Gracias a la audiencia, Tiziano tiene su primera computadora, un celular y una bicicleta; Maciela consiguió un calefón eléctrico, una bicicleta y mangueras para poder acceder al agua potable
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“Emocionado, muy emocionado”. Así dice estar gracias a todos los mensajes que recibió Tiziano Alfaro, el chico de 16 años que vive en el Paraje Pichi Neuquén, casi al límite con Chile y hace un enorme esfuerzo por llegar todos los días a la escuela. Cuando sea grade, su sueño es llegar a ser periodista deportivo o arquitecto.
Maciela Guerrero también vive en la cordillera, en La Matancilla, tiene 10 años y se baña, día por medio, calentando agua en una olla.
Sus historias – que forman parte del proyecto Hambre de Futuro – conmovieron a la audiencia que en pocas semanas se movilizó para apostar por su futuro. Hoy Tiziano ya recibió un celular y una computadora para poder hacer la tarea y una bicicleta para llegar hasta la escuela. “Cuando llegué a retirarla no podía creerlo. Es una tremenda bici, con freno a disco, todo. Era uno de mis sueños. Estoy muy agradecido”, agrega Tiziano.
Maciela, por su parte, ya está disfrutando de una bicicleta nueva (la que tenía estaba rota) y de un calefón eléctrico donado por la empresa Escorial para poder bañarse con agua caliente todos los días. También recibió unos muñecos de peluche que había pedido porque ni ella ni su hermana menor, Shaiela, tenían juguetes.
Más de 70 personas de distintas provincias y otros viviendo en el exterior, se contactaron para colaborar de diferentes maneras. En total se lograron recaudar alrededor de $215.000 que fueron destinados a comprarle la bicicleta de mountain bike a Tiziano y mangueras de calidad a la familia de Maciela para que puedan acceder al agua potable.
Amigos de la Frontera (Adelaf), una organización que trabaja acompañando a las familias de la zona, también recibió muchas otras donaciones en especies. “Estamos viendo de armar una comitiva para viajar en enero para repartir todo lo recaudado”, dice Leopoldo Palmieri, coordinar de Adelaf.
La familia de Tiziano vive de la cría de animales, en una rincón en la que no hay señal de teléfono ni Wifi. La buena noticia es que no va a tener que vender sus chivas para comprarse una computadora para hacer la tarea.
Aislamiento y pocos amigos
Silvina Rivero forma parte de un grupo de seis emprendedores gastronómicos que llevan adelante varias movidas solidarias. Una noche mientras trabajaba se encontró con la historia de Tiziano en LN+ y fue tanta la emoción que tuvo que dejar lo que estaba haciendo para quedarse mirando el resto del documental sobre Neuquén. “Cada historia de los chicos era absolutamente conmovedora, no tanto por el contexto sino porque a pesar de tanta adversidad, ellos querían seguir yendo al colegio. El programa es despertador de emociones y de empatía por el otro”, resume Silvina, que empezó una campaña en sus redes sociales que logró juntar 12 bicicletas, ropa de abrigo, zapatos y $82.000 que ya fueron entregados a Adelaf y serán utilizados para comprar mercadería y donaciones para su próximo viaje al sur.
“Otra cosa que me dolió y llegó fue que muchos de estos chicos están condenados por el contexto en el que están, por el lugar en el que nacieron y no por su capacidad. Particularmente me pasó con Tiziano que se llevó materias no porque no sepa sino porque no tenía conectividad. Y ahí dije, “algo tengo que hacer”, recuerda, esta pastelera que arrancó sorteando unos electrodomésticos para recaudar plata para los chicos de Neuquén y terminó recibiendo un aluvión de donaciones y compromiso. “La gente se enganchó mucho. Algunos no podían donar plata pero se ofrecieron a acondicionar las bicicletas. Fue una cadena muy linda”, resume Silvina.“
Para Adelaf fue muy importante darle visibilidad a la realidad del norte neuquino, eso de cómo es vivir alejados de los grandes centros urbanos. Fue algo maravilloso y las historias de vida también. Nos contactaron desde programas de radio hasta gente de otros países que pidió el CBU para donar dinero”, agrega Palmieri.
El aislamiento, la falta de acceso a servicios y la soledad son algunas de las problemáticas que enfrentan los niños en esta zona. “Impactó mucho el tema de no tener amigos, la frase de Marta esto de ´yo no conozco lo que es tener amigos´. El tema de Tiziano y su vida, que se crió con los abuelos, fue algo que nos remarcaron mucho”, señala Palmieri.
Inés es otra de las personas que quiso hacer algo por los chicos del norte neuquino. Trabaja en la Sociedad de Beneficencia, presentó como proyecto que la ONG financie la construcción de la ampliación de la casa de Maciela, y ya les donaron $100.000 con este fin. Esta semana arrancan con la obra.
“Recibimos dos computadoras de escritorio y una notebook que vamos a adjudicar a chicos de la zona que quieren seguir estudiando. Tenemos una empresa de Mendoza de paneles solares que está buscando precios de termos eléctricos y se comprometieron a ir a instalarlos a las casas de la zona. Y Marcelino, un señor que junto a su grupo de amigos, nos consiguieron 70 pares de zapatillas”, señala Palmieri.
La ayuda llegó de todos lados: la mayoría de Buenos Aires pero también de Córdoba, del centro del país, San Luis y otros del exterior como Canadá, Bélgica, Luxemburgo y Estados Unidos. “Hubieron muchas preguntas vinculados con la vida de los chicos alrededor de los animales. Nos decían esto de no valoramos en la ciudad todo lo que tenemos. Y otros que nos decían ´necesitamos más Tizianos´”, concluye Palmieri.
Cómo ayudar
Las personas que quieran ayudar a estas u otras familias de la zona pueden:
- Comunicarse con Nicolás Lasko, voluntario de Adelaf, al +54 9 11 6561-0568.
- Comunicarse con Macarena Vita, voluntaria de Adelaf, al +54 9 11 2854-6394.