Hambre de Futuro, una apuesta para dar voz a los chicos
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Preocupada por las alarmantes cifras oficiales que ponen en evidencia que el 47,7% de los niños y adolescentes viven en contextos de pobreza en la Argentina, LA NACION quiso ir a conocer en profundidad cómo son estas infancias, y hacerlas llegar a su audiencia.
Así surgió Hambre de Futuro, un proyecto de investigación que consiste en viajar a las localidades más vulnerables del país, para poner en agenda esta problemática estructural y, a su vez, darle voz a estos chicos. Que ellos puedan contar, en primera persona, cómo es su día a día, qué necesitan, con qué sueñan, a qué juegan, y qué quieren ser cuando sean grandes.
Un equipo periodístico de LA NACION recorrió las cinco regiones. Y se encontró con que en Bermejo, San Juan, Bruno Marin Bustos no puede ir a la escuela cuando llueve porque se inundan las calles de tierra y que juega al fútbol con una pelota pinchada. Que en el paraje Mamuel Choique, en Río Negro, Hernán Cumino y su hermana no tienen gas en su casa, y la leña no alcanza para calefaccionarla en invierno. O que en el Impenetrable, Bianca y Elena Cabana, viven en la miseria, con una madre desnutrida y con Chagas, que se las arregla como puede.
Estas son solo algunas de las historias que se presentarán a lo largo de cinco meses, y en cinco grandes entregas, en todas las plataformas de LA NACION, desde la TV al digital y el papel.
"Elegimos poner el foco en los niños, en primer lugar, porque son los más afectados por la pobreza. Y segundo porque el objetivo era poder hacer un diagnóstico para llegar a tiempo, plantear posibles salidas y que estos chicos tengan un futuro mejor", explicó Florencia Saguier, directora ejecutiva de Fundación LA NACION.
"Por eso, como medio de comunicación, queremos mostrar la problemática de una manera sostenida, para que movilice a toda la sociedad a la acción", agregó Saguier.
Como la pobreza tiene muchas caras y no se expresa de la misma manera en los distintos rincones del país, el proyecto tiene carácter federal. Si bien hay algunas variables que pueden ser comunes a todo el territorio como la falta de trabajo, el escaso acceso a servicios básicos, la migración de los jóvenes del campo a las ciudades y la caída del poder de compra del salario, también se detectan particularidades de cada región.
Los lugares visitados no fueron elegidos al azar. El Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la UCA realizó un informe ad hoc para determinar en base a datos del censo 2010, y también otras variables vinculadas con pobreza infantil, cuáles son los puntos más críticos del mapa.
"Se espera que esta colaboración sirva para instalar la problemática de la niñez y adolescencia como tema de agenda y a la toma de conciencia por parte de los funcionarios, la dirigencia política y social, y la opinión pública sobre la situación social de las infancias en el país. La pobreza en la infancia genera marcas, anclajes, que cristalizan mecanismos de reproducción social e intergeneracional de la exclusión", sostuvo Juan Cruz Hermida, director de Gestión Institucional del Observatorio de la Deuda Social Argentina.
Ese relevamiento determinó, por ejemplo, que la región NEA es la más pobre con un 29,9 de promedio en el índice de vulnerabilidad, seguida por NOA (26,5) y Cuyo (19,85). Después siguen Pampeana (17,24) y por último Patagonia (15,79).
En cuanto al ranking de provincias, lo lidera Santiago del Estero (34,01). En segundo lugar se encuentra Formosa (32,4), en tercero Chaco (31,6) y en cuarto Misiones (29,36). Toda esta información fue procesada por el equipo de LNData para acercársela al lector de manera más amigable.
La asistencia técnica estuvo a cargo de Unicef, organismo referente en la defensa de los derechos del niño que realizó un aporte significativo en cuanto al diagnóstico en cada región y las propuestas de políticas públicas. En el marco de su iniciativa "Star Your Impossible", Toyota cedió sus camionetas para que La Nación pudiera llegar a los lugares más inaccesibles.
También contó con el apoyo del Banco Hipotecario como socio estratégico, y de otras empresas, quienes aportaron los fondos necesarios para poder cubrir los gastos de realización. "Estamos siempre atentos a las problemáticas que preocupan a la sociedad y queríamos contribuir a la visibilización de las múltiples formas en que la pobreza se expresa en todo nuestro país. Fortalecer el entramado social y actuar para contribuir a transformar esas realidades, es responsabilidad de todos", dice Paula Solsona, Gerente de Asuntos Sociales del Banco Hipotecario.
Hambre de Futuro también busca poner en práctica el periodismo de soluciones, y mostrar de qué manera estas comunidades están logrando salir adelante. Algunas lo hacen a través de cooperativas, de organizaciones sociales, del compromiso de las empresas y otras reciben mejoras a partir de diferentes programas del Estado nacional, provincial o municipal. Este es el caso de la Cooperativa de Turismo Ayufin Mapu de Jacobacci, constituida por jóvenes que buscan reactivar esa industria en la zona y volver a poner en funcionamiento la trochita en la línea sur, que podría revitalizar a varios parajes.
"Con un gobierno como el nuestro cuyo slogan de campaña fue llegar a tener un país con Pobreza Cero, desde el periodismo de soluciones buscamos evidenciar casos de éxito que pueden llegar a replicarse. Además, también buscamos ofrecer a nuestra audiencia diferentes formas de comprometerse con esta realidad", dijo Saguier.
Por último, Hambre de Futuro también se propone rescatar a líderes comunitarios que transforman sus comunidades y construyen un mundo mejor. Como Ruth Urbano, una madre del asentamiento El Ramo, en la localidad sanjuanina de Caucete, quien cuando sus hijos empezaron a pasar hambre, en vez de quedarse con los brazos cruzados, decidió abrir el merendero El Berbechito, junto a Cáritas. Allí, cerca de 200 chicos reciben una copa de leche que quizás sea la última comida del día.
“Estos son los modelos positivos que queremos que inspiren a las nuevas generaciones”, concluyó Saguier.