Lo que la ceniza nos dejó
Para paliar los efectos de la erupción del volcán Puyehue, la comunidad se articuló para hacer llegar más rápido la ayuda
La erupción del volcán Puyehue devastó parte de la Patagonia, pero también mostró cómo entre todos pueden articularse para que la ayuda sea más eficiente.
En la tarde del 4 de junio todo cambió en la Patagonia. Y aunque ya pasaron casi cuatro meses todo sigue gris, cubierto de una arena que persiste en el lugar, a pesar del esfuerzo de muchos que trabajan removiéndola o intentan dar una mano.
Pero este desastre natural que afectó fuertemente a las provincias de Neuquén y Río Negro también mostró otra cara: cómo organizaciones sociales y oficiales, gobiernos, empresas, universidades, iglesias y particulares trabajaron coordinados para tratar de paliar la situación y ser más efectivos dentro de una situación que los desborda y parece no tener fin.
Villa La Angostura fue la localidad más afectada porque además de la arena volcánica se precipitaron piedras con la apariencia de almohaditas de avena. Se estima que cayeron más de siete millones de metros cúbicos de arena volcánica sólo en el ejido municipal, con una acumulación de aproximadamente 40 cm.
Ante ese panorama, un grupo de once amigas y vecinas decidió ponerse en marcha. Así fue cómo rápidamente decidieron crear Reconstruyendo Angostura, una ONG para poder canalizar la ayuda que comenzaba a llegar de todos lados.
"Recibimos un montón de ayuda, pero el desastre es tal que no es suficiente –explica Anabel Perak, una de las fundadoras–. Por eso queremos hacer las cosas bien, con prolijidad y transparencia. Para que se sepa adónde va a parar cada cosa y en qué se gasta el dinero recibido. Y nos dimos cuenta de que teníamos que crear una ONG, porque también era la única manera en que podíamos recibir donaciones y ayuda de empresas y organismos."
El primer desafío de la organización fue recibir un camión lleno que venía desde Ushuaia a través de Red Solidaria. "No sabíamos cómo hacer, no teníamos lugar donde acopiar ni diagramado cómo repartir lo recibido", recuerda. Sin embargo, con el apoyo de las autoridades y la comunidad lograron llevar adelante la tarea. Y ya no pararon más.
El plan Reconstruyendo Angostura es complementario al que realizan desde la gobernación. Mientras la Unidad Ejecutora Provincial (UEP) limpia las calles y los espacios públicos, ellos buscan armar cuadrillas para sacar el sedimento de los lotes de las casas de toda el área urbana para poder llegar a la próxima temporada turística. Es que "cuanto más rápido saquemos la arena de todos lados, más rápido va a volver el turismo y el trabajo", afirman.
Sin embargo, la realidad es muy dura. Estiman que sacar toda la arena demandaría el trabajo constante de seis camiones por hora durante un año. Si bien las cuadrillas del gobierno trabajan con camiones y topadoras, no llegan a mantener ese promedio y el resto utiliza palas y carretillas.
Por otro lado, hoy la cadena de pagos del pueblo está totalmente deprimida: quienes tienen la suerte de conservar su empleo trabajan a medio tiempo y cobran la mitad, pero es la única manera de seguir.
Por eso, otra pata de Reconstruyendo Angostura es reinsertar económicamente a personas desempleadas, contratándolas para que participen de las cuadrillas de trabajo.
En la otra orilla
Bariloche, en la otra orilla del lago Nahuel Huapi, también resultó muy afectada y concentró gran parte de la ayuda que llegó desde todo el país. "Amanecimos con una manta de arena cubriéndolo todo. Fue una noche densa, con muchos cortes de luz, zonas que empezaban a tener problemas de agua, y en algunos casos el pánico hizo que familias completas improvisaran un viaje, arriesgándose a la ruta en medio de una nube espesa de arena y ceniza", relata Vanesa Vicente, una de las responsables de Red Solidaria Bariloche.
"Esa primera semana nos concentramos en las urgencias de primerísima necesidad. No éramos los únicos trabajando, pero nada alcanzaba: llegamos a 60 casas con chapas nuevas gracias a una donación de un funcionario provincial, se reemplazaron casi 200 colchones mojados con ayuda de donaciones de vecinos y hoteleros, se distribuyó una tonelada de comida gracias a que los voluntarios de la ONG "1 litro de leche por mes" hicieron la campaña mensual a pesar de la catástrofe, y los vecinos acudieron a donar alimentos no perecederos aunque estaban todos sumergidos en la misma manta gris de arena", continúa.
Cuando la situación empezó a amainar decidieron dividirse en dos: un grupo siguió trabajando en donaciones y entregas, asistiendo a los que aún estaban en emergencia o sufriendo la inmediata falta de trabajo. Y otros comenzaron a canalizar la necesidad de limpiar la ciudad, una actividad que también estaban organizando otros sectores.
"Queríamos salir a limpiar, pero era necesario dejar de discutir y de alentar protagonismos. Pero nadie se negó a la unidad, bastó una reunión."
La consigna Bariloche, mi casa fue clara y simple: salir a limpiar todos juntos la ciudad, poniendo cada uno lo que estuviera a su alcance para cumplir con el objetivo.
"Entre todos sacamos más de 1000 camionadas de arena. Nadie quedó afuera el 20 de junio cuando festejamos el Día de la Bandera junto a 6000 vecinos, que sin identificación más que la Escarapela salimos a la calle a palear, barrer, cargar arena, reírnos, bailar, gritar y abrazarnos", evoca.
De esa iniciativa participaron, entre tantos otros, los voluntarios de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) que llegaron desde Buenos Aires para dar una mano con la limpieza y llevar donaciones.
Previo al viaje, ya habían organizado una colecta de donaciones en su sede donde se juntaron 3070 kilos de productos entre barbijos, toallas húmedas, agua mineral, alimentos y abrigos, que entregaron a la Casa de la Provincia de Neuquén para que distribuyera en los lugares más necesitados.
"Pero vimos que hacían falta brazos que ayudaran allá porque no daban abasto", explica Claudia Gandulfo, jefa de Recursos Humanos de la Universidad. Por eso realizaron una convocatoria de voluntarios entre alumnos y empleados para ir a la zona a dar una mano, y la respuesta fue abrumadora: se anotaron 860 personas.
Más allá del turismo
El área del desastre es mucho más amplia. Lo que se conoce como Línea Sur de Río Negro también sufrió las consecuencias de la erupción y prácticamente no recibió difusión.
Allí se encuentran localidades como Ingeniero Jacobacci y Los Menucos, adonde llegaron los voluntarios de Hábitat para la Humanidad.
A diferencia de La Angostura o Bariloche, esta zona es mucho más seca y ventosa, con lo cual las cenizas vuelan continuamente y no precipitan.
Pero además, allí la mayoría de sus habitantes vive en condiciones precarias y trabaja con ganadería. "La ceniza sigue ahí, no se va, y ahora no tienen medio de producción", explica Carolina Mansur, líder del área Respuesta a desastres de la organización.
Para poder paliar la situación, la organización envío una misión con cuatro voluntarios para hacer un relevamiento de las necesidades de la zona, sellar aberturas y reparar techos para evitar que las cenizas se metieran dentro de las casas.
Trabajaron con un enlace local: el municipio, la Iglesia y otras instituciones de la zona.
Si bien en esta primera etapa ayudaron a sellar las casas de 38 familias, ahora están juntando fondos para profundizar la ayuda. Mansur destaca que para los lugareños fue muy importante el gesto.
Salvar el ganado
También en la Línea Sur, pero en zonas rurales como Kakel Huincul, Mencué Viejo, Blancura Centro, Barda Colorada y Chasicó, entre otras, intervino la Fundación Misión Marianista junto a otras organizaciones.
Ellos se concentraron en salvar el ganado, el único sustento de las familias de la zona: son pequeños productores que comercializan su carne y su lana. "Lo primero que hicimos fue ponernos en contacto con la Fundación Cruzada Patagónica, Cáritas de Alto Valle y la parroquia Cristo Resucitado. El padre Javier de Aguirre nos fue informando acerca de lo que se necesitaba. En este caso era alimento para el ganado (pellets de soja) ya que las otras necesidades estaban cubiertas", explica Andrés Tocalini, presidente de la fundación.
Ellos desde Buenos Aires hicieron contactos con empresas y particulares para conseguir mejores precios, donaciones en especies y servicios, y desde Río Negro el padre Javier junto a voluntarios y ONG de la zona coordinaron las entregas con el fin de cubrir los sectores más desprotegidos.
Para profundizar esta tarea, la Fundación Cruzada Patagónica busca crear un fondo de emergencia de $ 270.000 para poder ayudar a 180 familias de la zona pertenecientes a las comunidades mapuche y criollas sumidas en la absoluta pobreza y que están aisladas.
Su proyecto busca instalar, en conjunto con ellos, molinos y tanques australianos de cuatro chapas con base de hormigón con capacidad de 10.000 litros, para el almacenamiento de agua segura.
Más allá del desastre, que llevará años revertir, y de las necesidades acuciantes, los involucrados dicen que los unió el problema, y que hoy existe mucha más camaradería.
"Hoy somos una sociedad fortalecida, que aprende a reconocer el poder de cada habitante. Nos emocionamos al pensar el esfuerzo que hacen estas mujeres patagónicas, pala en mano. Nuestros hombres caminan erguidos por las calles porque van poniéndole el lomo a la situación. Los jóvenes tienen un nuevo horizonte. Los abuelos nos miran orgullosos y nuestros hijos están viendo una realidad nueva que los marcará para siempre", finaliza Vicente desde Bariloche, que muy lentamente abandona el gris para volver a sus colores de siempre.
AYUDA EMPRESARIA
El sector empresario mostró un fuerte compromiso en esta ocasión. Un ejemplo es el de Techint Ingeniería y Construcción, que envió a Villa La Angostura maquinaria para limpieza de ceniza, mientras que el correo privado Andreani hizo cuatro envíos exclusivos a la zona a disposición de organizaciones de la localidad, grupos de scouts e iglesias, y todavía continúa haciendo envíos con ayuda a la región.
Luego, el Banco Hipotecario donó 530.000 pesos para realizar la campaña 125 horas por la Patagonia, realizada a través de Facebook por Just One Planet que invitaba a votar durante cinco días entre los proyectos de la Fundación Cruzada Patagónica, Reconstruyendo Angostura y Hábitat para la Humanidad para ver cómo repartir el dinero. La organización más votada se llevaba $200.000, pesos, la segunda 130.000 y la tercera, 100.000.
Pero como la gente también podía sumar su donación, finalmente la primera organización tuvo 27.237 votos y obtuvo $ 203.700 para realizar su programa; la segunda, con 14385 votos, recaudó 132.450, y la última consiguió 101.025, con 5639 votos.
270 mil
Son los pesos que la Fundación Cruzada Patagónica quiere recaudar para crear un fondo de emergencia para poder ayudar a 180 familias de la zona
1000
Camiones de arena fueron los que sacaron los voluntarios de Bariloche, mi casa de la que participaron 6000 vecinos
COMO COLABORAR
Reconstruyendo Angostura:
www.reconstruyendoangostura.org
Red Solidaria Bariloche:
redsolidariabariloche@gmail.com
Hábitat para la Humanidad:
Fundación Misión Marianista:
www.fundacionmarianista.org.ar
Fundación Cruzada Patagónica:
HelpArgentina: