La asociación civil Pata Pila trabaja en más de 20 poblaciones originarias en el norte de Salta y atendió ya a más de 800 chicos con riesgo nutricional
Para Diego Bustamante y su equipo, la desnutrición infantil no es un hecho lejano que les llega a través de las noticias en los medios. "Lamentablemente, es una realidad desesperante que vemos todos los días y el motor que nos mueve en nuestro trabajo", dice Diego, presidente y director general dela asociación civil Pata Pila, que nació en 2015 en Salta con el principal objetivo de tratar la mal nutrición y desnutrición infantil.
"Casos como los que se conocieron estos días son mucho más frecuentes de lo que parece. Me animaría a decir que cada dos meses tenemos algún caso de un niño que muere. Sin embargo, como la desnutrición es el contexto y no el diagnóstico de la muerte, porque mueren de diferentes enfermedades, en las actas de defunción aparecen otras causas", asegura Bustamante.
Junto a 38 profesionales -nutricionistas, médicos, pediatras y trabajadores sociales, entre otras especialidades- y unos 50 voluntarios, la ONG acompaña a más de 20 comunidades de las regiones del norte de la provincia de Salta, como Tartagal, Fortín Dragones y Santa Victoria Este (allí tienen presencia en La Puntana, en la frontera con Bolivia, y en Misión La Paz, en el límite con Paraguay).
Atendieron a más de 800 chicos y chicas en situación de riesgo nutricional: 200 fueron dados de alta y otros 600 continúan en tratamiento semanal.
"Aunque algunos de los chicos pertenecen a familias de comunidades guaraníes, la mayoría son wichis, que son las comunidades más críticas, a las que pertenecían los chicos que fallecieron estos días", explica Bustamante. "El ministro Arroyo estuvo ayer [por anteayer] en La Puntana, donde nosotros atendemos a familias todos los martes", agrega.
Hacinados en ranchos
Con respecto al perfil de las familias que acompañan, todas ellas viven en situación de pobreza extrema, aisladas de los centros urbanos, en condiciones de emergencia habitacional. "Viven hacinados en ranchos hechos con palos de madera, techos de chapa o plástico y pisos de tierra, literas y pésimas condiciones de higiene. A veces son 12 personas conviviendo", cuenta Bustamante.
Sobre el acceso al agua, una de las principales problemáticas señaladas por Arroyo, Bustamante ahonda: "Muchas comunidades no tienen agua segura. Algunas municipalidades les acercan cada tanto tachos de agua o van con los camiones atmosféricos a llenarles los tanques. Pero en general tienen colectores de agua de lluvia, con todos los riesgo que eso implica, por ejemplo por el dengue".
Son familias que no cuentan con acompañamiento en términos de acceso de la salud. "Y olvidate de una oportunidad laboral: no hay desarrollo local ni infraestructura en 200 kilómetros. La única solución es generar ese desarrollo en las comunidades", dice.
El abordaje que brindan en Pata Pila es amplio. Acompañan a las madres en forma integral: desde turnos en el hospital hasta el DNI. En las zonas donde no llegan las ventanillas del Estado, acompañan a las familias para que puedan hacer trámites, derivan a los chicos a hospitales y consiguen leches maternizadas. "Además le damos un bolsón de comida o una cuota de leche, pero lo que hacemos es trabajar en la educación y las herramientas para quebrar la desnutrición. Es algo mucho más complejo que la falta de un plato de comida, que por supuesto es fundamental", subraya Bustamante.
Son familias que no cuentan con acompañamiento en términos de acceso de la salud. Y olvidate de una oportunidad laboral: no hay desarrollo local ni infraestructura en 200 kilómetros.
Mientras a los chicos y chicas se los pesa, mide, y se les realiza un diagnóstico, el trabajo a fondo es con sus familias. "Buscamos transmitirles a las mamás herramientas concretas, como por ejemplo cómo darles el pecho, preparar una mamadera, hervir el agua que consiguen o explicarles qué hacer si el nene tiene diarrea para que no se deshidrate. Derribamos mitos, desinformación y mala información", cuenta el presidente de la ONG.
Un niño recuperado en un hospital muchas veces vuelve a su familia que no tiene las herramientas para mejorar su situación y a la que le queda lejos el hospital.
"Es un laburazo", resume Bustamante sobre el acompañamiento artesanal. "Un niño recuperado en un hospital muchas veces vuelve a su familia que no tiene las herramientas para mejorar su situación y a la que le queda lejos el hospital. Por eso, tenemos equipos interdisciplinarios que le hacen seguimiento a la familia y al niño o niña todas la semanas. Después hacemos visitas a las casas y a cada comunidad para ver si los consejos son aplicados", cuenta.
Desde Pata Pila también tienen un programa de oficios para fortalecer el autosustento de los hogares y tres camionetas 4x4 que son centros itinerantes y recorren más de 1200 kilómetros semanales yendo a las distintas comunidades. "El impacto de lo que hacemos es muy concreto y hace a la condición y calidad de vida de las familias. Sin embargo, combatir la pobreza estructural en la región no es algo que pueda hacer una ONG: se necesitan alianzas con el sistema público y privado, gobiernos provinciales y regionales, trabajando de forma conjunta", concluye Bustamante.
Cómo colaborar
El objetivo de la asociación civil Pata Pila es ampliar su programa de padrinos y madrinas, para poder acompañar a cada vez más familias. Todo aporte suma. Para ayudar, se puede ingresar en su web y realizar un aporte mensual. El 100% de los aportes es destinado a cubrir los tratamientos nutricionales de los niños de hasta 5 años que el equipo de Pata Pila atiende y hace seguimiento semanalmente en sus Centros de Prevención de la Desnutrición Infantil y Promoción Humana y sus Programas de Atención Itinerante, llegando a aquellas comunidades más vulnerables y de difícil acceso en el norte de la provincia de Salta.
Más información
O escribir a padrinos@patapila.org