Anabel Sánchez tiene 18 años, vive en San Francisco Solano y revolucionó la industria del modelaje con un video que grabó en su casa; explica que ya estaba “desesperada por una oportunidad”; y expone que “es triste” que muchas agencias solo busquen “rubias, altas y de ojos claros”
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Cuando tenía nueve años, Anabel Sánchez se dio cuenta de que le encantaba estar frente a las cámaras. Agarraba vestidos, guantes, tacos e incluso paraguas y le pedía a su mamá que le sacara fotos con su celular. “Me metía en un personaje”, asegura.
Nunca se hubiera imaginado que esas producciones caseras, que habían comenzado en su infancia en una casita en San Francisco Solano, la llevarían a filmarse en el patio de su casa, de ladrillos a la vista y sin revocar, con la idea de participar de un casting para la revista estadounidense Vogue, probablemente la más icónica del mundo de la moda.
“Mucha gente se sintió identificada, quizás porque representa a una casa de un barrio bajo”, dice Anabel, entre risas de emoción y con algo de timidez, en diálogo con LA NACIÓN. Además de su patio a medio terminar, fueron la actitud de la joven modelo de 18 años y su “belleza argentina”, como la llamaron muchos usuarios en redes sociales, lo que conmovieron a más de dos millones de personas en el país.
De un día para otro, su casting se volvió viral y, en parte, se debió a que ella no cumple con el estereotipo de belleza de una modelo. “Enfrenté muchísimas barreras para abrirme camino en el modelaje. Es triste pensar que en Argentina todavía hay agencias que solo buscan a la rubia, alta y de ojos claros”, señala. Sin embargo su historia cambió en estas horas: después de haberse vuelto viral, firmó un contrato con la agencia Multitalent, la misma que representa a figuras como la China Suárez o Camila Homs, entre otras.
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“No cumplir con el típico estereotipo de modelo” es, según explica Anabel, un limitante para muchas mujeres como ella: “A un montón de personas le impide tener oportunidades”, reflexiona. Justamente muchas personas se reconocieron en ella y lo dejaron en claro con comentarios de sus videos: “Soy yo, por tu piel, por tu pelo, por tu nariz”, le escribió alguien.
“Que te rechacen por tu color de piel pasa en todos lados”, asegura y cuenta que a sus compañeros de colegio que terminaron el secundario y buscaron trabajo en comercios de la ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, “les pasó que al decir dónde vivían, les cortaban”. “Pasa en todos lados, pero en el modelaje es más recurrente”, afirma.
El comienzo de una revolución en el mundo de la moda
El video que preparó para Vogue no fue el primer contenido que hizo Anabel. Hace seis meses hizo un “click” y decidió dejar de preocuparse por “lo que pensara el resto”. Con la cámara de su celular y en los espacios que encontraba, comenzó a sacarse fotos: en su casa en San Francisco Solano, una localidad al sur del conurbano en la que vive con su mamá y sus tres hermanos menores; en calles del conurbano; en el taller mecánico de su tío.
“Le hablaba a muchas marcas y les mostraba lo que hacía, incluso si tenía que mandarles contenido gratis lo hacía para que me conocieran. Estaba desesperada por una oportunidad en este mundo”, comenta. Después de tanto probar, hace algunas semanas “Amelie”, una tienda de ropa de San Francisco Solano, fue la primera marca que confió en Anabel para trabajar.
El video que subió en su perfil de TikTok al principio lo hizo con mucha vergüenza. “No tenía un lugar estético para filmarlo o ropa linda, pero dejé de pensarlo tanto y estresarme”, dice. Creyó que no la iba a ver nadie. Pero el video llegó a lugares inimaginables y sumó 300 mil reproducciones.
De un día para el otro esa pequeña comunidad de 3 mil personas que había formado creció hasta llegar a más de 150 mil seguidores, sumando todas sus redes sociales. Artistas y modelos como María Becerra, Valeria Mazza y Barby Franco compartieron su historia y se acercaron a conocerla. Su agenda, hoy organizada por su tío Rubén, está llena de entrevistas. Varias marcas se han acercado para organizar producciones con ella. “Hay personas que me dicen: ‘Por vos ahora me animo’. Eso me llena el alma”.
“La sociedad quiere otro tipo de representación”
“Anabel representa de alguna manera otra posibilidad para un gran sector de la Argentina”, señala Flora Alvarado, artista visual y coordinadora del área de Artes Visuales del colectivo Identidad Marrón. Contra un modelo de belleza que remite a lo blanco, ella surge con un gran apoyo de una parte del país ampliamente invisibilizada: “Es el sector popular, el conurbano de las periferias, marrón, donde hay ganas de verse representados de otras maneras y existiendo en otros ámbitos”, describe Flora.
”Me parece que el hecho de que se haya viralizado la historia y los videos de Anabel es la muestra de que la sociedad está queriendo ver otro tipo de representaciones”, explica Flora y dice que el video de Anabel para Vogue llama la atención porque “demuestra que no es lo cotidiano”. “Nos hace preguntarnos: ‘¿Que no haya más caras como ella es por un tema de habilidades o por el racismo internalizado en Argentina?’”.
Anabel dice que la inspiración para sus fotos la saca de sus emociones: “Miro a mi alrededor y pienso en situaciones que viví”. Su hermana de 16 años, Melina, es quien más la inspira. Anabel, su mamá y sus tres hermanos menores vivieron por mucho tiempo, según reconstruye, una situación de abuso por parte de su papá, pero de la que pudieron salir hace tres años. “Mi hermana fue la más afectada por la situación y saber cómo sigue adelante es una gran motivación”, cuenta. Él no los dejaba ni visitar a sus abuelos que viven en el piso de arriba de su casa. “Recién el año pasado nos volvimos a levantar y yo me animé a salir más”.
Hace poco comenzó a estudiar diseño, fotografía, inglés y francés con una vecina del barrio. Además, aprende mucho buscando cursos en Internet. En el futuro le gustaría asistir a una universidad como la de Palermo. “Me hubiese encantado tener el apoyo que tengo ahora y un padre más presente”, dice. Quizá, cree, eso la habría ayudado a introducirse antes en el mundo de la moda o continuar con sus deseos de ser patinadora artística.
Cuando Anabel se postuló al casting de Vogue, no se lo contó a nadie. Sin embargo, su mamá, que hace algunos trabajos informales, siempre la apoyó y la ayudó, aunque sea planchando las sábanas que salen como fondo de sus fotos. “Mis amigas también me ayudan a armar las producciones. Mi hermana me suele sacar fotos, aunque ya la tengo podrida”, cuenta mientras se ríe.
“Como negra, soy muy blanca, y como blanca, soy muy negra”
”Tengo algunos miedos por todos estos cambios. Me preocupa lo que va a decir la gente, pero me emociona ver cómo toda la Argentina se unió para esto”, asegura. “Para los que somos de un barrio, vemos que siempre eligen al mismo estereotipo de persona y no le dan la oportunidad a personas como yo”, dice, aunque reconoce que cada vez hay más representación en cuanto al color de piel en el modelaje. “Vas a ver mujeres marrones, pero que tienen que cumplir con el ‘90, 60, 90′. Ves más diversidad, pero no siempre es fácil encontrar algo que te represente”, agrega.
Esto que cuenta Anabel es una de las situaciones diarias que se reflejan en el resultado de la tercera edición del Mapa Nacional de la Discriminación del INADI, publicado en 2022: el racismo estructural aparece como el principal tipo de discriminación que sufren las personas por su color de piel, su nacionalidad, su situación socioeconómica, su lugar de origen y su pertenencia étnico-cultural, entre otras.
”Hoy el color de mi piel no es la principal barrera para hacer lo que hago, pero siempre hay alguna situación en la que me miran raro”, dice Anabel. “Muchas veces las agencias quieren a personas de otro color de piel, pero buscan el negro. A las morochas no nos llaman”, explica. Le pasa a ella y le pasa a sus primas: “Como negra, soy muy blanca, y como blanca, soy muy negra. Estamos en el medio”. Así como se enorgullece de mostrar su patio y que muchos argentinos se identifiquen con ella y su vida, está feliz de mostrarse como es y ver que en el mundo de la moda puedan aparecer nuevas caras. “No sé qué fue lo que nos pasó por la mente para aceptar un solo tipo de belleza”, dice y cierra: “Por suerte la gente se cansa y eso cambia”.
Más información
- Identidad Marrón es un grupo integrado por hijas e hijos de indígenas, campesinos y migrantes que buscan visibilizar y combatir el racismo en la Argentina a partir de intervenciones artísticas y campañas sociales en redes y medios de comunicación.
Dónde denunciar un acto de discriminación
En el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) se puede denunciar todo tipo de discriminación y recibir asesoramiento para hacerlo. La línea 168 brinda atención gratuita, contención y asesoramiento a personas que sufrieron una situación en la cual sus derechos fueron vulnerados. El INADI cuenta con diversos medios para hacerlo y con un equipo de atención multidisciplinario. Las 24 horas, todos los días, se encuentra abierta la línea telefónica gratuita: 0800-999-2345 para responder dudas y recepcionar consultas.