Romper el clima de sospecha
Según las investigaciones más recientes, hoy no hay dudas de que el docente es la clave de la calidad educativa. Un informe que analiza los sistemas educativos de los 25 países del mundo con mejores resultados en PISA concluye que "la calidad de un sistema educativo no puede ser mejor que la calidad de sus docentes".
Es indudable que en las últimas décadas la calidad de nuestro sistema educativo ha decaído. ¿Quiere eso decir que también decayó la calidad de sus docentes? Más bien, lo que ocurre es que el mundo cambió, nuestra sociedad cambió, pero lo que no cambió, en términos generales, es cómo formamos a nuestros maestros y profesores, y lo que ellos hacen en las aulas.
Seguir haciendo lo mismo de siempre es una trampa mortal que se estrella contra los nuevos intereses de los niños, púberes y adolescentes, y las nuevas necesidades de los padres y de la sociedad.
Y entramos entonces en un terrible círculo vicioso en el cual el maestro/profesor pierde credibilidad ante sus alumnos, pero también ante los padres y la sociedad, y esta pérdida de credibilidad lo disminuye ante los otros, pero también más que nada ante sí mismo.
Nadie puede trabajar y rendir bien en un clima de sospecha. ¿Se puede romper este círculo vicioso? Se puede, pero no son los docentes los únicos responsables.
Aunque no parezca, esto no es culpa de cada docente individual, sino más que nada de la inconsistencia y falta de transparencia de las reglas de juego con que se encara su labor, y de la escasa vocación de cambio profundo que tenemos como sociedad.
Un Estatuto del Docente perimido (data de 1958); una estructura jerárquica que dificulta que la docencia sea una profesión y condena al respeto de la forma y no de la sustancia; una dirigencia sindical preocupada por muchas cosas, pero mucho menos por la mejora de la calidad educativa; una sociedad que expresa preocupación, pero que no pone el hombro para apoyar los cambios, no son buenos predictores de que las cosas cambiarán en el corto plazo.
Los países del mundo en los cuales estos cambios se han dado han apostado a llevar adelante medidas fuertes para mejorar –una de las cuales se refiere a la calidad de sus docentes– y las han sostenido sin titubear en el tiempo, aun a través de los cambios de gobierno.