La ropa es la piel social
A raíz de la polémica campaña con modelos adolescentes de una marca de ropa, las directoras de la Fundación para Jóvenes y Adolescentes La Casita, dan su opinión
Si bien la marca de ropa hizo su descargo a raíz de las críticas recibidas por una campaña con modelos adolescentes extremadamente flacas, el trasfondo es que esta - y otras marcas - no terminan de entender ni empatizar. Porque no solo podrían no enfermar con los estereotipos que promueven sino que también podrían colaborar ampliamente con una mayor aceptación personal, en todas las áreas de su vida.
Más allá de que hayan retirado las fotos, el mensaje ya está disparado y la imagen se impregna y queda adentro. No deja de ser un referente a imitar - cosa que casi nadie logra – y que incita a terminar con un trastorno alimenticio: por dejar de comer para conseguirlo; por terminar comiendo demás por haber juntado hambre; o por terminar teniendo conductas compensatorias para “reparar” el haber comido.
La mayoría de los cuerpos adolescentes no tiene ese formato. Es un tiempo en que el cuerpo se tiene que engrosar, juntar grasa para que se ponga a funcionar el sistema hormonal, y obviamente no entran en esa ropa que implica quedarse en un cuerpo pre-adolescente.
El cuerpo está cambiando a esa edad y eso ya les provoca el malestar el propio cambio, de desconocerse. Podemos imaginar lo que puede provocar un modelo de cuerpo que enferma sobre todo porque casi ningún adolescente, si quiere crecer, puede sostener esa flacura.
Si los adolescentes – una etapa de tanta labilidad-, sienten que no se adaptan a lo que los modelos sociales que nos proponen, eso genera que quieran cambiar su piel, no se gustan, quieren ser otros y se enferman.
Es una responsabilidad de todos hablar sobre este tema que está presente en casi todo lo que implique modelos mujeres, no importa si se venden autos, aparatos de audi, mochilas o comida: siempre son flacas y eso es un referente a copiar para un adolescente que busca estar en la onda.