Las villas ya tienen su noticiero propio, conducido por jóvenes
Cuando Dalma Villalba se ve en la televisión, todavía tiene una sensación extraña. Tiene 21 años, vive en la villa 31 de Retiro y es una de las panelistas del Noticiero de las villas, que cada martes, a las 19, sale al aire para llevarle a la audiencia una nueva mirada sobre los barrios populares.
Si bien cuando era chica le gustaba la radio, la joven dice que su mayor vocación es poder ayudar a los demás. Dudó entre estudiar Trabajo Social o Abogacía, pero finalmente se inclinó por la comunicación, tal vez sin imaginar que terminaría ejerciéndola del otro lado de la pantalla de la tele.
"Creo que el periodismo es una herramienta para romper barreras y poder mostrar lo que muchas veces no se quiere mostrar", reflexiona Dalma, mientras camina por la cuadra de su casa y saluda a los vecinos que la reconocen.
El foco del Noticiero de las villas está puesto en poder difundir la riqueza cultural que hay en estos barrios, sus noticias y las historias de héroes anónimos que día a día trabajan por su comunidad, así como derribar prejuicios.
La imagen de Villa Soldati se impone grande, al fondo del estudio, plasmada en una gigantografía que es el elemento central de la escenografía del programa. "Aquí no hay caviar, pero hay maíz", es una de las frases que forman parte de la cortina musical que da inicio a cada emisión. La musicalización es una gran protagonista: las cortinas y transiciones tienen letras de denuncia que buscan comunicar, con tanta fuerza como la de los contenidos del programa, la realidad de esos barrios.
Darles voz a los vecinos
El noticiero -que se emite por Diputados TV y es una producción de la organización social Mundo Villa- tiene una duración de 30 minutos e incluye una ronda de noticias, una entrevista en piso a un invitado y un informe especial sobre las labores que esa persona desarrolla.
El encargado de hilar todos esos contenidos es Joaquín Ramos, conductor y coordinador general de Mundo Villa. Su estilo ante la cámara destila naturalidad, y presenta los temas con absoluta complicidad hacia sus panelistas: Alan Gómez, de la villa 21-24 de Barracas; Gustavo Lara, de Villa Soldati, y Emilia Rojas e Israel Ledezma, quienes, al igual que Dalma, viven en la 31.
Todos tienen entre 20 y 32 años y son una generación de jóvenes que decidieron narrar su realidad y la de sus vecinos desde otro lugar. Y es que desde 2008 Mundo Villa trabaja combinando la comunicación y la cultura como herramientas de transformación en distintos barrios vulnerables de la ciudad y la provincia de Buenos Aires.
Su labor comenzó en la villa 21 de Barracas y hoy se extiende a la villa 31, Villa Soldati, el barrio Ejército de los Andes -más conocido como Fuerte Apache- y La Cárcova, en José León Suárez.
Pero no solo se comunica (además del noticiero, la organización cuenta con un periódico impreso, un portal de noticias web y un canal de televisión), sino que también se enseña a hacerlo. Cada sábado, de 11 a 13, se dictan talleres de periodismo en esos cinco barrios, en centros comunitarios o incluso en salones de parroquias.
Unos 120 jóvenes se forman cada año en el oficio de comunicar y son quienes después se convierten en portavoces escribiendo notas, participando de la radio o incluso siendo columnistas del noticiero.
"Muchos chicos que salieron de los talleres son los que están al frente de la producción del contenido y la coordinación de los espacios. Eso es lo más hermoso: ver la evolución de cada joven hasta que llegan a tener la conciencia del poder de transformación que tiene la palabra", explica Ramos con orgullo.
Dalma, quien alguna vez fue alumna primeriza de aquellos cursos, explica: "Tratamos de que los chicos tengan más oportunidades en ofertas digitales porque creemos que esa es la manera de resolver la desigualdad", explica.
Para Ramos, la mayor riqueza del proyecto radica en "la mirada diferente" que pueden aportar a la sociedad estos jóvenes reporteros, ya que conocen las villas como ningún otro periodista podría hacerlo. "Buscamos romper con la estigmatización que sufren los vecinos, contando historias que nadie conoce por la poca accesibilidad que hay a estos barrios", cuenta el coordinador general de Mundo Villa.
Desde la organización aseguran que lo más complejo de los talleres es que estos jóvenes lleguen a concebir el periodismo como vocación o forma de vida. Y por eso salen a buscarlos y a motivarlos, sin bajar los brazos. Hoy, el Noticiero de las villas es fruto de esa motivación y de esa perseverancia, y logró romper las barreras que aíslan a los barrios vulnerables, contando el valor de sus historias a todas las personas, vivan donde vivan.