Tener una escucha adecuada y transmitir confianza, son algunas de las recomendaciones de las especialistas sobre cómo actuar frente a la develación o sospecha de un caso de violencia sexual
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Las niñas, niños y adolescentes víctimas de violencia sexual no solo deben romper el silencio impuesto por su agresor, sino también encontrar un adulto que crea en sus palabras (o sepa identificar las señales de alerta) y los proteja. Lamentablemente, en muchas ocasiones eso no sucede. “La negación es lo más frecuente. Es tan brutal que la primera reacción es pensar que no puede estar pasando”, afirma Paula Wachter, directora de Red por la Infancia.
La psiquiatra infantojuvenil Silvia Ongini y las psicólogas Victoria Gandara y Dolores Steverlynck, fundadoras del Centro de Asistencia y Prevención del Abuso Sexual en la Infancia y Adolescencia (Cepasi), subrayan que cuando se sospecha o se sabe que una niña, niño o adolescente ha sido víctima de abuso sexual, se produce “una movilización emocional y una conmoción en el entorno familiar de la víctima”, especialmente en aquellos adultos cuidadores receptores de esta sospecha o develamiento. Esto puede incluir rabia, desesperación, angustia, incredulidad o negación. “Es por eso que tener en claro qué hacer y qué no, puede ayudar a ser más asertivos en la respuesta y, al mismo tiempo, a canalizar la angustia haciendo algo al respecto”, sostienen las especialistas.
El hecho de que la mayoría de los abusos sean perpetrados por alguien cercano al chico o chica, familiar o de su confianza, hace más difícil la intervención. Por eso, desde Cepasi, Red por la Infancia y Unicef, brindan una serie de recomendaciones sobre cómo actuar frente a un caso.
Escucha adecuada
- En el caso de que tengas sospechas basadas en observaciones o en cambios conductuales del niño o la niña, las fundadoras de Cepasi y coautoras del libro Romper el silencio. Por infancias y adolescencias libres de violencia sexual (Editorial DAO), aconsejan que trates de habilitar el diálogo con un acercamiento tranquilo, en un ámbito de privacidad, sin exponerlos.
- Tenemos que preparar el ambiente para que, si el niño quiere abrirse, pueda hacerlo. Que nos cuente lo que le está pasando no equivale a que le hagamos todas las preguntas que queramos. Es muy improbable que nos digan todo de una sola vez y con lujo de detalles. Habilitar el diálogo no es habilitar un interrogatorio. Las especialistas recuerdan que muchas veces el relato es fragmentario, en pedacitos o en tirones, lo que se vincula con la memoria de la niña o el niño. Es importante que sean los profesionales capacitados quienes indaguen acerca de cómo ocurrieron los hechos. Por eso, no debemos preguntar detalles sobre la forma en que se dio el abuso; tampoco intentar completar las frases o adelantarnos a las respuestas de la niña, niño o adolescente. Lo que sí debemos es intentar saber quién fue el agresor o la agresora a través de su relato para poder protegerlo de nuevos abusos, pero sin inducir respuestas con preguntas del tipo: “¿Fue tu abuelo?”. “¿Fue tu tío?”. “¿Te hizo tal cosa?”. Ongini, Gandara y Steverlynck recomiendan usar preguntas indirectas, como: “te noto triste/ raro , ¿te ocurrió algo que te esté preocupando?”. También podemos hacer otras más concretas a partir de aquello que nos llama la atención, por ejemplo: “Te veo rara desde que volviste de vacaciones. ¿Pasó algo que quieras contarme?”.
- Es importante no tratar de calmar la propia curiosidad o angustia sino habilitar un canal de comunicación. Si el niño, niña o adolescente no puede contar nada o si se repliega más, no insistas con preguntas. Es importante que le trasmitas confianza, que si no quiere hablar y contar en ese momento está bien, que lo haga cuando quiera, que puede contar siempre con nosotros.
- Si el niño o la niña te devela de alguna forma que ha sido víctima de abuso, tené en cuenta que suelen elegir a un adulto en quien confían para contarles y que generalmente se sienten avergonzados, culpables, con mucho miedo e impotentes. Si te lo está contando, ese adulto de confianza sos vos. Que la niña, niño o adolescente pueda contarlo implica un gran logro y es muy importante darle completo apoyo: “Fuiste muy valiente en contármelo, vamos a hacer todo para protegerte”.
- Recordá que el niño que devela un abuso está buscando contención y ayuda, lo más importante es creerle siempre, ser comprensivo y agradecerle que nos haya contado. Es muy importante que refuerces en él o ella la idea de la valentía que conlleva el haberse atrevido a develar lo sucedido y que le garantices asistencia y protección. Siempre el relato de las chicas y los chicos es el indicador más específico con el que contamos, ya que muchos abusos no dejan marcas en el cuerpo y pueden no implicar contacto físico (como el grooming, por ejemplo).
- La respuesta y contención que los padres muestren o la angustia y bronca que manifiesten, puede determinar, según las especialistas, el significado y las emociones que el niño o la niña le otorguen a lo que les ocurrió. Por esto, además de tener una reacción de contención es importante que sean los profesionales capacitados quienes indaguen cómo ocurrieron los hechos.
- No actúes de forma desmesurada. Cuando se reacciona con rabia, enojo o descreimiento, el chico o chica tiende a sentirse más avergonzando y con mayor culpa, puede cerrarse, no querer hablar o, incluso, retractarse. Por lo tanto, es fundamental escucharlo intentando conservar la calma. “Es clave escucharlo con tranquilidad y contener nuestras reacciones emocionales porque muchas veces callan para no generar dolor en las personas que aman”, suma Wachter. Y agrega: “El chico habla una vez. Es fundamental creerle y ocuparse. No escucharlo, dudar o desestimar su relato es otra forma de maltrato que equivale a confirmarle su terror de que no le van a creer si pide ayuda”.
- Transmitile que no es su culpa y enfatizá que le creés.
- Expresale afecto. “El chico está vulnerable y necesita más contención que nunca”, explica Wachter.
Consulta y atención inmediata
- Asegurale al niño que vas a conseguir la ayuda necesaria para atravesar la situación y cumplí con tu palabra. Es importante pedir ayuda, ya sea llamando a las líneas 137 o 102, acudiendo a una comisaría o fiscalía según la zona, a organismos como las defensorías o, de ser posible, a una institución de salud que de un abordaje integral.
- Jamás debemos asumir que la chica o el chico podría haberse defendido de la situación de violencia o contado lo que pasó antes de que lo hiciera, señalan desde Cepasi. Nunca debemos cuestionar sus reacciones, interpelarlo o culpabilizarlo, ni hacerle preguntas como: “¿Por qué no lo dijiste antes?”, “¿Por qué no te fuiste?”. “¿Por qué no le pegaste?”. Esos cuestionamientos responden a la idea errónea de que una niña o niño puede “salir” por sus propios medios de una situación abusiva y son una manera de señalarlos como culpables, lo que suele darse con más frecuencia en los casos de adolescentes. Esto suele traducirse en comentarios como: “Qué habrás hecho vos para que pase esto”.
- Desde Cepasi subrayan que si notamos manchas en la ropa interior o lesiones en la zona genital, por ejemplo, es importante decirle a la chica o el chico que pensamos que algo le está pasando, que queremos ayudarlo, que entendemos que le cueste hablar y que vamos a buscar ayuda de profesionales para que esté mejor. Es fundamental que siempre recurramos a especialistas en la temática. Lo mismo si observamos síntomas como conductas hipersexualizadas. “Lamentablemente, no todos los pediatras y ginecólogos infantiles están familiarizados con la problemática, por eso es importante tratar de concurrir a lugares, dentro de lo posible, que sí lo están o pedir orientación para poder seleccionarlos”, aconsejan las especialistas. No es recomendable que los padres quieran examinar la zona genital, “es una exposición que puede revictimizar y además no facilita ninguna ayuda”.
- “¿Si sospecho que un pariente abusa de mi hija o hijo, qué hago?”. Ante cualquier sospecha relacionada con un posible agresor, lo primero es evitar que esa niña, niño o adolescente esté expuesto a esa persona hasta que se esclarezca la situación. Ese acto, además, va a ayudar a habilitar el diálogo, porque hay un mensaje que fue dado a esa chica o chico de que buscamos protegerlo. “Es una intervención en sí misma”, señala Ongini.
Denuncia
- El abuso sexual es un delito de denuncia obligatoria y la víctima tiene derecho a recibir protección, apoyo profesional y acceso a la justicia. Todo adulto que tome conocimiento de un abuso sexual hacia un niño tiene la obligación de denunciar. “Quien no actúa se convierte en cómplice del delito”, destaca la directora de Red por la Infancia. En el caso de docentes o personal de salud, por ejemplo, no hace falta la autorización de un superior jerárquico ni de la familia del niño o niña para hacer la denuncia.
- Si bien las denuncias van en aumento, de cada 1000 casos de abuso, se estima que solo 100 se denuncian y apenas uno se condena. La falta de esclarecimiento por parte de la Justicia, además de la invisibilización de este delito, lleva a muchas víctimas a vivir, durante casi toda su vida, en silencio. Por eso, si a vos te pasó o a alguien que conocés, no dudes en buscar ayuda, acercarte a organizaciones especializadas en la temática y realizá la denuncia.
Dónde denunciar y pedir ayuda
- Línea 137: Llamá a esta línea que pertenece al Programa Las Víctimas contra las Violencias, del Ministerio de Justicia de la Nación, para que te asesoren sobre los pasos a seguir. También podes enviar un Whatsapp al 11-3133-1000 desde cualquier lugar del país. Si estás en CABA, Chaco o Misiones, ante una situación de emergencia se podrá desplazar hasta el lugar un Equipo Móvil acompañado por personal policial que garantiza las condiciones de seguridad para que el equipo se haga cargo de la situación, ofrezca contención a las víctimas y de intervención a las fiscalías, defensorías o juzgados. En CABA, si la víctima desea formular una denuncia, la acompañan a la Oficina de Violencia Familiar de la Suprema Corte de Justicia (OVD).
- Línea 102: Este servicio gratuito y confidencial brinda un espacio de escucha, contención y orientación para niños, niñas y adolescentes y también realiza intervenciones, de manera conjunta con otros organismos del Estado, ante situaciones de vulneración de sus derechos. Para más información podés escribir a: linea102@senaf.gob.ar
- Centros de Acceso a la Justicia (CAJ). Dependen del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Son oficinas que brindan servicios de atención legal primaria gratuita con más de 250 puntos de acceso en todo el país, atendidos por profesionales. También dan atención y asesoramiento de manera virtual en los siguientes números: CABA: 1133108480 PBA: 1133107947 CUYO: 2644430111: Mendoza, San Luis, San Juan, La Rioja. NOA: 3855147941: San Miguel de Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca, Jujuy, Salta. NEA: 3704960176: Formosa, Chaco, Misiones, Corrientes. CENTRO LITORAL: 351 153113579: Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe. PATAGONIA: 294451965: La Pampa, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego.
- Para realizar denuncias, también podes dirigirte a comisarías, a la Comisaría de la Mujer, a las fiscalías penales o unidades fiscales especializadas (como la Unidad Fiscal para la Investigación de Delitos contra la Integridad Sexual de Niñas y Niños, del Ministerio Público Fiscal o la Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas) juzgados penales y de familia, asesorías o a la Defensoría de Menores que corresponda a tu jurisdicción. En la línea 137, pueden derivarte y brindarte más información acerca de los pasos a seguir en función del lugar del país donde te encuentres.
- Además, existen diversas organizaciones que pueden brindarte información, contención y asistencia:
- Centro de Asistencia y Prevención del Abuso Sexual en la Infancia y Adolescencia (Cepasi):cepabusosexualinfantil@gmail.com
- Red por la Infancia:info@redporlainfancia.org
- Adultxs por los derechos la infancia: adultxsporlainfancia@gmail.com
Fuentes
-Entrevistas a especialistas
-Centro de Asistencia y Prevención del Abuso Sexual en la Infancia y Adolescencia (Cepasi)
- Romper el silencio. Por infancias y adolescencias libres de violencia sexual (Editorial DAO)
-El superpoder de la educación sexual, Silvina Valente, Silvia Ongini y Denise Tempone (Editorial DAO).
Metodología. Cómo lo hicimos
Este artículo forma parte de “Hablemos de abuso sexual de niños y niñas”, una guía de Fundación La Nación que incluye las voces y las recomendaciones de algunos de las y los principales referentes en esta temática de la Argentina, así como también testimonios en primera persona. Además de las entrevistas cualitativas, se realizó un análisis de datos estadísticos y una compilación de trabajos elaborados por distintas organizaciones gubernamentales y de la sociedad civil, y contó con la curaduría de Silvia Ongini, psiquiatra infantojuvenil del departamento de pediatría del Hospital de Clínicas y cofundadora del Centro de Asistencia y Prevención del Abuso Sexual en la Infancia y Adolescencia (Cepasi); y Paula Watcher, fundadora y directora ejecutiva de Red por la Infancia.