En su último año de secundario, Juan Chalbaud descubrió su vocación de servicio. La escuela a la que asistía lo invitó a misionar a Chaco y esa experiencia lo marcó para siempre. Durante su carrera de ingeniero industrial siguió visitando las mismas comunidades junto a un grupo de amigos misioneros. "Ir a estas comunidades rurales es una experiencia que les modifica la vida. Muchos jóvenes han cambiado su carrera para encarar un proyecto personal que tenga que ver con la solidaridad", explica.
A medida que pasaban los años entendió cuál iba a ser su objetivo: generar condiciones para que las familias de las comunidades rurales puedan desarrollarse y quedarse en su lugar. La tasa de migración era alta por falta de oportunidades y él las iba a crear. "Al lugar hay que transformarlo desde adentro. Hay que quedarse y generar confianza. Una vez ahí, es más fácil reconocer dónde están las necesidades y las injusticias estructurales", afirma Juanito, tal como se presenta. Su tono de voz es pausado y cálido y su mirada es la de alguien que encontró su lugar en el mundo.
Al lugar hay que transformalo desde adentro
En septiembre pasado le otorgaron el Premio Abanderados por todo lo logrado en tan poco tiempo, pero nada de eso alimenta su vanidad. Sus ojos solo brillan cuando habla de la gente de las comunidades y el vínculo que lo une a ellas. "La mirada de un niño en el monte chaqueño tiene una profundidad muy fuerte, te hace creer que hay un ser humano capaz de transformar el mundo entero, y esas miradas me están salvando todos los días, me hacen sentir que estoy donde tengo que estar y que debo seguir porque esto recién está empezando", dice.
Afirma que le tocó crecer en medio de la grieta que considera aún vigente. Sin embargo, asegura: "Creo que la trampa de la grieta tiene que ver con la comodidad de la tribuna: desde ahí todos gritamos, insultamos, decimos lo que creemos que es mejor, pero no afectamos en nada el partido". Y reflexiona: "En realidad, cuando entrás a la cancha te das cuenta de que ahí no hay grieta, porque en el hacer uno experimenta con mucha fuerza que todos necesitamos de todos para poder transformar la realidad".
Proyecto
Monte Adentro nació en 2014 con el objetivo de lograr el desarrollo integral y comunitario de 15 parajes del norte chaqueño que se encuentran a una distancia de 15 a 60 km alrededor del pueblo Tres Isletas, donde Juan vive con su novia. Su día a día es visitar los parajes y quedarse allí de 12 a 14 horas trabajando. En algunas oportunidades, duermen en la comunidad.
"Mi sed por quedarme con las familias y vivir en comunidad era cada vez más fuerte. Compartir el día a día y vivir en la misma zona rural hace que sea más fácil acercarse y cambiar esa realidad", afirma Juan. Trabajan sobre cinco ejes de desarrollo integral: educación, deporte, salud, oficios y fortalecimiento comunitario. Todas generan encuentros y vida en comunidad: los apoyos escolares, los talleres de salud, los de oficio, las escuelas deportivas, los eventos comunitarios, las asociaciones vecinales. "Es necesario dar razones para creer", agrega.
Logros
Desarrollaron 20 espacios de apoyo escolar semanal para niños, jóvenes y adultos; 10 deportivos y otros 16 de formación e integración en talleres de oficios para adultos. Además, 100 niños asisten a los apoyos escolares y 150 madres, a los talleres de formación en oficios.
Motivación
"Hace poco leí que es más importante complementarse que coincidir, insistiendo en trabajar codo a codo con otros para buscar el bien común. Las ideas son una parte de las personas, pero cada una tiene su historia y sus talentos. Tenemos que llegar a consensos fundamentales para lograr estructuras de justicia y oportunidades para los que lo necesitan con más urgencia", asegura Juan.
"Siempre hay un referente que te da el empujón para animarte y, en mi caso, fue la escuela. Estoy agradecido de la oportunidad que me dio para conocer este lugar. La posibilidad de vincularme con esa realidad posibilitó que esa gente y esa naturaleza me modifiquen y provoquen en mí un cambio personal de más concientización humana"
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Futuro
Sueño con la utopía de que sea la cultura rural la que contagie a las ciudades de un estilo de vida más humano, digno, justo y pleno