistados.
“Hay que tener cuidado porque el solitario no anda con un bonete verde que lo identifique como ‘solitario’. En su estructura está el esconderse y no hay cosa más difícil que identificarlos”, señala Amadasi. Identificarlos posibilita que su familia y el Estado puedan utilizar herramientas y la comunidad les brinde recursos recreativos para revertir esa situación de soledad. “Hay tests de soledad que se pueden hacer y sería muy aconsejable que cualquier médico que los atienda, lo pudiera hacer para identificarlos”, explica el especialista Ricardo Iacub.
Qué hacer por los adultos mayores que se sientes solos
Ricardo Iacub, doctor en psicología y especializado en personas mayores, recomienda:
- Sensibilizar e informar sobre la temática de la soledad y el aislamiento en los centros de salud y profesionales que atienden a personas mayores.
- Generar espacios de alfabetización digital. La inclusión digital es un derecho y una oportunidad para garantizar participación social y construir una ciudadanía digital activa.
- Incorporar en el sistema de salud instancias de detección de personas en situación de soledad o con mayor riesgo de padecerla para, de este modo, poder intervenir tempranamente.
- Derivar a espacios de participación. Existen instituciones que promueven la participación de las personas mayores, como clubes, centros de jubilados, turismo social, colonias de vacaciones, programas universitarios y voluntariados.
- Dar acompañamiento psicológico. En situaciones que lo requieran, es importante realizar una consulta con un profesional capacitado en psicogerontología.
- Promover primeros auxilios psicológicos. El objetivo es brindar herramientas sencillas que aporten recursos y contención en momentos de soledad o aislamiento, a través de acompañamiento telefónico o de servicios ubicados en los centros de salud.
- Mejorar la accesibilidad arquitectónica y urbanística para posibilitar los encuentros. En este sentido es de gran importancia que los medios de comunicación, las veredas, los tiempos de los semáforos, entre otros, sean accesibles a los tiempos y recursos de las personas mayores.
- Mejorar habilidades sociales. Participar de espacios grupales donde se puedan adquirir conocimientos acerca de cómo mejorar la interacción con los demás y entrenar estrategias, colabora para mejorar las relaciones y el bienestar subjetivo.
Más información sobre Escucha Activa
Es una línea para personas mayores de 60 años que quieran conversar, sentirse acompañadas y averiguar sobre todas las actividades recreativas que tiene la ciudad de Buenos Aires. También está abierta para todos los argentinos que viven en el interior del país y el horario de atención es de 8 a 20, de lunes a viernes.
- Desde la Ciudad de Buenos Aires, llamá al 147, opción 5.
- Desde el resto del país, llamá al 0800-999-2727, opción 5.