Nuevos horizontes para las ONG en la búsqueda de fondos
En el sector social ahora apuntan al trabajo en equipo y buscan nuevas latitudes para conseguir apoyos económicos, como Medio Oriente o los países Brics
Buscar fondos es una tarea cada vez más compleja para las organizaciones sociales argentinas y la cooperación internacional siempre es una herramienta útil. En ese contexto, los países desarrollados siguen siendo los principales financiadores, pero el crecimiento económico latinoamericano y la crisis económica internacional, obligan a repensar las estrategias.
"Hay que buscar nueva estrategias, que no sólo se apoyen en el modelo de los países que tradicionalmente lideraron la ayuda", explica Guillermo Correa, director ejecutivo de la Red Argentina para la Cooperación Internacional (RACI), que promueve nuevas maneras de financiar proyectos, como el trabajo en red de varias ONG para concretar un proyecto o buscar aportes en latitudes poco tradicionales, como Medio Oriente o los llamados Brics (sigla que se refiere conjuntamente a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
Esta manera articulada de trabajar tampoco escapó a la propia RACI que decidió unirse bajo el mismo paraguas junto a HelpArgentina, entidad que promueve la donación individual, con un foco en la comunidad de argentinos que viven en el exterior, con el objetivo de potenciar los recursos que provienen del extranjero para el sector de la sociedad civil argentina.
De la misma forma, pero para una acción puntual, Wingu y la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) se juntaron para desarrollar la Plataforma Ciudad Integrada, una aplicación web que con geolocalización a través del GPS e Internet como Google Maps o Foursquare que ubicará y monitoreará las obras de infraestructura de las villas de la ciudad de Buenos Aires.
"Queremos darles visibilidad a las villas, que hoy son una mancha gris en los mapas. La idea es que los habitantes puedan controlar las obras, que vean si se están realizando y vuelquen en esta plataforma la información a través de Internet, Facebook o su celular. Buscamos mejorar los procesos de transparencia y rendición de cuentas", explica Mariano Malia de Wingu, organización que define como "la pata tecnológica de un montón de proyectos sociales".
El proyecto fue uno de los cuatro seleccionados entre 140 propuestas presentadas a Avina y Omidyar Network, que aportaran 145.000 dólares. Será de "código abierto" para que organizaciones de todo el mundo puedan replicarlo libremente.
"Es un desafío trabajar con otras organizaciones, coordinar tiempos e involucrarse en un proyecto común para potenciarlo. Pero se puede y nosotros lo venimos implementando hace un año con distintos proyectos", sostiene Malia.
Wingu encontró en esta metodología una buena manera de obtener financiamiento y este mes esperan el resultado de una nueva presentación hecha al BID junto con la Asociación Cristiana de Jóvenes y la Fundación Manos Abiertas con otro proyecto compartido que apuntará a trabajar para reducir la pobreza.
Nuevas latitudes
La cooperación árabe no es un fenómeno nuevo ni menor. Disponen de grandes cifras para Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) y tienen una historia importante como donantes, prácticamente desconocida en Occidente.
Arabia Saudita fue el mayor donante bilateral a nivel mundial entre 1974 y 1994, con aportes de hasta el 4,7% de su Producto Bruto Interno, mientras que los países de Comité de Ayuda al Desarrollo (Alemania, Francia y Estados Unidos, por mencionar algunos) solo aportaban un promedio de 0,3%.
"Actualmente los tres mayores donantes de la región árabe son Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, y Kuwait, en ese orden, que concentran el 90% de los flujos de toda la ayuda árabe", explica Correa. Estos países destinan alrededor del 1,5% de su PBI para financiar proyectos en el exterior y, si bien suelen privilegiar a los países islámicos, también están abriéndose a Occidente.
Por otro lado, también los Brics pueden ser una oportunidad, ya que las tendencias actuales pronostican que para el año 2050 superarán en conjunto el PBI de los países del G7 y estarán entre las diez economías más grandes del planeta.
Si bien todavía manejan flujos menores para cooperación que los países desarrollados, "los Brics han aumentado sus participaciones en la ayuda internacional, especialmente en lo referido a la cooperación Sur-Sur enfocándose particularmente en la cooperación bilateral", afirma Correa.
China es el país de este grupo que más aporta. Según sus últimas cifras oficiales (2009), invirtió más de 41.000 millones de dólares en AOD y un 12,7% fue para América latina. Otro ejemplo es Rusia, que tras el colapso de la Unión Soviética fue uno de las mayores fuentes de asistencia internacional, aportó en 2011 casi 514 millones de dólares para AOD.
Argentina y América latina
La mayoría de los países de América latina hoy no son prioritarios porque son considerados países de renta media, aunque las cifras macroeconómicas escondan muchas desigualdades.
"Argentina, desde el punto de vista de sus indicadores, no es prioridad para la cooperación internacional, pero es el octavo país más grande del mundo y sí tiene importancia geopolítica", afirma Correa. Por eso, entre otras razones, los países desarrollados siguen girando fondos y según los últimos datos disponibles (2010), Japón fue el mayor donante, con 40,33 millones de dólares, seguido por España y Alemania, que aportan cada uno la mitad de esa cifra, aproximadamente.
"Argentina tienen un espectro de organizaciones no gubernamentales amplio y sólido", sostiene Dieter Cavalleri, Consejero de la Embajada Suiza en Buenos Aires, organismo que desde hace 20 años apoya en el país iniciativas relacionadas a educación, salud y medio ambiente. Anualmente aporta unos 100.000 dólares, que en 2013 dividió en diez organizaciones de todo el país.
Algunos de sus beneficiarios fueron la Fundación Cruzada Patagónica, a la que ayudaran a construir un galpón para la producción porcina experimental y educativa en su escuela agraria de Cholila, Chubut, y la cooperadora de una escuela de la Isla Guaycurú, Santa Fe, a la que buscan proveerle de electricidad renovable, ya que se encuentra en una comunidad aislada. "La preocupación primordial de Suiza en estos proyectos es mejorar las condiciones y la calidad de vida de las poblaciones más vulnerables", agrega el funcionario.
Ante este panorama, algunas organizaciones argentinas decidieron aprovechar su "know how" y erigirse desde Argentina como líderes regionales de proyectos que financian con diversos aportes del exterior.
Una de las primeras ONG en adoptar esta modalidad fue la Fundación Huésped que creó y gerencia la Iniciativa de Medios Latinoamericanos sobre el SIDA (Imlas), una coalición que nuclea a 50 emisoras de radio y TV de 15 países y capacita a periodistas, guionistas y productores para que puedan desarrollar y emitir contenidos relacionados con el VIH en sus programas.
"Ofrecemos especiales de ficción y documentales libres de derechos para que se emitan en estos medios regionales, además de otras campañas. La última fue "Si no hablamos de lo que pasa, dejamos que pase" que fue exhibida por más de 30 medios desde fines de 2011", explica Leandro Cahn, de Huésped.
La fundación financia sus actividades en más de un 50% con fondos de cooperación internacional, provenientes de organismos estatales como Unión Europea y fundaciones privadas como Mac Aid Foundation.
"Hay una gran ventana de oportunidades al abrirse a la cooperación en nuevas maneras y formatos. Sólo hace falta la determinación de mirar al mundo más allá de los horizontes a los que estamos acostumbrados. El mundo ya está globalizado y sólo depende de nosotros capitalizarlo", finaliza Correa.
Parasaber más
- 12,7%
De recursos para América latina
Éste es el porcentaje de Ayuda Oficial al Desarrollo que China invirtió en 2009 en la región - 50%
De fondos extranjeros
Para sostener sus actividades la Fundación Huésped consigue la mitad de sus recursos a través de la cooperación internacional
Para saber más
- RACI
www.raci.org.ar - ACIJ
acij.org.ar - Fundación Huésped
www.huesped.org.ar