Irene del Carmen Tevez está perdida desde el 4 de noviembre de 2018
Tenía 75 años cuando desapareció el 4 de noviembre de 2018 en Berazategui, Buenos Aires; su familia cuenta que tiene un principio de déficit cognitivo; creen que se tomó el colectivo en sentido contrario al que debía hacerlo, se desorientó y perdió contacto con la realidad.
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Irene del Carmen Tevez
Tenía 75 años cuando desapareció el 4 de noviembre de 2018 en Berazategui, Buenos Aires.
Su familia cuenta que tiene un principio de déficit cognitivo.
El último contacto que tuvo Irene del Carmen Tevez con su hijo Héctor fue telefónico. Estaba preocupada porque quería comprarse ropa cómoda para ir a la consulta que tenía esa semana con el kinesiólogo. “Es domingo mamá, hoy no se puede, está todo cerrado. En la semana vamos”, le prometió Héctor.
Esa noche, el hombre pasó por la casa de su madre, en Berazategui, provincia de Buenos Aires. Desde que a Irene le habían diagnosticado el principio de un deterioro cognitivo, así se había organizado con su hermana: ella pasaba durante la mañana y él, por la noche. “Mamá tuvo una vida muy dura y le cuesta dejarse ayudar. Así que no quería saber nada con que le pusiéramos una persona”, explica su hijo.
Así de resuelta como había sido para todo en la vida -por ejemplo, ya con los hijos grandes, se propuso cursar estudiar enfermería- es probable, según Héctor, que aquel domingo ella hubiera querido ir igual hasta el centro de la ciudad para pescar abierto algún negocio de ropa. Esa noche, Héctor encontró la puerta de la casa cerrada, pero sin llave. Faltaban 11 días para su cumpleaños número 76.
“La hipótesis que manejamos es que se desorientó y tomó el colectivo en sentido contrario. Algunas personas aseguran haberla visto en una plaza de Berazategui en una zona de quintas. Dicen que se la veía desorientada y que, cuando le propusieron llamar a la policía para que la ayudara, no quiso saber nada. La fisonomía del lugar es parecida a la de su barrio. Seguro pensó que estaba cerca y quiso volver caminando”, agrega Héctor.
Desde entonces, el hombre confiesa haber hecho de todo para encontrarla. “La desaparición es peor que la muerte. Te quedás impotente, sin certezas”, se emociona. Y, cuando se recompone, desgrana el derrotero de una búsqueda a ciegas y en la que no sintió demasiado acompañamiento oficial: con su hermana, recorrieron hospitales una y otra vez, pegaron afiches, verificaron alguna hipótesis de que su madre estuviera en situación de calle y hasta recurrieron a videntes. Alguna vez se plantearon la posibilidad de contratar una camioneta con altoparlante para salir a recorrer barrios llamándola.
Héctor se aferra a la posibilidad de que la confusión de aquel día le haya provocado a su madre una nebulosa mental de la que no puede volver. El caso tuvo tan poca difusión, asegura, que quizás la gente que la cruza no sabe que está desaparecida. “No puedo hacerme a la idea de que mi mamá deje de existir de esta manera. La extraño demasiado”, finaliza.
A quién podés llamar si tenés un dato sobre ella:
- Podés escribirle al Ministerio de Seguridad haciendo click en este link o llamando a la línea 134.
- Podés llamar al 911.
- Podés comunicarte con la organización Personas Perdidas por whatsapp al 11.4915.9470