La mitad de los argentinos cree que las mujeres tienen hijos para cobrar la AUH
Desde que se le empezó a notar la panza, Jennifer Araujó sintió que la miraban con desprecio, como si hubiera hecho algo malo. Tenía 18 años, iba al colegio y vivía en el barrio Pirayuí, de la capital correntina. "La discriminación la sentís porque la gente cree que es culpa tuya. Dicen que abriste las piernas y que no te vas a hacer cargo. Yo no sé cuál es la situación de otras chicas pero yo me hice cargo de mi hija", dice Jennifer, que terminó la escuela, tiene un trabajo en blanco y de a poco está construyendo una casa para ella y su hija.
No se siente una víctima. Simplemente quiere romper con la creencia del 46% de los argentinos que afirman que "los pobres suelen tener más hijos para cobrar los planes", según un estudio nacional de Voices! realizado en exclusiva para el proyecto Redes Invisibles de LA NACION. Esta iniciativa apunta a mostrar cómo los prejuicios limitan la oportunidades de los jóvenes de contextos vulnerables, y refuerzan su situación de exclusión y pobreza.
Las cifras oficiales del Anses sobre cuál es el perfil de las beneficiarias de la Asignación Universal por Hijo (AUH) desmienten esta y muchas otras creencias. El 97% son mujeres, tienen un promedio de 1,7 hijos (mas de la mitad tiene solo un hjjo) y el 47,4% de las titulares trabajan. Esto quiere decir, que contrario a lo que piensa casi la mitad de la población, en su gran mayoría, no son familias numerosas (sólo el 2% tiene 5 hijos/as).
"Los planes sociales no son una forma de vida. Eso no te alcanza para nada. Lo mejor es proponerse a uno mismo querer salir adelante. Estudiar o trabajar. En mi caso fue trabajar para conseguir primero los recursos y después estudiar. Total no hay edad para estudiar. Eso es lo que me enseñaron a mí", dice Jennifer, que solo pide que confíen en ella, que la respeten y que apuesten por su futuro.
Todos los especialistas señalan que existe mucha desinformación y que eso genera una brecha entre lo que se cree y lo que efectivamente es el día a día de las familias más pobres. Actualmente son 3, 9 millones los niños beneficiarios de la AUH y 4,8 millones los que cobran asignaciones familiares. De diciembre del 2015 hasta hoy, se amplió casi un 20% la cobertura de las asignaciones a la niñez, según datos del Anses.
Las madres hacen malabares para hacer rendir los $2.652 (de los que reciben 80% durante el mes, y finalizado el año deben presentar la Libreta para cobrar el 20% restante) para poder comprarle los pañales y la leche a su hijo, pero eso no les alcanza para el resto de los gastos de la casa. "La gente habla pero no conoce. De un plan no se vive. El que dice que vive de un plan, le doy mi hijo y el plan, y que se arregle durante un año a ver si lo tiene tan bien como lo tenemos nosotros. Eso es mentira. Un plan no te da de comer. No alcanza, hay que trabajar sí o sí", remarca enfáticamente Raquel Bruzzo, la mamá de Jennifer.
No es un plan
Son muchos los prejuicios – y errores - que existen en relación a la AUH y el primero es pensar que es un plan social y que solo las familias más vulnerables cobran dinero del Estado por sus hijos. "La protección social es un derecho para todos los niños y niñas del país. Y dependiendo en qué situación laboral están sus padres, les corresponde un sistema de protección diferente. Lo positivo que tiene la AUH es que logró que no haya intermediarios ni arbitrariedades. La relación es directa con el Estado y eso permite la construcción de ciudadanía. ", explica Fernanda Reyes, Directora General de Proyectos de Niñez, Adolescencia y Juventud de la Anses.
El Estado da transferencias por hijos a las familias de todos los niveles de ingresos. Los niños con padres trabajadores informales cobran la AUH y los que tienen padres trabajadores formales, aún los de ingresos más altos, perciben asignaciones familiares o deducciones del impuesto a las ganancias.
"Las deducciones del impuesto a las ganancias, en ciertos casos, incluso pueden superar el monto de la AUH. Más aun, son más los niños que reciben dinero por parte del Estado que tienen padres que tienen o tuvieron empleos registrados que los que reciben la AUH. Casi cinco millones de niños reciben asignaciones familiares contributivas; más de un millón tienen padres que deducen ganancias; y cuatro millones perciben la AUH. Mientras que para las dos primeras no hay un límite de niños por familia, la AUH tiene un tope de cinco hijos por familia", explica Matilde Karczmarczyk, analista del programa de Protección Social de Cippec.
Otra de las frases que se escucha con frecuencia para denostar a las mujeres que cobran la AUH es que "la mayoría no trabaja y que esta medida desincentiva el trabajo". Según el relevamiento "Análisis y propuestas de mejora para ampliar la AUH" realizado por Unicef y la Anses en 2017, se supo que el 47,4% de las beneficiarias trabaja. "Tienen un trabajo informal o changa que les sirve de sustento, y la AUH es el único ingreso mensual que les permite tener una previsión a corto o mediano plazo. Los estudios de campo que realizamos señalan que las familias están activamente en la búsqueda de mejorar su situación laboral." agrega Reyes.
¿En qué gastan la plata las madres?
En los focus group realizados por Voices! para el relevamiento antes mencionado, se escucharon muchas frases estigmatizantes en relación a que las madres de menores recursos, eran irresponsables a la hora de gastar el dinero de la AUH. "Esta gente no le da lo básico a sus hijos, no le sacan los piojos y vienen con zapatillas nuevas y con un celular"; "los chicos están mal alimentados porque comen muchas harinas"; "con un poco de conocimiento y habilidad, le podés dar una buena calidad de comida a tu hijo pero es más fácil comprar un paquete de galletitas o de papas fritas" o "si no tenés para comer, no te vayas a comprar un Iphone. Lo que digo lo pienso por lo que escucho".
Reyes realiza recorridos con equipos de la Anses a través de todo el país para analizar cómo se está implementando la AUH. "Lo que pudimos verificar hablando con las familias es que esa plata en su mayoría va dirigida al niño. Va para zapatillas, para poder cubrir lo alimentario y para los útiles de la escuela", señala la funcionaria.
La mayoría de las titulares tiene entre 25 y 35 años y casi todas son argentinas (solo el 1,36% de los beneficiarios son extranjeros). Son muchas las mujeres beneficiarias que creen erróneamente que si pasan a estar "en blanco" van a perder la protección social para sus hijos. Este es otro mito. "Hoy la mujer que está en una situación de informalidad cobrando la AUH, si pasara a una situación de formalidad, se le empezará a pagar automáticamente una asignación familiar. No pierde la cobertura del niño. Es importante aclarar y difundir que las personas que trabajan en el servicio doméstico, sector que sigue teniendo alto grado de informalidad, continuaran cobrando la AUH aunque las formalicen y no tiene tope de ingreso." dice Reyes.
La lista de prejuicios, que aumentan los niveles de rechazo hacia las mujeres más vulnerables, es muy extensa. Uno que pesa muy fuerte es el de creer que con el dinero de los trabajadores que contribuyen se financian las transferencias a las familias pobres que no trabajan. "Esto es falso. A diferencia de las jubilaciones, que dependen de los aportes de los trabajadores, la AUH, como cualquier política pública, se financia totalmente con recursos del Tesoro nacional", señala Karczmarczyk.
Reyes agrega que la estigmatización hace que las mujeres que reciben este derecho, ni siquiera lo sientan como tal. "Algunas se sienten avergonzadas a pesar que les corresponde igual que a los demás. El derecho es el mismo. Los prejuicios aumentan los niveles de fragmentación y la violencia. Derribarlos ayuda a la convivencia y a poder tener una sociedad más igualitaria".