Reconocimiento a directores por sus buenas prácticas educativas
"¿Para qué necesito ir a la escuela?", le preguntó uno de los alumnos de último año a Eduardo Iuliano, director de la Escuela Secundaria N°2 de Villa Itatí, en Quilmes. Si bien veía que la mayoría de los estudiantes no asistían o abandonaban la secundaria, ese momento sintió que tenía que hacer algo. "Me di cuenta de que muchos de los chicos no le veían un sentido a la educación y que nosotros, como directores y docentes, no estábamos pudiendo darles una respuesta", detalló este directivo, que fue uno de los tres oradores que tuvo el evento Celebremos la Educación, que se llevó a cabo ayer en el Teatro Colón y que contó con la presencia de la gobernadora María Eugenia Vidal y el ministro de Educación bonaerense, Gabriel Sánchez Zinny.
Así fue que, tras hacer el click, Iuliano decidió comenzar a implementar el programa Proyecto de Vida, de la Red de Escuelas de Aprendizaje, una iniciativa que hace dos años trabaja con 2000 escuelas públicas de contextos vulnerables de la provincia de Buenos Aires y que tiene como propósito mejorar el clima escolar. Además, busca poner el foco en la educación emocional y el aprendizaje basado en proyectos.
Fortalecer el vínculo entre los estudiantes, fomentar el autoconocimiento e iniciar un proceso de orientación vocacional para preparar a los jóvenes para el mundo post secundario: estos son algunos de los objetivos del programa Proyecto de Vida. En la escuela de Villa Itatí, se implementaron las herramientas del programa a través de una iniciativa de padrinazgo en la que los alumnos de último año apadrinaban a los de primero. Gracias a esta propuesta, lograron reducir el índice de repitencia en primer año del 26% en 2017, a un 3,8% en 2018.
"Buscamos que los más chicos se sientan acompañados durante su camino por la escuela y fomentar la vocación de servicio en los más grandes", explicó Iuliano.
En agosto de 2016, en una de las reuniones de padres del Jardín 933 de Alberti, Pilar, uno de ellos le preguntó a Fabiana Serradori, la directora: "¿Usted mira lo que pasa en la sala?". Fabiana respondió segura: "Sí, por supuesto". Sin embargo, raíz de esa pregunta, se quedó pensando si debería adentrarse más en lo que pasaba en las salas del jardín; más aún, en lo que le pasaba a cada uno de los chicos. "Empecé a mirar más allá de la obviedad -contó- y vi niños que no contaban nada, algunos docentes con ganas de ir por nuevas propuestas y otros que naturalizaban todo lo que sucedía a su alrededor".
Así fue como, buscando herramientas para trabajar el clima escolar en el jardín, Serradori comenzó a implementar estrategias educativas que proponía el programa de Clima Escolar y Educación Emocional de la Red de Escuelas de Aprendizaje: desde propuestas de clases abiertas y talleres para padres, hasta la incorporación de prácticas como "la caja de los miedos" o "la valija de la alegría". "Logramos iniciar una cultura emocional no sólo en niños y docentes, sino, por sobre todo, en la comunidad educativa y los padres", aseguró.
El evento también contó con la presentación de la orquesta sinfónica de jóvenes de Florencio Varela y las autoridades provinciales entregaron los diplomas a 2000 directores que finalizaron su postítulo en Gestión Educativa y Liderazgo Pedagógico. "Lo más importante es que, detrás de todos los resultados y gracias al compromiso y entrega de todos estos docentes, hay más de 600.000 chicos que están recibiendo la educación que se merecen", detalló la gobernadora de la Provincia, durante su discurso al comienzo de la jornada.
A principios del año pasado, a Alexander, uno de los alumnos de la Escuela Primaria N°35, en La Plata, le costaba muchísimo aprender a leer y a escribir. "Esto lo llevaba a un círculo negativo de frustración y rabia que le impedía avanzar", explicó Sandra Mani, directora de la escuela y la última de los oradores del evento. Este fue el punto de partida para que Mani se se involucrara en el trabajo de "la Red", como llama ella a la iniciativa educativa. "Con los docentes, íbamos a las capacitaciones y volvíamos extasiados, llenos de ideas y estrategias innovadoras", agregó.
A través de un intenso trabajo con los estudiantes, buscando que expresaran sus emociones a través de la escritura, el equipo de docentes pudo lograr que tanto Alexander como el resto de los alumnos pudieran poner en palabras sus sentimientos de miedo, frustración y alegría. Además, la directora contó que lograron que todos los chicos de la escuela estén alfabetizados. "Me brillan los ojos cada vez que un pibe aprende a leer, cada vez que piensa en el otro, cada vez que aprende a leer un libro y cada vez que aprendiendo se hace más libre", concluyó Mani.