Patología dual: qué hacer cuando se combinan una adicción y un padecimiento psiquiátrico
El caso de Chano es la muestra más reciente de una problemática compleja y frecuente; el abordaje interdisciplinario es clave, al igual que el acompañamiento permanente cuando se inicia el tratamiento
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Como si no fuera lo suficientemente difícil la situación de tener un familiar atravesado por una problemática de consumo, en numerosas ocasiones el cuadro se complejiza más. Esto es cuando la persona tiene, en paralelo, otro padecimiento mental.
Los especialistas hablan de patologías duales: estados que requieren de un abordaje interdisciplinario para atender ambos frentes en forma adecuada. De lo contrario, el desequilibrio en uno de ellos impacta en forma inevitable en el otro. Lo que sigue son recaídas y crisis que pueden poner en riesgo la propia vida y la del entorno cercano. La reciente descompensación del cantante Chano y el pedido desesperado de su mamá para poder internarlo son la cara humana de este drama llevado al extremo.
La convivencia de ambas patologías en una misma persona puede darse por múltiples razones. Alguien puede comenzar a consumir sustancias debido a un padecimiento mental de base, pero también puede darse a la inversa, que el consumo prolongado de ciertas sustancias termine desencadenando el otro padecimiento. En cualquier caso, los especialistas señalan la necesidad de un tratamiento interdisciplinario.
“Hay que partir de la base de que a esta clase de cuadros no los resuelve una única especialidad. En estos casos deben intervenir un psicólogo, un psiquiatra, un toxicólogo y, de ser necesario, un asistente social. Cada uno evalúa lo suyo y después los profesionales nos ponemos de acuerdo en el abordaje: cómo se lo medica y de qué manera se le retira la sustancia. De lo contrario, si no existe este acuerdo, suele pasar que, ante una crisis, el toxicólogo se lo atribuye al cuadro psiquiátrico y el psiquiatra, a la situación de consumo”, explica Carlos Damin, docente de la Facultad de Medicina de la UBA y jefe de Toxicología del hospital Fernández.
Con él concuerda Hugo Barrionuevo, director de la maestría en Gestión de Servicios de Salud Mental de la universidad Isalud y ex director nacional de Salud Mental y Adicciones, quien considera fundamental el buen vínculo entre la familia y dicho equipo. “La familia tiene que sentirse apoyada en el equipo en el que depositó su confianza. Hay que construir un buen vínculo terapéutico. Cuando se da ese vínculo de cercanía, se previene que las situaciones escalen y se desencadenen las crisis”, considera.
En este sentido, para evitar que el paciente y su familia terminen entrampados en un espiral de recaídas, es necesario planificar los siguientes pasos una vez que la persona inicia un tratamiento. “En muchos casos, se recurre a un acompañante terapéutico que controle que la persona tome su medicación. Si viven solas, las personas no pueden volver a la casa con prescripciones médicas sin que nadie controle si cumplen con la toma de medicación. Lamentablemente, es muy frecuente que engañen y escupan la medicación. Te dicen que no quieren estar dopados, pero sin medicación, ya sabemos lo que sigue. Tampoco es que están dopados, pero sí quizás un poco sedados”, explica Damin.
De no mediar este acompañamiento posterior al tratamiento, será muy difícil que ese equilibrio logrado se sostenga, ya que el fácil acceso a todo tipo de sustancias se vuelve un riesgo patente. “En este momento, el mundo tiene una oferta de sustancias psicoactivas muy a la mano, entonces cualquiera que tiene una problemática de salud mental tiene acceso a ellas”, alerta Barrionuevo.
Para evitar que la situación escale y su profundice, el experto considera crucial el rediseño del sistema de salud mental a fin de que todas las familias lo consideren una instancia cercana y accesible. “El espíritu de la actual ley de Salud Mental contempla ese modelo. La ley es clara, sólo hay que cumplirla. Muchas veces, cuando una familia ve que su familiar no mejora, considera que la internación es lo único que podría sacarlo de esa situación. Hay que empatizar con ese dolor. Pero el sistema tiene que poder acompañarla de manera más intensiva para evitar llegar a ese punto de desesperación y que la persona pueda llevar una vida en su hábitat socio-familiar”, recomienda.
Damin, por su parte, considera que es clave que la familia asuma la problemática desde las primeras señales. “Muchas veces, las patologías psiquiátricas son muy negadas por los padres. Lamentablemente, para muchos, es preferible creer que lo que le pasa a su hijo es por la sustancia cuando hay un padecimiento de base que no se quiere asumir”, concluye.
¿Cómo detectar las primeras señales?
- Estar atentos a los cambios de comportamiento, sobre todo en la adolescencia.
- Consultar con el médico de cabecera para que derive con algún especialista.
- En caso de que se confirme el diagnóstico de una patología dual, asumir la situación sabiendo que con un tratamiento y acompañamiento adecuado las personas pueden sostener una vida saludable.
¿Qué debo hacer si tengo un familiar con una patología dual?
- Es crucial que el tratamiento esté a cargo de un equipo interdisciplinario conformado por un psiquiatra, un psicólogo y un toxicólogo.
- Procurar construir un vínculo de confianza entre ese equipo y la familia.
- De ser necesario, incorporar la figura de un acompañante terapéutico que verifique que el paciente toma la medicación.
Teléfonos de contacto:
Asociación Argentina de Psiquiatras: tienen una web donde facilitan la búsqueda de profesionales expertos. Además, se puede llamar al: (011) 4331 5009.
En la Ciudad de Buenos Aires:
Salud Mental Responde, 4863-8888/ 4861-5586, de lunes a viernes de 8 a 20 horas
Hospital Laura Bonaparte (especializado en salud mental y adicciones), guardia telefónica para adultos: 4305-0091 al 96 – Interno 1155, guardia telefónica para niños, niñas y adolescentes: 4912-3673 de lunes a viernes de 9 a 122 horas.
Hospital Elizalde (Atención de NNyA hasta 18 años), 4363-2200 internos 6209 – 6057 – 6024, de lunes a viernes de 9 a 15 horas
Hospital José T. Borda, brinda orientación telefónica de forma confidencial a personas de CABA que requieran asistencia o acompañamiento de salud mental. El teléfono es: 4360-6670
Provincia de Buenos Aires:
Subsecretaría de Salud Mental, consumos problemáticos y violencias en el ámbito de la salud: 0800-222-5462