Le piden a Javier Milei que Argentina sea parte de una cumbre mundial para terminar con la violencia contra los niños
Se espera que participen 193 países; el Gobierno tiene tiempo hasta el 31 de agosto para sumarse; ¿por qué la OMS, Unicef y varias ONG consideran que es un evento clave?
- 8 minutos de lectura'
Cachetadas correctivas; violencia física y psicológica; negligencias; destrato o abusos en el propio hogar, en la escuela, en la calle; y la amenaza de organizaciones de trata de personas o de acoso en el mundo virtual de las redes sociales.
Todas esas son formas de violencia a las que son sometidos niñas, niños y adolescentes en nuestro país y cuyas historias, no en su mayoría, llegan a los medios de comunicación e indignan y angustian. Es el caso de de Loan Peña, el niño de 5 años desaparecido en Corrientes; el de la nena de 4 que esta semana intentaron vender en Entre Ríos; o el de Lucio Dupuy, de 5, que fue asesinado por su madre y la pareja.
Esas formas de violencia que truncan vidas e infancias y que se reproducen de generación en generación son también un flagelo en todo el mundo y es por eso que 193 países se reunirán en noviembre de este año en Bogotá, Colombia, para celebrar la primera Conferencia Ministerial Mundial para Poner Fin a la Violencia contra la Niñez.
No obstante, la Argentina no ha confirmado su asistencia, cuando la mayoría de las naciones sí lo ha hecho. Es por eso que la ONG Red por la Infancia lanzó una petición, titulada “Argentina debe asistir”, en Change.org para reunir firmas para pedirle al presidente Javier Milei y a la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, que el país sea parte de ese evento. El 31 de agosto vence el plazo para anotar al país en el evento.
La cumbre es organizada por los gobiernos de Colombia y Suecia en asociación con la Organización Mundial de la Salud y UNICEF.
“Para el país es una gran oportunidad, primero para que recoja el guante y diga que la violencia contra la niñez le preocupa y está en la agenda del Estado argentino, y segundo y principal, para aprender de los países que aplican políticas efectivas”, afirmó a LA NACION Paula Wachter, directora de Red por la Infancia, organización que sí asistirá a la cumbre como parte de las comitivas de ONG.
LA NACION consultó al Ministerio de Capital Humano respecto a si están evaluando participar de la cumbre y contestaron que aún no está decidido.
Violencia sexual
Según la Organización Mundial de la Salud, 1 de cada 5 niñas y 5 de cada 13 niños son víctimas de abuso sexual antes de los 18 años. Con esas cifras, en nuestro país casi 2 millones son víctimas potenciales de un abuso sexual.
A esta violencia se le suma la incapacidad de una pronta y efectiva respuesta del Estado y la Justicia. “Si bien no hay estadísticas específicas en cuanto a la niñez, en el país solo el 30% de las víctimas de abuso logra hablar y cuando lo hacen solo al 16% se le cree y protege”, indicó Wachter sobre la base la encuesta de victimización del Indec.
Otras estadísticas que sirven para graficar el panorama surgen de la línea 145, donde se denuncia la desaparición de una persona ante una posible situación de trata. Entre enero de 2020 y junio de 2024 se recibieron 7.326 denuncias. Solo de enero a julio de este año, 711 fueron por explotación sexual de niños, niñas y adolescentes. En ese mismo rango de fechas, 777 llamados fueron para alertar el ofrecimiento y/o posible captación de menores y dentro de esa cifra, 69 fueron por traslado de chicos lejos de sus hogares y 15, por venta de niños.
Desde la petición en Change.org, Red por la Infancia destaca que la participación del país en la cumbre que se realizará en Colombia el 7 y 8 de noviembre, puede ayudar no solo a prevenir el flagelo de la violencia sexual y la trata, sino a mejorar la respuesta del Estado.
De hecho, la Argentina se encuentra entre los países peor calificados para actuar frente al abuso y explotación sexual contra niños y adolescentes, de acuerdo a un estudio publicado el año pasado en The Economist. Allí se destaca que si bien su punto fuerte fue la atención de salud a las víctimas, nuestro país se encuentra en el puesto 50 entre 60 estados analizados. Esto confirma que Argentina debe trabajar en las políticas de prevención, resguardo y respuesta a los niños y adolescentes que sufren violencia sexual.
Los indicadores más alarmantes se vinculan con la dificultad de acceso a la Justicia para lograr que los agresores sean juzgados, de acuerdo al estudio realizado bajo el nombre Out of the Shadows 2023 (Fuera de las Sombras, en español).
“Nuestro país tiene una deuda histórica con relación a ese delito, que es complejo y requiere de un plan sistemático e integral. La insuficiencia de políticas públicas y la falta de acceso a la Justicia revictimiza a las y los sobrevivientes”, explicó el año pasado Sonia Almada, fundadora y directora de Aralma, una asociación civil que trabaja contra las violencias.
Como sí ocurre en otros países, la Argentina no cuenta con un plan de acción nacional vigente para abordar la violencia sexual en la infancia y adolescencia, así como no dispone de un organismo estatal especializado para seguir estos casos, garantizar que las investigaciones judiciales se adapten a las necesidades de las niñas y los niños víctimas, y se llegué a juicio preservándolos.
Es por eso que Wachter señaló que el intercambio de experiencias en el marco de la cumbre que se realizará en Colombia “sirve para ver qué apoyo financiero y técnico le puede brindar la comunidad internacional a la Argentina”. Por otra parte indicó: “De esta manera se reduce el margen de error y el mal gasto del presupuesto público porque ya vas a estar aplicando acciones que sabes que dan resultado para combatir este flagelo que es de dominio público porque todos los días hay un caso”.
La violencia que empieza por casa
Las estadísticas indican que la violencia contra la infancia muchas veces empieza dentro de los mismos hogares y que el 80% de los casos de abuso son intrafamiliares. Según los últimos datos del programa Las Víctimas contra las Violencias del Ministerio de Justicia de la Nación, desde 2017 a enero de 2023, en la línea 137 donde se denuncia violencia familiar y sexual, se registraron 14.912 casos de niñas, niños y adolescentes víctimas de violencia sexual (el 77,6% eran mujeres). En esos cuatro años, el incremento fue de 126%.
Por otra parte, en el 85% de los casos, el agresor era una persona cercana a la víctima o un familiar, en general el padre. Los tocamientos sexuales son la modalidad más frecuente de abuso (41,7%) y casi la mitad de las agresiones (46,5%) ocurren en la vivienda de la víctima o su agresor.
Pero la violencia en el ámbito familiar no se limita a lo sexual, también a las formas de crianza. Si bien nueve de cada diez familias rechazan la violencia en el marco de la crianza, seis de cada 10 reconocen que utilizan prácticas violentas físicas y psicológicas, según la Encuesta permanente de Hogares (EPH) del Indec realizada junto con Unicef Argentina entre 2019 y 2020 “Encuesta nacional de niñas, niños y adolescentes”.
“Esto se da porque tenemos modelos de crianza anacrónicos, nosotros mismos somos educados sin tener herramientas nuevas de cómo poner límites sin recurrir a métodos de disciplina violenta”, explicó Wachter.
“Poder analizar con otros países programas de crianza donde se pueda establecer límites y fomentar el desarrollo de vínculos saludables libres de violencia, no solo promueve las capacidades y habilidades de los niños para la resolución de los problemas y los desafíos en la vida, sino que rompe con este ciclo de reproducción intergeneracional de la violencia”.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, las consecuencias de la violencia en la infancia perduran en todo el ciclo de vida de las personas, tanto en su salud emocional como física. Por otra parte, desde el grupo de trabajo Inspire, de Naciones Unidas, se indica que los gobiernos gastan una proporción considerable de sus presupuestos para lidiar con las consecuencias de las violencias contra niños sin resolver el problema. Esos recursos serían mucho más eficaces si se emplean en la prevención de la violencia.
En ese sentido, Wachter indicó: “Ser parte de esta cumbre siempre será algo positivo, por eso creo que la Argentina solo gana, hay que hacerlo”.
Más información
- Para firmar la petición de que Argentina sea parte de la Conferencia Ministerial Mundial para Poner Fin a la Violencia contra la Niñez: Change.org